Hace más de dos años, tuvimos la triste suerte de descubrir un vídeo de cómo era la producción de huevos en las granjas convencionales. Vimos que lo importante era maximizar la puesta de las gallinas, lo que eso les suponía estar recluidas en jaulas, sin moverse, con intensas jornadas de luz artificial para alargar la puesta de huevos, una alimentación con antibióticos, y al pasar dos años, había que sacrificarlas, obteniendo plusvalías con su venta a empresas de alimentación, puesto que tras dos años se suponen que ya no ponen un huevo de forma diaria.
Lo más impactante era ver a esas gallinas inmóviles, tristes, con las crestas caídas, y las enfermedades que les produce estar recluídas en jaulas sin moverse. Es cierto que la última ley de la UE ha hecho que las jaulas sean más espaciosas, y eso ha implicado reducir el número de animales por explotación, y por ende para seguir manteniendo beneficios, una importante subida de precio del huevo al consumidor. Pero el problema persiste.
Tras el vídeo, reflexionando sobre nuestros hábitos, nos dimos cuenta que el uso del huevo en la cocina es diario, de diferentes formas se emplea: en tortilla, cocido, en rebozado, fritos, revueltos, en repostería... Además los últimos estudios recomiendan el consumo de un huevo diario, y descubriendo lo que aportan, vitaminas, minerales, .., están en la buena dirección.
Por todo ello, nos planteamos el tener nuestro propio gallinero. Un lugar donde las gallinas pudieran andar sueltas, como siempre lo han hecho, ser felices, y además, cuando se "acuerden", pongan huevos. No debiera resultar difícil darles un cuidado sano y ecológico, dado que tenemos un par de huertos que cultivamos de forma ecológica y, además, siguiendo el calendario biodinámico, por lo que estamos más familiarizados.
Con ilusión y mucho esfuerzo lo llevamos a cabo. Construímos nuestro gallinero y empezamos a criar una decena de gallinitas, desde ese momento empezamos a aprender de estas aves, que aunque al principio pueden parecer algo sosas, son más inteligentes de lo que aparentan.
En la galería se puede ver el gallinero, con una zona interior delimitada para que paseen las gallinas en el caso que no se las pueda sacar por lluvia y así evitar costipados, y una zona exterior o de esparcimiento, donde ellas disfrutan picoteando y rebuscando.
Es algo extraordinario ver como nuestras gallinitas son felices:
Y esta felicidad se transmite al huevo. Tal es su sabor, su color, densidad, sus propiedades, que los excedentes semanales tienen ya nombre y apellidos de amigos y vecinos con los que compartimos este regalo, y nos ayudan en el mantenimiento mensual de la alimentación, especialmente con el pienso ecológico que es importado desde Francia dado que es el que mejor resultado ha dado. Hemos aprendido muchísimo sobre los componentes de cada productor y ninguno es igual, las proporciones, el origen, etc..
No ha sido un camino fácil. Nos ha tocado volver a aprender lo olvidado, dado que nuestros abuelos además de ovejas, cerdos, caballerías, han tenido siempre gallinas y sabían como cuidarlas, pero con la industrialización de ciertas zonas de España y los movimientos migratorios, el campo se cambió por la ciudad, y el conocimiento se va perdiendo si no se practica.
Hoy, tenemos una segunda oportunidad de compartir esta experiencia con cualquier persona interesada en ayudar a mantener animales felices, lejos de las explotaciones con fines económicos que nos les importa el estado de ánimo de las aves, y que por tiempo o espacio no puede tener su propio gallinero.
Estamos recuperando una parcela perdida, sin sembrarse ni limpiarse durante más de 30 años, con ciruelos y cerezos silvestres, y en ella podremos albergar un nuevo gallinero, donde podrán vivir placenteramente las gallinas durante toda su vida, más allá de los 2 años que las explotaciones convencionales, e incluso las actuales denominadas como ecológicas, les dan a estos animales.
Con tu interés, colaboración y mecenazgo, podremos regalar una vida plena a estos animales, y a cambio, las gallinitas devolverán un regalo muy especial, sus huevos saludables, 100% naturales. Un regalo que podrás compartir con tu familia y amigos.