Estamos en la Barcelona de la década de los cincuenta del siglo XXI. Cataluña ha ganado su independencia y se ha convertido en una república tras ganar, en una segunda guerra civil, al estado español. Kilian no es un Blade Runner. Su novia tampoco. Pero en este derruido escenario, islamizado y claustrofóbico, donde los psicópatas no andan precisamente sueltos ni escasean, sino que por el contrario pululan y medran al socaire de bandas venidas de todos los rincones del orbe, sobrevivir no es tarea fácil. Y más si varias de ellas te andan buscando para matarte. A ti y a tu sueño adorado en forma de mujer.
Fernando Gracia Ortuño, Barcelona, 1963. Aunque de formación variada en distintas disciplinas, como Dirección en Cocina, Psicología o Mecánica Industrial, desde temprana edad mostró interés por la literatura. En el año 84 queda finalista en un concurso de relatos en el centro cultural de Torre Llobeta, Barcelona, con un relato satírico titulado «¿Qué es la literatura?», en 2011 quedó finalista de otro concurso literario con el relato «Lo más gore», de la editorial Innovalibros. Ese mismo año ganó el concurso internacional de relatos Turistilla, con el relato de humor «La Playa», en 2013 gana el concurso «Equinoccio» de microrrelato negro con un relato titulado «El Cumpleaños». A primeros de 2016 gana (como relato más votado), la primera edición del encuentro literario de la revista Solo Novela Negra, con un relato criminal titulado «No tienes huevos». También ha trabajado de locutor de radio con un programa de literatura en Esmiradio.es titulado Leyendas en el Tintero, y ha publicado relatos en distintas antologías, desde las de género negro hasta las de erótico o satírico. Mientras ha ido acumulando narraciones en sus distintos blogs y páginas web. Con parte de ellos, en el 2011 publica con Ediciones MTM la antología «Y digo yo» y después en Wattpad otro libro de relatos titulado El escaqueator. En abril de 2013 publica con Serial Ediciones la novela negra: «Un detective en la cocina». Y en Enero del año siguiente, con Ediciones Oblicuas, una recopilación de cuentos satírico-macabros titulado «El mote y otros relatos satíricos».
En Marzo de 2016 publica con Equilibrista Editorial «La Rebelión de las Lentejas», una desternillante novela donde hace incursión en el género de la sátira novelística. La rebelión de las lentejas es en efecto una burla cáustica y mordaz, ingeniosamente premeditada e implacable, de cierta realidad impuestas o creída por la sociedad, que se presupone como justa, buena o perdurable, no siéndolo casi nunca.
También en 2017 publica con Ediciones Carena la recopilación de relatos negros y satíricos «Holocausto Animal», varios de los cuales habían sido previamente publicados por la revista del género negro por excelencia Sólo Novela Negra, de Granada. Actualmente Fernando Gracia colabora con dicha revista con relatos negro criminales. En el 2020 publica con Distrito 93 la escalofriante novela negra, de cariz futurista, «?Rehenes del abismo».
«¿Por qué leer justamente esta novela futurista y tan salvaje? Pero, ya que estamos en crisis de pandemia, el país en bancarrota y nuestros dirigentes haciéndolo cada vez peor y empujándonos al desastre, el hambre y la muerte, ¿se han preguntado por qué hemos llegado a esta situación, cómo ha podido suceder algo así, hacia dónde vamos, o por qué, por dar solo un ejemplo banal, cuando le ocupan la vivienda a alguien y le obligan a pagar los gastos de manutención de las mafias, no se hace nada a nivel legal para impedirlo y defender al humilde trabajador que ha sido víctima de semejante atropello. ¿Quién empezó implantando el caos? ¿Tienen algo que ver los políticos corruptos de la actualidad? ¿Por qué lo están haciendo tan descaradamente? ¿Cómo defenderíamos a los nuestros en un infierno como el que se describe en la novela? ¿Acaso un mundo tan brutal no sería incluso más detestable y odioso que la misma muerte si tuviéramos que liberarnos de sus garras? Precisamente por ello habría que leer Rehenes del abismo, porque es justamente lo que describe. Es más que posible una ruina tal, un mundo como el de esas películas de ciencia ficción que vemos pero que nunca asociamos a nuestra propia vida. Sin embargo, algo está cambiando en la actualidad. Se podrá comprobar a las pocas páginas. Y que se trata de una novela de liberación, donde el amor empuja la trama con motivaciones primarias y ancestrales, presentes y artífices de todo cuanto nos rodea desde el origen mismo de la especie».
«La mayoría de los días, al salir a la calle, miraba detenidamente por la mirilla, empuñada la pistola, por si estaban ahí afuera, espiando mis movimientos. Sabían que vivía solo. Ya había encontrado alguna vez en la puerta las marcas del lenguaje simbólico de las mafias. Salía, atisbando por los rincones como un gato precavido. Un par de tiros y ya está, están apañados conmigo, sentenciaba entonces. La policía científica me identificaría y me llevarían preso. Si me cogían. Pero siempre me andaba con cuidado. Ellos se harían de todas formas con el piso, los que quedaran con vida, si me cogían los policías autonómicos.
Inmediatamente hubieran aprovechado la ocasión para ocuparlo. Si no lo hubiese hecho una banda lo habría hecho otra. Si no pertenecían a una nacionalidad, pertenecían a otra. El caso es que más me valía instalar una buena alarma para preservarse de toda esta mierda de las mafias de acogidas masivas de delincuentes especializados en el allanamiento, como las llamaba yo. Al menos si quieres conservar tu guarida y no convertirte, de la noche a la mañana, en un paria miserable, semejante a los recoge cartones de las esquinas o a los seres sombríos e irrespirables que habitan en las entrañas de los cajeros automáticos, pensaba.
Por todas estas cosas, si no perteneces a determinado grupo o banda, no está claro que lo puedas evitar siempre. Alguna vez saldrás de tu cascarón. Alguna vez descubrirás el rostro de tus contrincantes invisibles. Llegará un momento en que te cazarán, te cogerán y golpearán con saña y sin consideración alguna; te despojarán de todo, te morderán, zarandearán, te dejarán tirado en la cuneta como uno de estos perros abandonados y asilvestrados que luego aprovecharán la ocasión para morder tus manos, desgajarte, despellejar tus brazos y tal vez incluso rapiñar algún pedazo descuartizado de tu muslamen.
Está tan claro y diáfano como el agua cristalina que alguna vez hubo en el plato de las fuentes de montaña. Por eso te previenes del gobierno. ¿Quién no? El navajero con síndrome de abstinencia, el supuesto mena de acogida samaritana, las bandas latinas, como los Ñetas o los Latins King, Dominican Don`t Play, o los Trinitarios, que operan sobre todo en Madrid y Barcelona; las mafias búlgaras, rusas, o las bandas rumanas en el metro de las ciudades más importantes; los quinquis de poca monta y los pandilleros de las más diversas etnias de acogida, todos ellos están ahí fuera, esperándote para cazarte, como tendría que rezar el eslogan y tenerlo bien asimilado la población. Pero no es así. Nosotros lo sabemos mejor que nadie».