Somos Daniel Ramírez y Ángel Alegría. Nos conocimos hace ya ocho años en la escuela de cine. Al terminar los estudios, comenzamos a escribir el germen de un cortometraje que llamaríamos La Primera Piedra. La versión definitiva del guión no estuvo lista hasta el año 2010.
La segunda fase de esta andadura comenzó entonces: visitamos el Rancho Leone en el desierto de Tabernas, Almería, donde queríamos llegar a rodar esa historia; completamos el reparto y el equipo técnico; calculamos un primer presupuesto y perfilamos la biblia del proyecto. Aunque aquel proyecto era todavía papel, queríamos rodarlo.
No nos importó esperar hasta encontrarnos con Luna de Ítaca, una productora que apostó por nosotros y a la que estamos profundamente agradecidos. Alejandro Rius, el director de producción, aun sabiendo de la gran inversión necesaria que implicaba este cortometraje, rearmó la biblia y con ello conseguimos una subvención para poder sacarlo adelante. Sólo había un problema: nos concedieron la mitad del dinero que solicitamos. Alejandro nos dijo: “No os preocupéis, confío en esta historia tanto como vosotros. Vamos a rodarla y luego que sea lo que tenga que ser”.
En enero de este año, un equipo conformado por unas cuarenta personas, entre técnicos y actores, y todos de manera desinteresada, nos desplazamos hasta el Rancho Leone y comenzamos el rodaje. Fueron cuatro días de muchísimo trabajo donde pasó de todo: lluvias torrenciales –en el desierto, sí-, caballos desbocados, jornadas agotadoras… Pero lo conseguimos: habíamos logrado rodar nuestra historia.
Hace apenas una semana que terminamos el montaje y estamos muy satisfechos con el resultado. Sin embargo, como ya intuíamos desde hace tiempo, nos hemos quedado sin dinero para esta parte fundamental del proyecto: la postproducción.
Por eso, os necesitamos. Necesitamos pequeños inversores para poder llevar a cabo los efectos especiales, el etalonaje, la grabación de la música, la mezcla de audio, el kinescopado, la distribución...
No es mucho dinero si se piensa en términos colectivos: 10 EUROS, 200 INVERSORES. Y estaréis contribuyendo a conseguir que se finalice este proyecto que se ha convertido en un producto de mucha calidad.
El cortometraje comienza con un joven que cava una tumba, como podéis ver en la promo que hemos realizado para solicitar vuestra ayuda. Esa tumba es para su madre, una antigua prostituta del pueblo. Padre e hijo querrán que los restos de esa mujer descansen en el cementerio, pero para ello deberán enfrentarse a las leyes de un pueblo que no perdona el pasado.
La Primera Piedra no es sólo un cortometraje western, sino que además critica la exclusión social y la sinrazón de la violencia.
Queremos terminar esta pequeña reseña agradeciendo una vez más la confianza que depositó Luna de Ítaca en nosotros, y asimismo resaltando las grandes aportaciones desinteresadas de todo el equipo que ha participado hasta ahora en este cortometraje. Esperamos que también tú quieras unirte a esta aventura. Gracias.
Daniel Ramírez y Ángel Alegría, directores.
