Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Atenea Jones no tiene una vida fácil; sufrir casi a diario los abusos de su padre, cuidar de su hermano menor, conseguir dinero para poder huir de su progenitor y tratar de mantenerse con vida. Pero ella tenía un plan, parecía sencillo, sin fugas. Al cumplir la mayoría de edad escaparía con su hermano donde fue la persona más feliz del mundo durante años, a San Diego con los amigos que considera familia. Esa ciudad donde nació la Princesita de San Diego, su otro yo, el cual triunfaba con cada carrera y pelea en las que competía.
Pero hubo una variante que no consideró porque le parecía una posibilidad tan remota que la descartó, la de enamorarse. Una opción que no contempló y que puede acabar con todo.
¿O quizá será lo que la salve de esa vida llena de abusos?
Nacida en Ourense el 28 de marzo de 2002, Antía Martín Mosquera descubrió su pasión por la escritura gracias a una profesora que vio su potencial en una redacción y después de darse cuenta de lo mucho que disfrutaba escribir, no pudo apartarse del teclado.
Comenzó a escribir en la aplicación Wattpad con 14 años, en 2018 surgió Amores extraños ganando fama rápidamente entre los usuarios. Conocida en la plataforma como «Basketballplayer7», hoy la versión actualizada de su primer libro sale a la luz. Con seis obras a su espalda hoy presenta una de ellas en físico.
«Estos son algunos comentarios que mis lectoras dejaron cuando acabaron mi libro y quizá ellas te convenzan de darle una oportunidad:
“¡Necesito este libro en físico para admirarlo en mi estantería!”
“Hermosa novela. Me saco el sombrero. Me atrapó hasta no dormir en toda la noche para ver lo que pasaba”
“Amo tanto este libro que ya perdí la cuenta de cuantas veces lo releí”
“Creo que descubrí esta joya demasiado tarde, porque me ha encantado.”
“Me fascinó, hasta me dolían los golpes que sufría la protagonista, una obra de arte”
“Engancha de principio a fin y no es todo de color rosa, eso hace especial a Amores extraños. En el libro acompañamos a la protagonista por situaciones que os dejarán con la piel de gallina. La autora de este libro tiene un don para las palabras”».
«Escucho golpes fuera de la habitación y yo miro a mi hermano alarmada, no puede entrar aquí, porque si entra puede pasarle algo a Will. Me armo de valor dirigiéndole una última mirada antes de salir comprobando que siga dormido, salgo de la habitación y cierro la puerta con llave.
Suspiro notando cómo el corazón golpea con fuerza mi pecho mientras comienzo a caminar hacia el salón, veo su sombra moverse por la habitación mientras bebe de una botella, seguramente de alcohol. Me asomo a la habitación y l lanza la botella contra la pared que me protege haciéndola añicos, se tambalea hasta dejarse caer en el sillón para prestar atención al programa que televisan.
—Tráeme una botella de whisky— me ordena, muerdo el interior de mi mejilla mientras me acerco a la pequeña nevera.
Se la extiendo y me dedica una mirada de asco mientras me observa de arriba a abajo. Agarra la botella, pero antes de que pueda quitar la mano agarra fuertemente mi muñeca para tirar de ella y acercarme a él.
Sé lo que viene ahora, a estas alturas está tan borracho, que me ha vuelto a confundir con ella.
Libera mi muñeca para agarrar mi mandíbula ejerciendo una fuerte presión sobre esta, sus ojos dilatados por el alcohol me observan fijamente.
— ¿Por qué me abandonaste Samantha? —balbucea— ¡Yo te quería! — me grita apretando más su agarre en mi cara, su aliento golpea mi nariz dándome ganas de vomitar.
Contemplo al que alguna vez fue mi padre, al que alguna vez me cuidó cuando era pequeña, pero ahora solo es el hombre que me golpea cada noche. Él es como una infección, una vez está dentro avanza pudriéndolo todo y hasta que no acabe conmigo, no parará. Por suerte, nosotros nos parecemos más a nuestra madre que a él, pero la genética es caprichosa y Will tiene el mismo color de ojos que él. La diferencia es que su mirada es pura e inocente, mientras que la mirada de mi padre está llena de odio.
—Me dejaste a cargo de dos niños de mierda que solo dan problemas —dice arrastrando las palabras, por el elevado alcohol en sangre que tiene su organismo.
Me da la primera bofetada tirándome al suelo del impacto, mi respiración comienza a acelerarse y noto como las lágrimas quieren salir, pero bajo la mirada tratando de controlarlas.
No llores, lo prometiste. Por muy dura que sea la paliza, no llores nunca más».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Antía Martín Mosquera os lo agradeceremos.