Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Dos monaguillos observan con curiosidad los huesitos de los santos que parecen estar cambiando. Mariano trata de que sus alumnos aprendan a mirar bajo la piel de las palabras. Yanay viaja por primera vez lejos de casa, a un lugar en el que ni siquiera sale el sol en verano. Un asesor político descubre un secreto que le llevará a conocer el amargo sabor de la tinta. Sonia ve como su padre, un prestigioso escritor, se obsesiona con su epitafio.
Estas son algunas de las historias que nos sumergen en un estanque repleto de situaciones cotidianas que reflejan cómo las creencias y los discursos influyen de manera decisiva en el devenir de nuestras vidas. En ocasiones, el estanque se convierte en una ciénaga, en la cual los sentimientos conmovedores se diluyen y dan paso a emociones más oscuras.
Sergio Martínez Pérez de Albéniz (Pamplona 1986). Doble licenciado en ADE y Derecho. Ha trabajado en distintos países, como Estados Unidos o Perú, circunstancia que aprovechó para conocer las raíces culturales de otras sociedades, así como para realizar talleres literarios con escritores de diferentes partes del mundo. Esta experiencia internacional y multicultural le ha permitido adquirir una perspectiva diferente sobre los problemas a los que se enfrenta la sociedad del siglo XXI, lo cual se ve reflejado en sus historias.
Su pasión por los viajes, la lectura y la escritura le llevó a dar un paso adelante y a dejar su trabajo en el sector financiero para cursar el Máster de Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid. En el año 2021 publicó su primera novela, Por Senderos Sombríos y desde entonces no ha parado de escribir.
«En un mundo en plena ebullición, en el que todo va tan rápido que no tenemos tiempo para detenernos y reflexionar, leer es un acto de rebeldía. Cada uno de estos relatos trata de hacernos pensar cómo los discursos y mensajes que recibimos desde pequeños nos configuran como personas e impactan de manera decisiva en el devenir de nuestras vidas, sin que muchas veces ni siquiera nos demos cuenta de ello.
En este libro el lector encontrará historias cotidianas que combinan la crudeza de ciertos acontecimientos con la sensación de esperanza que flota en las mentes de los personajes, influenciados por palabras que terminan por convertirse en realidades. La crítica social se entremezcla con una importante dosis de drama y humor negro, creando una lectura adictiva que engancha desde el primer momento.»
«Se le quedan pegadas en la espalada y en el pelo, las bolitas. Cuando se las quita y las pone encima de la mesa le doy un empujón y le digo que las tire al suelo. Es asqueroso que las coleccione igual que si fuesen medallas de guerra. Pero es lo único que hace. Por eso Iker y Óscar siguen disparándole con la cerbatana, lanzándole papeles y escupiéndole en los vestuarios.
He empujado su pupitre para separarlo del mío. No quiero estar tan cerca de un tío que no es capaz ni siquiera de intentar defenderse.
Le doy un codazo. Tiene un montón de bolitas sobre la mesa. Esta vez, en lugar de tirarlas al suelo, comienza a metérselas en la boca. Tal cual. Increíble. Se las traga una a una como si fuesen gominolas. Saca las que tenía guardadas en el estuche, mastica un poco y para dentro. Mastica y traga. Mastica y traga. Me entra una arcada que hace que me den ganas de vomitar.
Edu y María señalan a Gonzalo y comienzan a reírse de él. La profe se acerca y le pregunta qué está pasando. Nada, contesta Gonzalo, y continúa engullendo en cuanto la profe se da la vuelta. La clase entera comienza a hacerle burlas y la profe se pone a gritar ¡Silencio!, ¡silencio!, pero no paran. Al final no puedo evitarlo y le doy un puñetazo en el hombro.
?¿Qué coño te pasa? ?le pregunto cabreado.
?¿No decías que tengo que hacer algo? ?me contesta convencido.
?Pero no esto. Pareces una puta paloma enferma.
?Tal vez es exactamente lo que soy.
Intento convencerle de que pare, pero no hay manera. Sigue hasta que se los traga todos, no deja ni uno. Después se da la vuelta, mira a Iker y a Óscar fijamente y se relame los labios. Los tiene repletos de trocitos de papel blancos, algunos tan pequeños que parecen azúcar. Iker y Óscar mueven la cabeza hacia delante y hacia atrás como si fuesen palomas. Gonzalo vuelve a relamerse los labios. Siento una arcada de nuevo y me voy al baño corriendo.»
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Sergio Martínez Pérez de Albéniz os lo agradeceremos.