Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
2ª Mitad del siglo XXII. Juan (33), integrante de la 2ª Generación Unitaria, individuo fornido, inteligente y pro-unicidad, además de funcionario en la Unidad Específica de Agentes (UEA; encargada de la búsqueda, persecución y posterior eliminación de afectos) es afectado por Lorena Mara en mitad de una misión de desunión. Lorena y Juan llegan hasta la ciudad de Neus, la urbe construida por afectos bajo U-Sevilla, donde tendrá que demostrar al Partido Contraunitario que puede sentir afecto hacia los demás. Pero entonces Juan descubre el plan que tienen organizado, y este descubrimiento volverá a dar la vuelta a su vida: la Operación 'Unión', creada para acabar con la vida de la mitad de los individuos de la Gobernación. Un ataque terrorista sin precedentes…
Álvaro García Peralta nace en 1993 en Sevilla. Estudia Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Sevilla, continuando sus estudios en la Escuela de Cine y Artes Escénicas de Sevilla (ECAES) con un Grado en Guion. En 2019, publica su primera novela juvenil, El ascensor de juguete, y su primer poemario La ciudad desierto. Su relato Claveles en el agua, ha sido finalista del IV Premio Internacional Literario de la Ciudad de Sevilla 2019 y ganador del XXX Concurso Regional de Cuentos y Poesías "Isabel Ovín". En 2020, gana el VIII Concurso de Relato “Alberto Fernández Ballesteros” con su obra Hay pingüinos en los polígonos. En 2021, gana el VII Certamen de Relatos Cortos sobre DDHH de Amnistía Internacional Andalucía con su obra La fuente. Conocido en redes sociales (@alvarogpoesia) por sus escritos y poemas.
«Doy las gracias a todo aquel que me acompañe en este viaje, en este abrazo, a quien sienta el Afecto desde la primera palabra que lea. Esta historia comienza con el Afecto, y termina contigo. Es, ahora, tu Tiempo. Y si adquieres el libro, y te abraza, te afecta, difunde su historia, consigue que llegue a los tuyos: a tus amigos, a tus familiares, a tus vecinos, a todo el que pueda ayudarnos a escribir la segunda parte de Tiempos del Afecto: Tiempos del Rencor. Todo, claro está, si has disfrutado con ella, si has sentido el Afecto, como yo lo hice. No puedo terminar toda esta locura sin darte las gracias, a ti, mi queridísimo lector, que haces y conviertes mis obras en éxitos, que amas las historias tanto como yo, que formas parte de mis mundos interiores y me ayudas (¡cuánto lo haces!) a que se hagan realidad.».
«—Eres hermosa.
Lorena cambió el rostro y apartó la mirada por primera vez.
—No.
—Lo siento —dijo Juan—. Tienes unos ojos hermosos.
—No, Juan.
—Lo siento —volvió a disculparse. Estaba realmente avergonzado.
—¿No debo decir…? —Juan no entendía qué le pasaba a Lorena—. ¿No debo decir lo que siento?
—Por supuesto —cedió Lorena—. Pero a veces, cuando hablamos de sentimientos, de esos sentimientos, podemos llegar a confusiones. No es bueno confundirse, Juan.
Lorena dio por terminado el día, y se marchó, sin despedirse. La noche la pasó recuperándose de aquel mal trago. El día siguiente lo tomaron de reposo, y aprovecharon para descansar el resto del día, cada uno por su lado.
Después volvieron a retomar los encuentros con total normalidad, pero sin volver a mencionar en ningún momento lo que había ocurrido aquella noche.
Días después, Juan intentó comprender por qué la Gobernación de la Unicidad proporcionaba siu a los individuos.
El siu era una droga sintética que inhibía aquellos síntomas asociados al Síndrome de Soledad Crónica al que estaban impuestos. Cuando vivía bajo los efectos del siu, no necesitaba hablar o estar con nadie. Sin embargo, ahora, no podría vivir sin hablar, tocar o comunicarse. Pero realmente lo importante del siu no era eso, era que eliminaba aquel factor que hacía que las personas estuviesen unidas y formasen grupos. De esta manera, los dividía, los individualizaba. Y como individuos, perdían fuerza. Era igual que debilitarlos; estando solos, estaban indefensos.
Las dictaduras modernas estaban basadas en el miedo, en la sensación ilusoria de seguridad, y conseguían a través de su discurso hacer que los individuos construyesen sus propios muros para encerrarse entre ellos, usar sus propios hogares como cárcel; una cárcel de la que no querrían salir jamás. Una dictadura carcelaria donde, gracias a la seguridad y la virtualidad, los presos idolatrarían su prisión.
Cuando llevaba varias semanas viviendo en la ciudad, se dio cuenta que no estaba infectado. Después de haberse expuesto en miles de ocasiones desde que huyó con Lorena al peligro, no había notado ningún síntoma.
Lorena lo introdujo en el grupo permitiéndole entrenar con ellos por las tardes, mejorando su combate cuerpo a cuerpo y su puntería con armas de fuego. Pero todas las noches volvían a mirarse directamente a los ojos para hablar del Afecto.
—¿Sabes por qué aquel día te dije aquello? —preguntó Lorena.
—No.
—Porque eso no era Afecto.
—¿Decir que eres hermosa no es Afecto?
—Sí, puede serlo. Pero lo que tú expresaste era algo diferente. Era amor, y el amor es un tipo de Afecto mucho más fuerte.
—¿No debemos expresar el amor hacia alguien?
—Sí. Debemos expresar el amor hacia los demás. Si amas de verdad, debes decirlo con orgullo y confesarlo. Pero abrirse al amor es difícil y muy peligroso. Más que nada en este mundo. Pocos se aventuran a amar de verdad. El que dice amar a alguien, y ama a medias, deja de tenerle Afecto.
Mantenían esa misma rutina todos los días. Notaba como su cuerpo se relajaba y se adaptaba a vivir en aquel lugar.
El tiempo pasaba, Juan se afectaba, y Neus dejaba de ser una prisión, y cada vez se parecía más a un hogar».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Álvaro García Peralta os lo agradeceremos.
