Nace en el seno de una familia de contadores de clase media en la urbe capitalina colombiana. Se cría en un difícil barrio periférico en dónde se interesa por el cine, la lectura y el dibujo. Primero porque encuentra una porno en formato beta en la gaveta de su padre, segundo porque es golpeado en la escuela con un volumen ancho de ‘Crimen y Castigo’ y tercero porque es un fiel aficionado de la animación japonesa. Cultiva sus tres pasiones en su tiempo universitario dónde finalmente se inclina por el séptimo arte. Se ha planteado una rica actividad fílmica que le mantendrá ocupado hasta el año 2036, año en el que cree morirá de alguna ridiculez técnica. Se autoproclama el Jesucristo del séptimo arte porque se jura un salvador fílmico, también se ha declarado alumno sacro y heredero magno de difunto realizador polaco Krzysztof Kieslowski.