Mi proyecto consiste en la publicación de mi novela,
un relato erótico para el público joven-adulto.
Necesito apoyos para financiar los servicios editoriales, de publicación,
corrección, distribución y marketing.

Si esta campaña tiene éxito, terminaré de escribir la siguiente parte
de este libro, que es la precuela del primero.

A continuación ofrezco una sinopsis y la introducción del mismo,
para que puedan hacerse una idea de cómo va y cómo está escrito.

Además se realizará el sorteo de un colgante (un ópalo con forma de manzana y chapado en plata) entre todos los mecenas que participen.

Sinopsis

Pau es un joven encantador, inteligente, comprometido... Todo lo que una madre podría desear.Eva es una mujer amable y cándida, incapaz de concebir hijos, y que, viéndose atrapada en un matrimonio asfixiante, decidió recurrir a la adopción como método para insuflar amor a lo que serían sus tres hijos (Carlos, Víctor y Pau). La historia comienza ante la revelación que le hace el mayor, Pau, el cual le confiesa la enorme atracción y deseo que siente hacia ella. Contada en primera persona por sus dos protagonistas, iremos descubriendo lo que sienten el uno hacia el otro. Nos meteremos en su piel para conocer sus pensamientos más profundos. Sus miedos, sus deseos y sus pasiones quedarán expuestas mientras se van descubriendo los secretos que ambos ocultan, y que serán de vital importancia para la resolución de esta historia cargada de amor, pasión y engaños.

Introducción

Me despierto en mitad de noche y no estoy sola. En mi cama hay alguien más. Debe ser uno de los niños.
Abro los ojos y, en la penumbra, enfoco la visión.

-¿Pau?-pronuncio.

-Si soy yo.

-¿Te pasa algo cariño?- Hace mucho que Pau no se mete en mi cama, ya es mayor para eso. Los pequeños lo hacen cuando tienen pesadillas, aunque él nunca lo ha hecho por ese motivo. Él lo hacía cuando alguno de los dos se sentía solo o extraño, así nos consolábamos el uno al otro.-

-¿Estás bien?

-La semana que viene cumplo 21 años- responde.

-Sí, lo sé- Digo sin saber dónde quiere llegar.

-¿Y qué? ¿Qué te pasa?

Es evidente que le pasa algo, pero Pau siempre ha sido muy reservado para sus cosas y va a ser difícil que me lo cuente sin más.

Tras vacilar durante unos segundos, Pau contesta al fin.

-De pequeño te pregunté cuándo pasa uno a ser adulto. ¿Te acuerdas?

-Pues no sé -dudo- me suena pero no me acuerdo. ¿Qué te respondí? -me intereso con curiosidad.

-Me dijiste que no hay un momento concreto, pero que si había que poner una edad, tú dirías que las niñas a los 18 y los niños a los 21.

-¿Eso es lo que te pasa? ¿Estás nervioso porque la crisálida se convierte en mariposa? -bromeo.- Sabes que no va a haber ningún cambio, los que cambian somos nosotros en nuestras cabezas. Lo que hay que hacer es evolucionar y madurar poco a poco. Tú siempre has sido muy maduro y responsable Pau, ¿por qué te preocupas por eso?

-El caso es, que con 11 años, por muy maduro que fuese, no era considerado un adulto. Tú no me consideras un hombre –señala, dejándome aún más confusa si cabe.

Pau siempre ha sido muy responsable, consigo mismo, con sus hermanos... Apenas discutimos, es un muchacho ejemplar. Es bueno en sus estudios, trata bien a todo el mundo, es listo, aplicado, sincero y extremadamente minucioso en casi todo lo que hace. Al principio no era así, hace mucho que cambió. Y eso es lo que no entiendo. ¿A qué viene esto ahora?

Parece que tiene el complejo de Peter Pan pero al revés; él quiere crecer y pronto, es lo que siempre ha querido, y nunca me ha parecido bien. Sé que me ha ayudado mucho, pero odio pensar que no ha aprovechado su infancia como debía.

Por supuesto que sé que ya es un hombre, cómo no darse cuenta. Supongo que es cosa de madres ver a sus hijos como si fueran bebés, y tratar de cuidarlos y protegerlos del mundo exterior, de otras personas; y aunque éstos estén ya casados o incluso tengan sus propios hijos, una madre protectora siempre velará por sus cachorros. O cualquier madre normal y decente.

-Tú siempre vas a ser mi bebé -le digo acariciándole la cara y el cuello.

-No quiero ser tu bebé –contesta casi enfadado.

Coge mi mano y la desliza hasta su pecho. Tiene la respiración muy agitada y el corazón le late muy deprisa. Le retiro el pelo de la cara y este inclina la cabeza en señal de pesar y a punto del sollozo.

-¡Ey!, vamos, cariño –digo acercándome para abrazarlo.

Estamos a finales de verano, pero aún hace calor. Yo sólo llevo una camiseta y las bragas, por eso al ponerle la mano en el pecho y notar que no llevaba nada, no me he extrañado. Sin embargo, ahora que lo estoy abrazando siento que debajo tampoco lleva ropa.

-¿Cariño? ¿Estás desnudo? -pregunto a pesar de saber la respuesta.

Asiente con la cabeza en mi hombro.

-¿Y qué pasa, que ya no le tienes respeto a la cama de tu madre? -digo entre chistosa e incrédula.

-No puedo –responde casi inaudible, con la cara enterrada en mi cuerpo.

-¿Qué quieres decir? -ahora totalmente confundida.

-Te quiero –me dice mirándome a los ojos.- Te quiero –repite.

-Yo también te quiero mi vida.

Repentinamente me agarra y me estrecha contra él. Me quedo perpleja.

-Yo me refiero a esto – me susurra para a continuación besarme en los labios.

Con una mano acaricia mi espalda mientras con la otra, en mi cuello, dirige el movimiento de mi cabeza. Me está besando, y no en la forma en que un hijo besa a su madre. Desliza suavemente su mano por mis caderas y de nuevo por la espalda acercándome aún más a él. Es en este momento cuando me doy cuenta de que estoy a punto de sentir partes de su cuerpo rozando con el mío. Partes que no quiero sentir bajo esta situación tan surrealista, así que, con tranquilidad, le pongo la mano en el pecho y lo aparto de mí, cuidadosamente.

-¿Pau? -trago saliva- ¿Qué estás haciendo? -tomando conciencia de la situación.

No obtengo respuesta.

Me incorporo en la cama más nerviosa.

-¿Pau? -Espero impaciente, y lo miro de reojo temiéndolo.

Espero que me diga que es una broma, pero Pau no es un chico de gastar bromas. Esto sería más propio de Vic pero no de Pau.

-Estoy enamorado de ti –revela al fin.

-¿Qué? -pronuncio débilmente por la impresión, el desconcierto y sobre todo por el terror. ¿De qué demonios me está hablando? ¿Se ha vuelto totalmente loco?

Me levanto alterada de la cama, tratando de mirar al suelo, la cara desencajada y los brazos haciendo aspavientos, intentando despertar o lo que sea.

-No puedes enamorarte de mí. Soy tu madre –sentencio.

-No eres mi madre –me recuerda con pesar.

-¿Por qué me estás diciendo esto? -incrédula y dolida.

-Porque es verdad –pausa – Lo siento –dice con la mirada al suelo.

Se levanta despacio y se dirige hacia mí. Me cruzo de brazos sin saber qué esperar.

-He estado enamorado de ti desde siempre –dice mirándome a los ojos y tomando uno de mis brazos.- Te amo y te deseo desde siempre. ¿Lo entiendes? –me dice sin apartar sus extraños ojos grises de los míos, dándome seguridad y plena confianza en sus palabras. Pau no miente, Pau me mira a los ojos y dice la verdad, Pau me hace sentir incómoda.

De pronto me siento incapaz de permitir que siga tocándome y me aparto sobrecogida e impresionada.

-Tú lo eres todo para mí –dice dolido por mi reacción.- Por ti soy como soy. Todo lo que hago lo hago por ti y pensando en ti... -Coge aire y me mira a los ojos para concluir- Sólo he pensado que ya era hora de decírtelo.

Se da la vuelta despacio y se marcha de la habitación.

Me quedo sola, desconcertada y a oscuras en el silencio de la noche. Creo que no voy a poder dormirme otra vez.

Presentación

Me llamo Lorena Góguez y soy de Ceuta, aunque estudié en Granada y ahora vivo en Madrid. 
Hice mi licenciatura en Bellas Artes, y luego un Máster en fotografía de moda. 
He ido tocando todas las ramas artísticas posibles, y desarrollandome en las que me veía más capacitada.
Este libro lo empecé a escribir durante la carrera, pero no lo he terminado hasta este año. Ahora tenía tiempo libre (estoy en el paro).
Decidí continuarlo, también en parte, porque mucha gente que lo leía me animaba a continuar; y lo cierto es que, aunque hubieran pasado 5 años desde que lo empecé, yo seguía dándole vueltas a la cabeza y pensando en cómo acabaría esta historia, que a mi también me intrigaba.
Y aunque lo cierto es que nunca me vi capacitada para escribir un libro (sobre todo porque soy un tanto disléxica), siempre me ha gustado inventar historias apasionantes y hacer que la gente se interese por ellas. Creo que no se me da mal entender la psicología de las personas y por eso pienso que eso es lo que tiene de especial esta novela, o por lo menos, es lo que he tratado de darle. He querido que mis personajes estuvieran vivos, que fueran imperfectos, irracionales a veces, apasionados casi siempre y chistosos de vez en cuando.
Espero que el final no decepcione a nadie, y es más, si gusta, ya tengo pendiente la segunda parte.
Nada más que añadir, salvo un especial saludo y un fuerte abrazo a todos los que me siguen y me han apoyado.
A todos los demás, gracias de corazón.

Lorena Góguez.