Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Finales del siglo XIX. Thomas Hastings, hijo de Lord William Hastings, decide huir de su despótico padre y de la casa familiar —Redcloak manor— para establecerse en la India con su esposa. Años después, por avatares del destino, la hija de ambos deberá ir a Inglaterra para vivir en la mansión.
En una sociedad y unas normas que le son extrañas, la adolescente Claire Hastings empieza a notar que no todo en Redcloak es lo que parece. ¿Es sólo su imaginación o hay algo turbio tras la fachada aristocrática ejemplar de su abuelo y sus otros parientes?
Para empeorar las cosas, además de esos supuestos misterios, Claire lidia con una extraña inquietud que la acosa desde antes de llegar a Inglaterra… Por suerte, algunos leales amigos intentarán ayudarla a salir con bien de la creciente sombra que se cierne sobre Redcloak.
Nací en Oviedo, Asturias, en 1981. Mi apellido, eso sí, es belga por herencia de mi bisabuelo. Yo he pasado casi toda mi vida en Asturias, donde estudié las carreras de Bioquímica y Biología. Profesionalmente me dedico a la enseñanza, como profesor de instituto. Deambulé primero dando clases por buena parte de Castilla y León y desde 2019 lo hago en Asturias.
Si bien mi formación académica ha sido científica, siempre he tenido inquietudes artísticas que he cultivado desde niño. Durante muchos años asistí a un taller de arte donde practiqué dibujo, óleo y acuarela, pero últimamente me dedico más a la ilustración digital. La fotografía de naturaleza —especialmente de aves—, el cine, el cómic y los videojuegos son otras de mis aficiones.
En cuanto a la literatura, mi predilección siempre han sido autores clásicos frente a los actuales, aunque resulte algo chocante al haberme ahora convertido yo en uno de los últimos.
«Redcloak es una novela con la que he tratado de homenajear a clásicos de la literatura de aventuras y misterio de la que, en mi modesta opinión como lector, fue la época dorada de este género: El siglo XIX y principios del XX. Si alguna vez disfrutaste con Jack London, Conan Doyle, Kipling o Wilkie Collins, quizá encuentres en Redcloak sabores similares. Si nunca leíste a estos autores, Redcloak te ofrece una mirada a un mundo y una época ya desaparecidos pero fascinantes, donde la intriga fluye y crece sutilmente como fondo del tapiz de personajes y ambientes: La India del Raj británico, la selva africana, la campiña inglesa y otros muchos escenarios, aderezados con unas medidas gotas de fantasía y con la aventura palpitando en cada capítulo. Y tal vez, cuando cierres este libro, te animes a leer a alguno de mis inspiradores».
«—Entonces acaba de una vez y deja de balbucear. Me pones nerviosa.
—¡Bien! La noche del baile, de madrugada, salí a airear la cabeza y di un paseo por el jardín… —James hubo de tragar saliva porque el rictus de ella se volvió un estilete apuntándole directamente a los ojos— y la vi… a usted, meterse en el establo.
—¿¿Y?? ¿A dónde quieres ir a parar, James?
—La policía me interrogó sobre ello… yo estoy convencido de que todo es una conjetura estúpida, pero… no les dije que fue a usted a quien vi entrar en el establo —
James empezaba a arrepentirse de haber querido volver a encontrarse con aquella mujer. Ella le dedicó una mirada insolente.
—¿Debería sentirme agradecida, es eso? ¿Es esto un chantaje? –Ella esbozó una sonrisa venenosa.
—No, no… yo… sólo quería que lo supiera —dijo él sonrojándose, pero herido.
Quizá estaba preocupada sobre esto…
Un pensamiento maligno que había ido gestándose en la cabeza de Lorraine acabó tomando forma de impulso violento.
—¡Pues por mí puedes decírselo a quien quieras, botarate! —dijo ella agarrándole cruelmente con la mano por la mandíbula hasta el punto en que sus uñas se le clavaron con fuerza en las mejillas.
—¡Demonio! —gritó él, sorprendido y, tratando de zafarse, empujó bruscamente a la otra.
Lorraine perdió el equilibrio por el empujón y porque el terreno hacía algo de pendiente y cayó de espaldas, golpeándose la cabeza con un topetazo seco contra las raíces de un roble. Su grito agudo cesó de cuajo con el impacto. Quedó inconsciente. James sintió que su corazón se saltaba un latido. Se agachó sobre la chica que tenía los ojos en blanco y estaba pálida como el mármol, pero parecía que respiraba débilmente. James intentó espabilarla con cachetes pero retiró la mano aterrado al ver un reguero de sangre que asomaba por detrás de la cabeza exangüe. Empezó a tirarse nerviosamente del cabello presa de un miedo atroz, ni siquiera oía las voces que le llamaban.
—James, ¡James! Soy Claire, hemos visto de lejos lo que ha pasado. ¡James!
—Claire… Por Dios Santo, tenéis que ayudarme, se ha dado en la cabeza… ¿Pero quién es esta mujer?
—Soy la intitutriz de Claire –dijo Janet tomándole el pulso a la joven desvanecida y comprobando su respiración. Está conmocionada y sangrando, hay que llevarla cuanto antes al médico.
El joven se calmó un poco ante la presencia de una persona de más edad que él y recuperó algo de iniciativa.
—Voy por un coche, esperen aquí –dijo James saliendo a la carrera».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y B. Detraux os lo agradeceremos.