La idea se basa en crear un hogar dedicado a personas con enfermedad mental crónica, permitiéndoles un alojamiento lo más normalizado posible, con una supervisión ajustada y adecuada a su perfil de necesidades.
El hogar especializado, se adaptará al perfil de usuarios susceptibles de utilizarlas, a sus déficits de funcionamiento y discapacidad y a las necesidades que presenten.
Se ubicará en entorno urbano, de tal manera, que las personas que ingresen en él, puedan permanecer lo más próximas a su medio habitual.
Definición del recurso.
El hogar para personas con enfermedad mental crónica supone la creación de un recurso de soporte social que permite vivir a las personas con enfermedad mental de forma independiente y en un contexto totalmente normalizado, pues se encuentran integradas en la comunidad. En este contexto los usuarios de este dispositivo, continuaran con su proceso de rehabilitación y con una actividad totalmente normalizada, aunque recibirán atención y supervisión las 24 horas al día, todos los días del año, para así poder realizar ABVD. (Actividades básicas de la vida diaria)
El hogar pretende ser un dispositivo, que parte desde el paradigma de la recuperación, donde se sitúa a la persona en el centro de la intervención, siendo protagonista principal del mismo, con capacidad de decidir sobre su destino, con el apoyo de un equipo de profesionales. Siguiendo estas consideraciones, se trabajará para que los habitantes de la vivienda, puedan considerarla su hogar, ya que ese será el patrón cuyas bases queremos seguir. Es decir, los usuarios que van a convivir, son personas que, como el resto de ciudadanos, tienen derecho a vivir con dignidad, en un ambiente que favorezca su rehabilitación ajustándose a sus necesidades individuales.
El nº de personas a atender en la vivienda se oscilara entre 5 y 7 personas.
Perfil del usuario:
- Personas con enfermedad mental grave, cuyas discapacidades o déficits en su funcionamiento psicosocial, les impida o dificulte cubrir autónomamente sus necesidades de alojamiento y soporte, de tal modo que suponga un obstáculo para desenvolverse en comunidad con total autonomía e independencia, pero que precisen de una protección y un alojamiento alternativo a las residencias.
- Presentar dificultades para su integración social, ya sea por factores personales (falta de autonomía) o sociales (falta de solvencia económica).
- Tener una situación psicopatológica estabilizada, y no estar en situación de crisis psiquiátrica en el momento de incorporación a la vivienda.
- Tener necesidad de alojamiento y soporte, o presentar una ausencia, inadecuación o imposibilidad temporal de cuidados y/o apoyo familiar y/o social.
- No presentar patrones de comportamiento agresivos o peligrosos para sí mismo o para los demás.
- No presentar drogodependencia o alcoholismo asociado o dominante, que imposibilite el trabajo de rehabilitación.