Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Una adolescente de los Altos Pirineos narra en su diario las íntimas experiencias y pensamientos que le invaden durante su vida cotidiana. Un día decide exponer su manuscrito al mundo, con ayuda de sus padres, los cuales intentan facilitar la comprensión de sus páginas al lector. Sin embargo, el componente principal de la crónica no está en sus palabras, sino en la mente de la curiosa autora, ya que en ella habita un personaje que puede observarse en prácticamente todos sus escritos, pero del cual, excepto sus padres y su amiga Lin, nadie conoce ni ha oído hablar. Ese compañero de vida será el motor de la crónica, su esencia, y el que nos llevará a los puntos más complejos y oscuros de esta misteriosa joven.
Soy Iván Seral, tengo veinte años y estudio el Grado de Filosofía y Psicología en la Universidad de Salamanca. Desde finales de la adolescencia me he abierto al extenso mundo del conocer y comprender, de la lectura, de la música, la pintura…, lo cual ya desde hace tiempo me genera tanta energía que debo expulsarla a través de mis líneas. Con esta energía despegué a los 17 años escribiendo y dirigiendo mi primera obra de teatro, Huérfanos (2019). La creación desde entonces ha sido muy prolífica, presentando al público otra obra de teatro, Espejos Rotos (2020) y una novela, Tressa (2021).
«¿Qué hacer cuando uno debe enfrentarse consigo mismo? Esta novela recoge la historia de una mente capaz de manipularse tanto a sí misma como al lector, solo para conseguir aquello que se ha propuesto. Estás amenazado. No esperes escuchar una historia pasivamente, con un inicio y un final. Dependerá de ti si la verdad acaba ascendiendo a la superficie como el corcho en el agua, o consigue hundirse en las arenas movedizas con cada página que pases. No tengas miedo, solo es una adolescente, un diario y una madre preocupada por su hija».
«Aquí estoy, tumbada en la cama con Cromán, un hombre de veinte años, cuya dulzura le resta algunos otros, moreno y de pelo corto, ojos marrones y humildes, un par de cejas negras voluminosas y un rostro lleno de modestia, serenidad y madurez. Ante los demás parece todo un señor, serio, digno, aunque un poco patoso por su forma de andar a trompicones. Conmigo hace el tonto como con nadie, eso lo sé. Me atrae mucho.
Veo que con mi madre no se entiende muy bien. No obstante, ella sabe que me agrada su presencia y me permite pasar tiempo a su lado.
—¿Tienes deberes que hacer?
Su voz suave, penetrante, honesta y algo ronca me pone los pelos de punta. «¿Tienes deberes que hacer?» es lo que oigo salir de su boca, «aquí estoy» es lo que escucho de su porte, «así soy» es lo que retumba en mi cabeza. Es él, inigualable. Tengo que hacer una pausa, el contraste entre el silencio y su voz eriza todo mi ser.
—Sí, pero pocos. No te vayas aún, por favor… —No, tranquila.
Es extraño. Siento como si sus palabras cayeran sobre mí con una fuerza imparable, catapultadas en forma de flechas venenosas que me producen adicción, que me generan una y otra vez ganas de volver a escucharle, y, por supuesto, no hago más que buscar excusas, como un fumador compulsivo, para consumir mi droga. Ahora mismo está rozando sus dos pies casi al ritmo del aleteo de una mariposa mientras mira los míos, como si estuviese fantaseando una escena sexual. "Si quiere sexo, ¿por qué no me lo pide? —me pregunto—. ¡Es mi novio!"».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Iván Seral os lo agradeceremos.
