Después de haber realizado la primera etapa de la vuelta al mundo en moto y en solitario, durante la cual escribí a diario mis experiencias, éstas han quedado plasmadas en este libro "La chica que tenía prisa por ver el mundo" con el cual trato de que mi historia llegue a un gran número de personas por ser considerada una historia de superación de miedos en un momento complicado, la pandemia. Cuando pocas personas se atrevían a salir de su país, yo comencé la vuelta al mundo. Una chica menuda con grandes pretensiones a la que el mundo se le está quedando pequeño de tanto querer explorarlo.Uno de mis objetivos con este proyecto es aligerar el peso económico que me supone la edición de tales páginas haciéndote partícipe de uno de mis sueños en el cual serás una pieza fundamental.
EL LIBRO
Este es el diario de otro de mis viajes en solitario por el mundo. Una historia muy original plagada de impresionantes vivencias humanas donde pude comprobar la disparidad de reacciones en los diferentes países que atravesé: Italia,Grecia,Bulgaria,Rumanía,Ucrania y la monumental Rusia. Una contínua superación de miedos que me llevó hasta el mar de Japón después de rodar 17000kilómetros. Salí de mi casa sin saber hasta dónde llegaría porque la inestable situación actual no me permitía fijarme un destino concreto. Allí donde me dijeran “de aquí no puedes pasar” buscaría un lugar para dejar mi moto y regresaría a mi hogar. Afortunadamente, todo se fue colocando en su lugar para que pudiera realizar mi sueño. Un viaje que ha quedado plasmado en las páginas de “La chica que tenía prisa por ver el mundo”.
EL EMPRENDEDOR
Sonia Barbosa nació en Aveiro(Portugal)en 1975 aunque, desde niña, encontró su paraíso en Asturias donde lleva enseñando esa tierra desde hace siete años en un blog que está alojado en el periódico El Comercio “Explorando el paraíso en moto”. Tenía tan solo 12 años la primera vez que dijo que algún día escribiría un libro y tuvieron que pasar 30 para que saliera a la luz ”Alaska, en moto hasta la Última Frontera”, su primera obra. Desde entonces, ha publicado otros cinco libros más y en éste, espera que tú seas uno de sus mecenas para ayudarle en esa segunda etapa de la vuelta al mundo en moto.
“La moto no es lo tuyo” le dijo su profesor de Autoescuela. Una frase que le sirvió para coger fuerzas y seguir avanzando. Con su 1,52 mts de estatura tuvo muchos problemas para acceder al mundo de las dos ruedas empezando porque la primera vez que se subió a una no tenía ni equilibrio al no haber andado nunca en bicicleta. Nunca ha podido probar ninguna de las motos que ha tenido. La primera de ellas, una Ducati Monster 620 la compró antes de sacarse el carnet y estaba más en el suelo que de pie. Pasaba tanta vergüenza ante aquella situación que comenzó a salir en solitario y consiguió convertir una debilidad en una fortaleza. A día de hoy, ha recorrido la costa este de USA, la oeste hasta llegar hasta Alaska, Kirguistán, ..y el pasado 31 de mayo comenzó la primera etapa de la vuelta al mundo llegando hasta Vladivostok, en el mar de Japón. “La chica que tenía prisa por ver el mundo” es un título que la define claramente porque cree, en realidad, que no tenemos tanto como creemos.
UN ADELANTO
La carretera se convirtió en una pista de patinaje y la decisión de no continuar fue la más acertada sin duda. Como pude y con calma cambié el rumbo hacia Catisoara donde paré, sin más, junto a unas casas que había próximas a la carretera. Por la gran cantidad de letreros, pude darme cuenta de que había bastantes pensiones pero no se veía apenas movimiento. De repente, a mi izquierda, una mujer abrió un portón rojo y me miró.Le hice el ademán de que estaba buscando un lugar para dormir y asintió con la cabeza.La moto estaba posicionada en cuesta y apenas podía dar para atrás así que le dije si podía empujar apoyando sus manos sobre la cúpula mientras yo movía los pies. Abrió el portón de par en par y metí a Trailera en el patio. Le dí las gracias por su ayuda y le pregunté si necesitaba el pasaporte para hacer la inscripción a lo cual me contestó que no. Se la veía muy dinámica y enérgica. Poco después me confesó que su nombre era Olimpia.Se interesó por mi edad. Tengo 45 años le dije..Querían ayudarme a subir el pesado petate hasta la habitación a la cual se accedía por unas escaleras. Las otras dos estaban vacías. En fín, la casa era toda para mí.Dejé las botas en la entrada y los guantes sobre el radiador(si los retorcía el agua caía a modo de cascada como un chorro). Tenía frío y les pregunté si podía darme una ducha. Tardé un montón en salir de ella pero estaba disfrutando tanto…Recogí el portátil y bajé al patio en el cual había un pequeño compañero de cuatro patas y peludo que salió a darme la bienvenida. Otro chaparrón fugaz cayó en un abrir y cerrar de ojos. Le pregunté a Olimpia si ella daba de cenar o tenía que ir a un supermercado, sobre todo porque se estaba haciendo tarde y no quería que cerrara. Me contestó que lo haría ella, así que abrió la nevera y sacó dos trozos de queso con una pinta estupenda y tras ello, cortó un poco de tomate(el cual no probé). Hablamos de nosotras, de nuestras vidas. Preguntó si estoy casada a lo cual le dije que sí, que con mi moto. Me enseñó fotos de su nieto, de 12 años que está en Ohio, en Estados Unidos desde hace 10años y le agradecí toda su ayuda. No tardé en subir a mi cuarto y desde él , contemplé otro atardecer.Esta vez, con la Transfagarasan susurrándome.