Nuestro proyecto está destinado a niños con discapacidad intelectual (síndrome de Down, autismo, retraso intelectual, etc.) en África, concretamente en Camerún, donde no hay educación especial debido a la falta de concienciación y de medios y educadores especiales. En España trabajamos junto a un grupo de profesionales de educación especial, que viajarán al terreno en Camerún para trabajar con los niños, con educadores locales y con la población del lugar, que piensa que es un castigo divino tener un niño con discapacidad mental.
Básicamente nuestro trabajo consistirá en:
- la educación en las aulas con los niños,
- formación de los educadores y voluntarios locales,
- la sensibilización de la población sobre la discapacidad intelectual,
- la concienciación del gobierno y las instituciones locales,
- la escolarización de los cientos de niños que están escondidos en sus casas, gracias a la preparación y concienciación de sus familias, haciéndoles ver que sus hijos pueden tener un futuro como cualquier otro niño, y
- la última fase de nuestro proyecto: la creación de un centro educativo social para que todos estos niños tengan asegurada una educación adecuada y un correcto desarrollo de sus funciones, ya que todos los niños tienen derecho a la educación y a su integración en la sociedad.
La asociación Mirando por África, en España, nació del sueño de una madre que vio nacer a su hija con una discapacidad intelectual. En muchas tribus de África, cuando nace un niño con discapacidad intelectual hay que deshacerse del bebé porque se cree que es una serpiente que viene como una especie de castigo divino. Aun con mi condición que confirmaba sus palabras, su papá era cristiano y yo musulmana, esto era algo insostenible. La situación producía rechazo y deshonra incluso en mi propia familia, al igual que sucede con otros tantos niños en África, en las mismas circunstancias.
Pasaban los días y las noches y no veía ningún cambio, me moría de angustia, además obviamente el rechazo era muy cruel. Yo solo tenía 24 años y con la presión de la tribu de mi marido veía como mi niña no se movía, no lloraba, llevaba días sin dormir... Un día vi un documental en la televisión sobre los niños con discapacidad intelectual en Europa: cómo eran queridos y tratados. Así que no dudé en coger mi mochila y lanzarme a la aventura más larga y peligrosa de mi vida con el objetivo de salvar la vida de estos y dar una vida mejor a mi hija, pero eso solo si lograba algún día cruzar el desierto y el mar que me separaban de Europa.
Pasé varios meses de largo viaje recorriendo diferentes países como Nigeria, Benín, Burkina Faso (Bobo-Dioulasso), Níger y Mali (Bamako), y atravesando a pie el desierto del Sáhara, que parecía insuperable: estuvimos siete días cruzando el desierto y lo único que me mantenía con vida era la esperanza de volver a ver la cara de mi hija. Por suerte, logré atravesar el desierto de Tamarasset, en Argelia, pasando por la ciudad fronteriza de Uchda, en Marruecos, para poder llegar al bosque. Desde ahí tenía que entrar en España nadando durante diez horas, sabía que era muy arriesgado pero ¡qué madre no haría cualquier cosa para salvar a su hijo!
Después de tres largos meses de viaje, llegué por fin desde Camerún hasta Ceuta. Gracias a este peligroso viaje, logré abrir un mundo nuevo de oportunidades a mi hija del alma y con este proyecto esperamos poder abrir las puertas también a los demás niños de Camerún y de toda África. Hace exactamente tres años que logre traer a España a mi niña, donde va a una escuela de educación especial, tiene personas especializadas que le forman, le enseñan para que pueda tener una educación y, sobre todo, lo hacen con mucho cariño.
De esta experiencia nació nuestra asociación Mirando por África en España. Este era mi sueño que por fin se ha cumplido: verla feliz, pero ahora estoy luchando para que todos los niños que se quedaron en Camerún puedan tener también esta oportunidad y acceder a una educación especial, porque lamentablemente en mi país y en muchos otros países africanos no hay ningún tipo de educación especial para estos niños. Espero que algún día, con la ayuda de todos, seamos capaces de hacer la primera escuela especial en Camerún y lograr lo que sus corazones deseen.
Finalmente, este es el objetivo primordial de la asociación Mirando por África, en España: construir una escuela de educación especial para estos niños, con educadores especializados que se encarguen de su educación y así poder asegurarles un futuro en su tierra, África.