Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Nicolas Cage ha muerto… Bueno, más bien la ha palmado Nic el Jaulas, detective vicioso que se cree el mayor fan del célebre actor, tanto como para imitarlo en todo.
Nic, politoxicómano, bebedor compulsivo y amante del exceso, descubre una vez fallecido que los 9 Cuadrados de la Muerte son la polla con cebolla, y en ellos se siente como pez en el agua.
No obstante, Nic es un tipo agradecido, así que decide volver a la vida por unos segundos para dar gracias al pavo que lo fusiló. A partir de ese instante, guiado por Charlie Sheen, su particular Virgilio en este dantesco infierno, y el tonto del culo de su ayudante, Casper Van Dien, afrontará una aventura sin igual en la que se ha de enfrentar a los 9 líderes de cada uno de los 9 Cuadrados del Infierno capitaneados por el imparable y todopoderoso Chuck Norris.
Pedro González Núñez es un prolífico autor murciano que se gana la vida dando clases y en sus ratos libres da rienda suelta a su fértil imaginación pariendo obras tan incalificables y extrañas como Cómo ser Nicolas Cage.
Licenciado en Comunicación Audiovisual allá por el lejano siglo pasado, ha corrido mundos extraños, ha trabajado en televisiones regionales de la ultramontana Murcia, ha estudiado Educación Infantil para dar el do de pecho en escuelas infantiles, ha escrito hasta que le han sangrado los dedos para blogs y medios digitales y ha acabado dando clases a adultos e ideando libros con tal velocidad que ya cuenta con casi una veintena de títulos en el mercado.
Desde Murcia con amor, González Núñez no se rinde y sigue desarrollando su carrera literaria entre novelas cortas, librojuegos e incluso guiones de cómics y otros ejemplos relacionados con la cultura popular.
«Si te gusta el humor en cualquiera de sus vertientes, este es tu libro, y si no, también. Aquí vas a encontrar risas, a ratos carcajadas, de todo tipo, a veces fino y sibilino, otras elegante, siempre grueso y malsonante.
Si lo tuyo es la aventura, este también es tu libro, porque las surrealistas andanzas de Nic el Jaulas te van a dejar sin respiración. Sus enfrentamientos, sus chulerías y su valor para hacer frente a todo tipo de obstáculo te obnubilarán.
Si lo que te va es el bizarro, ten por seguro que las peleas, las luchas dialécticas y las leyes de la física de cada Cuadrado de la Muerte te van a volar la cabeza.
Si te van los clásicos, esto es un homenaje a Dante, a Nicolas Cage y a todos esos actores y directores de cine que nos han ofrecido horas de entretenimiento delirante en nuestra caja tonta».
«La verdad verdadera fue que, durante los minutos que Nic el Jaulas llevaba muerto, había disfrutado más de su nuevo estado inexistente que de todo el resto de su vida de vivo. En realidad, si se sinceraba consigo mismo, reconocía por imperativo legal e ilegal que no tenía la más mínima intención de investigar su propio asesinato. Sin embargo, sí existía una máxima que debía cumplir sí o sí, incluso después de haber fallecido. Su nobleza baturra lo obligaba a ser agradecido y educado, a su absurda manera, eso sí, que no era muy normal. Así que el amigo Nic necesitaba localizar a su verdugo para darle las gracias. Y usaría todos los medios a su alcance para conseguirlo, ya fuera por lo criminal, o por lo más criminal todavía.
Ahora bien, por muy agradecido que fuera Nic el Jaulas, quedaban muchas incógnitas en el aire enrarecido de la muerte: Por ejemplo:
1. Cuestión primera de vital importancia para Nicky: ¿sería capaz de comunicarse con los vivos?
2. Cuestión segunda de importancia media para Nicky: ¿dónde mierda estaba?
3. Cuestión tercera de importancia baja para Nicky: ¿cómo podría dar las gracias a su asesino por enviarlo a un mundo tan loco e incomprensible como su propio cerebro si no podía volver a hablar con los vivos si es que era verdad que los muertos no se podían comunicar con los vivos?
Todo eran preguntas y dudas odiosas y cabronas y mierdosas y horripilantes. Así que, la única certeza que tenía en verdad el bueno de Nic era que quedaba mucho trabajo por delante. Había que ponerse a funcionar ya ».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Pedro González Núñez os lo agradeceremos.