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¿Es posible huir del destino? Rohin, el legendario Halcón, ahora es solo un hombre cansado, perdido entre recuerdos y fantasmas, obligado a olvidar el guerrero que fue y que una vez cambió el devenir de reinos enteros. Pero las sombras siempre encuentran el camino. Entre las hordas bárbaras que se acercan conspirando, cortes de asesinos, fantasmas del pasado y un artefacto capaz de destruir Celerian, Rohin deberá elegir: seguir huyendo o volver a recuperar el nombre que le forzaron a enterrar. Mientras tanto, una figura sin rostro mueve hilos en la oscuridad, paciente, urdiendo un destino que solo él conoce. Aunque obligaron al hombre a olvidar quién era, el Halcón jamás se olvidó de volar.
Álvaro González Hidalgo (Madrid, 1986) es un apasionado de la literatura, especialmente histórica, fantástica y de aventura. Desde pequeño, las leyendas de héroes y tierras exóticas despertaron su imaginación, llevándolo a crear sus propias historias. Tras muchos relatos cortos guardados en un cajón, El Númakim: El Renacer del Halcón es su primera novela, donde combina su amor por la fantasía medieval con una narrativa centrada en el desarrollo de personajes profundo y la aventura. Inspirado en autores como Patrick Rothfuss, Brandon Sanderson o Andrzej Sapkowski, ha trabajado en esta obra para aportar una visión más ágil, realista y fresca del género.
Para él, la escritura es una forma de relajarse y evadirse mientras explora mundos y personajes, y con esta novela da su primer paso en el mundo editorial.
«El Númakim: El Renacer del Halcón, no es solo una novela de fantasía, sino el viaje al corazón roto de un guerrero que ya no puede volver a recorrer el camino que lo definía. Nació de una pregunta sencilla: ¿qué ocurre con los héroes cuando el mundo deja de aplaudirlos?
Esta novela explora el miedo, la culpa y la necesidad de aceptar lo que somos, aderezada con acción, personajes llenos de carisma y un halo de misterio que no dejará a nadie indiferente. Para lectores que busquen un viaje de fantasía oscura, en el que cada paso es una lucha por reconstruirse, personajes con alma y una voz que siga resonando mucho después de cerrar el libro. Una historia que nos recuerda que el mayor enemigo no siempre empuña un arma; a veces habita en el propio pasado. Volar no siempre significa escapar.»
«—Al fin, Rohin el Halcón y la hermosa Kyrith —dijo con su voz aterciopelada mientras hacía una pequeña reverencia exagerando sus movimientos con los brazos y las piernas—. No sabéis cuanto me alegra que hayáis aceptado mi invitación. —Hizo un gesto para que se acercasen a la mesa mientras el resto de su grupo se hacía a un lado. Un gesto totalmente dramatizado, como si de un baile se tratara—. ¿Puedo ofreceros alguna bebida o algo de comer?
—No hemos venido para merendar —contestó Rohin secamente—. Tan sólo hemos venido porque dices tener información que puede interesarnos. Dinos sin rodeos qué pides a cambio.
Hubo un momento de silencio en aquella gran sala, con los dos númakim mirando al Rey de los Olvidados con el gesto serio, mientras éste miraba boquiabierto a un punto difuso en el suelo, como si hubiera olvidado que estaban allí. Hasta que de repente una carcajada espeluznante, aguda y estruendosa salió de su garganta, al tiempo que sus hombres reían entre ellos, dándose codazos y señalando. Era una risa macabra que se prolongó durante unos largos segundos. El Rey de los Olvidados miraba de manera desquiciada a los númakim con su único ojo abierto mientras seguía riendo desmesuradamente y Rohin y Kyrith intercambiaban miradas incómodas.
—¡Amigos míos! —Exclamó extendiendo los brazos hacia arriba cuando quiso terminar de reír—. ¡Nosotros no deseamos nada de vosotros! Tan sólo queremos ayudaros a que esos bárbaros no consigan completar el Reloj de Morxon. Sería terrible para todos —concluyó llevándose dramáticamente el dorso de la mano a la frente.
Ni Rohin ni Kyrith sabían muy bien qué hacer en semejante situación. Parecía que aquel hombre había perdido la cordura, pero aun así sus hombres parecían serle leales.»
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Álvaro González Hidalgo os lo agradeceremos.