En sus maletas trae los recuerdos de una vida de la que no habla y una apatía y desgana que nadie se explica.
Una mañana cuando sale del despacho del capitán tras su reprimenda por llegar tarde un día más, ve a un padre y a su pequeño hijo esperando tras la puerta. Los mira de refilón durante un breve instante y lo que percibe es algo que poco a poco germina en su interior. Les acompañaba la tristeza.
Pero nadie en comisaría parece querer hablar del caso Parker y decide investigar por su cuenta como detective, descubriendo que la hija mayor de la familia había desaparecido hacía más de un año y desde entonces su padre acudía casi cada día buscando respuestas.
Rocío López Núñez nació en Monseiro, Láncara, en octubre de 1974. Una infancia rodeada de libros y una profesora muy especial fueron la clave para que esa pequeña, a la que le gustaba pasar las horas sola, creciese sabiendo que su vida estaría de alguna manera enfocada a las letras. Diplomada en Magisterio por la Universidad de Santiago de Compostela, tuvo que apartarse de su vocación por motivos personales y su mundo laboral se vio encaminado a otra faceta muy distinta.
Hoy en día y con cuatro novelas a sus espaldas avaladas por excelentes críticas, nos presenta su quinta obra Eres sombra en la que deja su zona de confort para dar un salto hacia delante sin dejar el género en el que mejor se desenvuelve: la novela negra.
«Estaba cansado. En realidad, llevaba demasiados días durmiendo mal y tan solo conseguía descansar un par de horas seguidas, el resto lo pasaba deambulando por la casa. Aquello estaba comenzando a convertirse en una incómoda costumbre que pesaba sobre sus espaldas.
Quería deshacerse de aquella carga, pero no sabía muy bien cómo. Tal vez no estaba en sus manos, ¿o sí? Le había dado mil vueltas y siempre llegaba a la misma conclusión: había cometido un error. ¿Intencionado? Por supuesto que no, pero lo había hecho. Él era el capitán de policía de una gran ciudad y no había hecho bien su trabajo. Ahora, todo volvía a repetirse y no estaba seguro de poder seguir manteniendo el tipo.
A su cabeza volvían una y otra vez las palabras que le había dicho a un padre desesperado, "traeré a su hija a casa", y meses después esa promesa estaba muy lejos de cumplirse. Había fracasado.
Cerró la puerta de su despacho con gesto sombrío. Tenía multitud de papeles que revisar y la prensa no dejaba de pedir información acerca del caso Parker, pero no tenía ánimos para enfrentarse a ellos. La melancolía se había adueñado de él y necesitaba un momento de soledad para recordar y, tal vez, para castigarse antes de coger aire y continuar.
Se sentó de espaldas a la puerta, contemplando la ciudad tras la ventana, mientras acariciaba su corbata de seda. Llevaba toda la vida viviendo allí y la amaba profundamente. Había pasado etapas maravillosas y episodios devastadores, pero con todas aquellas vivencias había aprendido algo y se había fortalecido. Lo había superado todo, excepto la desaparición de Samanta Parker».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Rocío López Núñez os lo agradeceremos.