Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Amalia dejó atrás su tierra natal y de paso la hostil situación que la ahogaba bajo un cúmulo de gente común, pobres de espíritu, vampiros emocionales que no la dejaban crecer ni desarrollarse con luz propia. Años más tarde regresa del extranjero para atender el cuerpo enfermo de Manuel, su padre, encontrando a un ser lleno de brillo, un alma trinitaria que formula el amor en todas sus versiones. Con la nueva convivencia con éste y en el pueblo que la mermó en el pasado, logra entender que la luz que buscaba está en sí misma, por lo tanto «Reverbera en ella», y puede por fin desprenderse del peso de la desventura y los fracasos pasados. «Ahora el horizonte está ahí, donde siempre estuvo, situado a la altura de sus ojos».
Española. Egresada de la Escuela Superior de Arte Dramático, Sevilla. BTEC en Drama en el Westminster College, Londres. Drama en el American Academy of Dramatic Arts, California, U.S.A. En México es egresada de la carrera de Cine en la Universidad del Cine, con especialidad en Guion. Se ha desempeñado como escritora para instituciones educativas, privadas y para la televisión pública. Ha sido docente desde el 2016 y elaboradora de los programas oficiales de formación (Cine y T.V.) para la actualización y oferta de la SEP en México. En su filmografía como guionista de cine cuenta con siete proyectos cinematográficos concluidos y exhibidos. Selecciones y muestras oficiales como: Festival de Cine de Cannes o el Festival GIFF en Guanajuato. Con la secretaría de Cultura de México ha participado en la redacción de textos literarios inspirados en obras expuestas.
«Reverbera en ti es una ficción ambientada en la Guerra Civil Española y de modo paralelo en la España del 2014. Manuel Hidalgo, hombre fuerte e invencible, involucra al lector en las circunstancias de la historia pasada y al mismo tiempo en su actual realidad, donde un Manuel moribundo es atendido por su hija Amalia, quien llega de Inglaterra a entregarse por completo a su cuidado. Inmersa en sus propias obsesiones, ella está deseosa a su vez de resolver deudas sentimentales contraídas con su padre a causa de los años de ausencia. Una novela desenvuelta a través de un enfoque personal e intimista; la realidad vista desde el prisma subjetivo de gente común que tratan de sobrellevar las difíciles etapas de vidas no ganadas para hacerse de un porvenir merecedor de sus esfuerzos».
«En la sala de espera esperaba sin esperar a que las cosas sucedieran. Sentada con las piernas cruzadas, cómoda e incómoda. El cristal de la puerta principal descubría una silueta. Amalia, levantándose del sofá, tomó su puesto en el mostrador de aquel hotel de colores profundos y estilo años treinta. El señor, cincuenta años, regordete y escaso de cabello, enfundado en un impecable traje oscuro, traspasó el recibidor para acercarse a la dueña.
—Buenas tardes —saludó sin esperar respuesta, añadiendo: —se ve que es usted una persona de tratos.
El comentario la hizo recordar inmediatamente a aquel tipejo en el aeropuerto tiempo atrás, pero en vez de sentenciar lo mismo Amalia retó a su propio destino, contradiciendo su razón.
—¿A qué viene esa pregunta?
—Por la decoración, claro está.
—Me aturde con su respuesta. ¿A qué tipo de tratos se refiere?
—A negocios, por supuesto, yo soy un hombre de negocios y tratos, a eso me refiero, pago por el servicio, por el buen servicio. Como el de hasta ahora, aquí en su posada.
Ella no estaba entendiendo, el cliente acababa de llegar y nunca lo había visto.
—¿Y que vio que le ha llamado la atención?
—Recuerdos de todo tipo, mezcla de historias, apegos de vida, soluciones rápidas…
Tratos. Por ejemplo, ¿por qué ha comprado esa bombilla antigua?
—Me recuerda a mi abuelo Manuel cuando nos leía cuentos a mi hermana y a mí. Nos sentaba en sus rodillas y yo veía la bombilla, jugaba con el efecto de cerrar y abrir los ojos para crear luces de colores; bombilla de luces de colores.
—¿Ve usted? Compró un objeto e hizo un trato con el pasado.
—No lo había visto de esa manera. Y dígame, ¿qué trato quiere hacer conmigo?
—Verá, como sabe soy agente viajero y cuando un hombre pasa un buen rato fuera del calor de hogar, usted comprenderá, hay necesidades simplemente físicas.
Amalia escuchó la propuesta sexual del cliente sin sentirse ofendida. Hacía mucho que no llamaba la atención de nadie; su entorno y la falta de tiempo la orillaron a abandonarse a sí misma, entregada completamente a su padre, por lo que su aspecto y su físico no estaban en su mejor momento. Se sorprendió al sentirse halagada, sin apreciarlo como una insolencia de parte de aquel agente viajero. Lo que en otro tiempo hubiera dado término a una reacción tajante de su parte, ahora lo entendía como un punto a favor con respecto a un falso cortejo.
—Si usted busca sexo, le puedo recomendar a un buen amigo taxista que lo llevará a un prostíbulo.
—Creo que no me he explicado bien; soy un hombre de hogar y un padre de familia necesita discreción, ¿entiende? No puedo exhibirme. A lo mejor una de sus empleadas tiene la necesidad de ganar un dinero extra, ¿usted comprende?
La indignación de Amalia fue superior a su sorpresa. No era posible que el ofrecimiento no estuviera dirigido a ella. ¿De verdad iba a preferir utilizar la compañía de una de las muchachas a la de ella, la dueña? Hasta ahora, jamás sufrió el rechazo de hombre alguno. ¿Cómo se atrevía este señor a menospreciarla? El turbio desconcierto al que ella misma había llegado la hizo ruborizarse».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Sara Cortijo Gordillo os lo agradeceremos.
