Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Nadie puede explicarse los motivos de un secuestro en el seno de una familia sencilla y feliz.
¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Qué motivos inexplicables impulsan a los secuestradores? La única verdad es que todos están equivocados. La única verdad es que se han movido piezas erróneas y todos tendrán que asumir las consecuencias de sus actos. El protagonista de esta novela deberá volver a un pasado que quiso dejar atrás, un pasado que ni siquiera le pertenece.
Esteban Varela es, a su pesar, un novelista al que le sorprende un éxito repentino. El empuje que le permite conocer el amor y formar la familia que nunca tuvo. Antes fue un adolescente solitario con un pasado que desea olvidar, también fue un militar laureado.
¿Por qué todo cambió tan de repente? ¿Cómo aceptar lo inesperado? Esteban Varela no lo admitirá. Nadie lo conoce lo suficiente, nadie sabe hasta dónde está dispuesto a llegar.
José Luis Nisa Robledo (Badajoz, 1956)
Mis primeros recuerdos me llevan al pueblo pacense de Bienvenida, de donde es mi familia. Gracias a una beca, cursé estudios de bachiller en Almendralejo. Los continué en la Laboral de Alcalá de Henares durante dos años, y en la Autónoma de Barcelona, donde me licencié en Ciencias de la Información. En esa fecha mi familia había emigrado en su totalidad a Catalunya.
Durante mis estudios, y una vez acabados, hice mis pinitos en el periodismo, como corresponsal local de Tele/eXprés y como redactor en el diario de Sabadell La Veu de la Ciutat. No obstante, mi trayectoria profesional se desarrolla casi íntegra en la banca.
Mi vocación literaria siempre ha estado presente aunque en un segundo plano. He auto publicado las novelas El verano aquel, La vida en el camino, A la sombra del olivo y La vida insólita de Eliseo Durán. Creo que a aquellos que las han leído les ha gustado. Es la mayor satisfacción que me han dado.
«Fría es la noche nace con la pretensión de entretener al lector, con el deseo de que se sumerja en una historia que es diferente. Y no es poca cosa este objetivo. El argumento que en uno primeros momentos transita por lugares comunes y conocidos, se sumerge después en paisajes ajenos, en historias que se cruzan y se alimentan en sí mismas. Y ya sea para perfeccionarse o para escapar del pasado, el protagonista se reinventa a sí mismo. Lo hace sin pretenderlo como una vía de escape, lo hace sin imaginar los daños laterales de sus actos.
Esta novela explica que la vida es un cruce de caminos, la historia de varias historias que el azar acaba por conectar. Por que como dijo un poeta, aún a nuestro pesar, nadie es una isla y la noche, la fría noche, acaba por atraparnos.
Esa es la pretensión del novelista, apresar al lector hasta la última página».
«Ese atardecer Esteban hizo una pregunta que cambió el signo de la conversación.
—¿Vosotros habéis matado a alguien alguna vez?
Los otros dos se miraron entre sí: estaban en una guerra y en las guerras se mata gente.
¿A qué venía esa pregunta?
—Algunos han caído. En Irak seguro y aquí creo que también —contestó Marcos.
—Supongo que sí —pronunció Julián en el mismo tono—. Nunca me he acercado al enemigo para preguntar sobre mi puntería.
Rieron los tres la broma antes de que Esteban volviera a la carga.
—No me habéis entendido, me refiero a si habéis matado a alguien fuera de aquí, en la vida civil.
—¿De qué va esto? —preguntó Marcos.
—Va de confesarse. Somos amigos ¿no? Es hora de que nos conozcamos de una puta vez, pero conocernos de verdad. La confirmación de nuestra amistad. Un pacto de sinceridad y de silencio.
Esteban abrió los brazos y las manos mientras se expresaba, como una señal de que no pasaba nada, de que cualquier anécdota o suceso que pudieran confesarse sería considerado normal entre ellos.
—¿Eso significa que hay que matar a alguien?
—Eso es cosa de cada uno —rió con ganas Esteban— Hablaba del pasado, de lo que ya hemos hecho, de lo que no podemos evitar.
—¿Y eso tiene que ver con haber matado a alguien?
Marcos se acariciaba la barbilla mientras miraba a Esteban con fijeza.».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y José Luis Nisa Robledo os lo agradeceremos.
