La principal necesidad a la que nos enfrentamos para poder llevar a cabo este proyecto es el recurso financiero necesario para poder ampliar los servicios que ofrece actualmente la clínica y poder desarrollar una estructura de trabajo y funcionamiento que nos permita tener niños y niñas ingresados, cuyo estado reviste mucha gravedad. Este es el caso de los pequeños que deben ser estabilizados para poder ser trasladados a otros centros hospitalarios.
No obstante, los ingresos van a ser específicamente para niños y niñas malnutridos severos, que pueden necesitar hasta 3 o 4 semanas para su recuperación. Ahora tenemos que enviarles al hospital de referencia (aquel en el que sí pueden ser ingresados), que se encuentra a 100 kilómetros. Esto supone un gran trastorno para las familias, porque deben dejar a sus otros hijos al cuidado de otras personas. De hecho, en muchas ocasiones, cuando les planteamos que deben ir al centro de referencia, nos dicen que sí, pero sabemos que no van.
Cualquier caso que se presenta en la clínica, sobre todo cuando hay un problema social (y si es malnutrido, sabemos que lo hay), hay que evaluarlo con mucho detalle y ver lo que la familia puede asumir y lo que no. A veces, a nosotros nos parece que es suficiente con decirles que tienen que ir al hospital porque el niño va a morir, pero no es suficiente, porque ellos renuncian a mucho para cuidar a ese niño.