Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Sergio Peralta, un tenista retirado en horas bajas, ha encontrado la manera de ganar dinero de manera responsable con las apuestas deportivas. Solo hay un problema: se aburre.
Por eso, cuando Chatham Bets le permite participar en un exclusivo e impactante juego de apuestas, siente como si de nuevo tuviera una razón para vivir.
De acuerdo, tal vez aquel negocio se salte algunas leyes. Puede que espiar a la gente a través de las cámaras de sus dispositivos no sea lo más ético. Y quizás eso de apostar por sus eventos cotidianos y ganar dinero con sus desgracias traspase alguna línea.
Pero ¿acaso importa? Las víctimas no se van a enterar, y Sergio se va a hacer rico mientras se lo pasa como un niño. ¿Qué podría salir mal?
David Nel nació en Ávila en 1983, estudió A.D.E. en Valladolid y actualmente combina la escritura con su trabajo como gerente de proyectos tecnológicos. Ha vivido trece años en Alemania y en la actualidad reside en Corea del Sur con su mujer y sus dos hijos, aunque viaja de manera regular a España.
En 2015 autopublicó su primera novela, Alba Infinita, y su buena acogida le animó a dedicar más horas a escribir. Desde entonces ha publicado su continuación (Luz Azul, 2020) y ha emprendido otros proyectos de éxito: su relato Safreeze fue incluido en la revista Tártarus y la serie de artículos sobre viajes en el tiempo que escribió en su blog quedó finalista en los premios Ignotus 2021.
Aparte de viajar, su pasión es la lectura. La historia perfecta es la que encuentra el equilibrio entre divertir al lector y mandar un mensaje.
«David Nel nos ofrece en Netz una trama sólida y sin fisuras, con varios giros inesperados que conseguirán atrapar al lector. El estilo que imprime a la historia, preciso y directo, hace que la narración fluya y que la lectura resulte adictiva, mientras que el personaje principal, Sergio Peralta, es de esos que odiamos al principio pero que, poco a poco, se van ganando un hueco en nuestro corazón. En definitiva, Netz engancha, impacta y divierte, pero también, en varias ocasiones, hará que el lector quiera reflexionar y hacerse varias preguntas. ¿Podría esto ocurrir de verdad? ¿Está nuestra sociedad preparada para ciertos progresos tecnológicos? ¿Tomaría yo las mismas decisiones que Peralta?».
«—Sergio, hagamos una locura.
Es imposible decir que no. Una de sus finas manos juguetea ahora con mi lóbulo y su cara está tan cerca que si sacara la lengua un poco podría saborear la punta de su nariz. Sus ojos, a los que la luz excesiva del local confiere un sugerente color avellana, y la forma en que muerde su labio inferior consiguen hipnotizarme.
—¿Qué tienes en mente? —balbuceo.
—Busca la cuota más alta del local y apuesta toda tu banca a ella.
—No lo entiendes. Cuando digo que no tengo dinero, me refiero también a mi banca.
Evito confesar que sí dispongo de unos trescientos euros en la cuenta de la casa de apuestas, pero que no los puedo usar porque necesito la aprobación de Tomás. Huelga decir que además se trataría de una clamorosa infracción de la décima y última regla. «Nunca apostarás todo tu capital».
Gemma no quiere entender mis palabras. Sin darse por vencida, se separa un poco de mí y gira el cuello hacia una de las pantallas.
—Mira esa carrera de caballos. Comenzará en ocho minutos.
—Perfecto. —Le sigo la corriente y ojeo la oferta. Se trata de una carrera de mil metros en el hipódromo de Palermo, en Buenos Aires—. La cuota más alta es de @16.80. ¿Cuánto es eso multiplicado por cero?
—No seas impertinente —me advierte—. Te voy a hacer un préstamo.
—¿Me vas a dar dinero para que lo pierda en una apuesta?
—Un préstamo, he dicho. Quinientos euros. Si ganas, podrás volar a Las Vegas y descubrir algo que le dará un giro radical a tu vida. —Baja la voz y recorre el local con la mirada—. Algo que te sacará para siempre de este patético mundo.
—¿Y si pierdo?
—Me los puedes devolver en un plazo de seis meses.
Es lo más razonable que he oído en el día de hoy. Es más, después de aguantar la soporífera rutina de apostar con Tomás durante años, esto es música para mis oídos. No me cuesta ningún esfuerzo acallar la voz que habla desde el fondo de mi cabeza y que suena como la de mi amigo. «¡Estás violando la regla número siete! ¡No apostarás a competiciones desconocidas, podrían estar amañadas!».
—Trato hecho».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Dsitrito 93 y David Nel os lo agradeceremos.