Una de las grandes vicisitudes con las que nos encontramos los escritores en particular y los amantes de la cultura en general, es la de cristalizar los proyectos de una manera tangible para que llegue al mayor número de personas, es decir la visualización, la publicidad, la maquetación e impresión de un libro.
En estos tiempos tan oscuros para el arte, querer escribir un libro y publicarlo, implica tener un alma quijotesca, nadar contracorriente y enfrentarse al vil metal para poder asistir al nacimiento de una obra... Para poder sacar adelante este proyecto, necesito de la ayuda de personas que apuesten todavía por la cultura, por la historia y por la juventud. La imprenta es la finalidad de esta obra, que ya tengo enmaquetada, sólo necesita "hornearse" y llenar de ilusiones los ojos de los jóvenes lectores.