Los patojos es la palabra que se utiliza comunmente en Guatemala para llamar a los niños y niñas y creo que transmite la esencia de este proyecto.
Para los que no me conoceis, me llamo Alicia y estudio Trabajo Social y Fotografía. Desde pequeña me he interesado por las causas sociales y he tenido el placer de colaborar en diferentes proyectos de voluntariado a lo largo de los años. Este verano me he decidido a viajar a Guatemala para aportar mi granito de arena en un proyecto de desarrollo comunitario, que me parece muy interesante.
En las afueras de la ciudad Cobán de Guatemala existe un barrio marginal donde viven familias entorno a un basurero, sin acceso a agua potable ni electricidad. Estas familias se dedican a recoger, clasificar y empaquetar la basura.
Los niños y sus familias estan obligados a vivir en esta situación precaria y sobrevivir a las siguientes problemáticas:
80% desnutrición crónica infantil
60% absentismo escolar
80% bajo el umbral de la pobreza
46% menores trabajadores
75% sin acceso a la sanidad
90% analfabetismo femenino
Como veis, se trata de una situación de extrema pobreza y marginación de la que es muy dificil salir sin un poco de ayuda. Pero gracias a la Asociación CONI que trabaja en el basurero, las cosas están cambiando.
El Proyecto de desarrollo integral que llevan a cabo se llama Comunidad Esperanza y alcanza a más de 600 beneficiarios directos y 15.000 indirectos, entre los cuales un 95% son indígenas mayas y más de un 80% son menores.
La cúspide de la Comunidad Esperanza es la Escuelita Feliz, un centro que asume el rol de escuela, casa de acogida, comedor y en general un lugar que proporciona seguridad y ayuda a todas las familias que lo necesitan. De esta manera cubren las necesidades básicas de las familias, además de promover el desarrollo comunitario.
Siento la necesidad de colaborar para lograr una sociedad más justa e igualitaria y que todas las personas, especialmente niños, tengan sus derechos y necesidades cubiertas.
En este caso, mi parte en el proyecto Comunidad Esperanza es ofreciendo ayuda directa de forma voluntaria. Realizaré tardeas como: incentivar a los niños trabajadores a acudir a la escuela y de esta manera ser un motor de cambio, organizar actividades de ocio y tiempo libre en la Escuelita Feliz, ayudar en el mantenimiento de la casa de acogida, etc
Por último deseo realizar un proyecto fotográfico acerca de la situación y el contexto en el que viven las familias de Cobán, para una futura exposición en España que podrá servir como medio de sensibilización.