Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Leonard es una novela de intriga sobrenatural con un argumento original que trata sobre los deseos, las pasiones y debilidades humanas. Con elementos de realismo sucio y fantasía oscura, es la cacería personal de un hombre obsesionado con un ser, llamado Leonard, que se alimenta de los deseos de las personas y los hace realidad a su manera, dedicado a consumar su particular venganza contra la humanidad.
En el transcurso de esta persecución se desvelarán los sueños de los afortunados o víctimas, se iluminarán los oscuros secretos de ambos protagonistas y desearemos, tal vez, y pese a todo, que Leonard nos pregunte qué es lo que deseamos.
A veces, desear es temer, pero, ¿no somos los humanos, al fin y al cabo, unos primates que la primera vez que miramos al cielo quisimos volar sin importarnos la caída?
Juan Carlos Capdevila Torrejón nace en Barcelona (España) en 1975. Muy pronto se interesó en la lectura_ en cómics de superhéroes cuando era pequeño_, y empezó a escribir poesía con unos amigos del barrio.
Con el tiempo, su madre le aconsejó que, en vez de leer tantos cómics, empezara con los libros, así que le hizo caso y se convirtió en un devorador de novelas, algo que lo impulsó_ no sin ciertos avatares, muy propios de él_, a estudiar Filología Hispánica en la UAB, porque lo que quería era leer.
Años después, se hizo profesor de Literatura, se fue a Ecuador un tiempo, estudió un Máster en Literatura que no le sirvió para nada y regresó a España.
Cuentista, novelista y poeta frustrado, hoy en día sigue amando leer y también escribir, y Leonard es una de sus obras propias favoritas.
«Leonard es una obra que hace reflexionar sobre nuestros deseos y el precio que estaríamos dispuestos a pagar por ellos. También es una obra de amor, de terror, de intriga y de venganza sobre un ser que es capaz de otorgarnos lo que deseamos con toda nuestra alma sin saber que, tal vez, la estamos perdiendo.
Leer esta novela es temer lo que se desea o desear lo que se teme, y poder reflexionar sobre temas universales y humanos como el amor, la belleza, la familia o la avaricia.
Con Leonard, igual podemos entender a los monstruos y no simpatizar con los ángeles, o, simplemente, darnos cuenta que la vida, en definitiva, no deja de ser una ruleta que nunca sabes si es mejor que esté dando vueltas o quieta.
Leer Leonard es hacerlo sobre las segundas oportunidades y sobre una felicidad que tiene más aristas y ángulos de los que creemos».
«Cada día le costaba más subir las escaleras y entrar en casa, y todo era porque sabía que ella estaría allí. Apretó con fuerza las rosas que llevaba en la mano, notó un pinchazo que derramaba unas gotas de sangre dulce y púrpura, y se manchó la camisa de trabajo.
Llegaba tarde a casa, tal vez una o dos horas, porque después de salir del trabajo decidió irse a pasear un rato, y sin saber cómo, acabó en el lugar donde se habían dado su primer beso.
Le resultó extraño no escuchar los ladridos de Cobi, el perrito al que ambos amaban, pero lo imaginó exultante de alegría cuando lo viera, pues le había traído un montón de carne. Eso tan solo ocurría de tanto en cuanto, cuando en el supermercado de Toni retiraban la carne ya caducada y ellos se la podían llevar, circunstancia que aprovechaba para dársela.
Toni llegó a la puerta de casa y suspiró antes de abrirla, un tanto inquieto. Le sorprendió que el olor no fuera muy intenso, y se felicitó por la idea de las flores y el perfume, ya que ambos lo enmascaraban.
El apartamento estaba a oscuras, tal cual como lo había dejado por la mañana al irse, sucio y lleno de polvo, con las tarjetas de la antigua floristería de Eva todavía esparcidas por el suelo. Estas se le habían caído antes de irse, y al observarlas, aunque fuera tan solo de refilón, sintió añoranza por aquellos tiempos ya pasados, indudablemente mejores que estos».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Claudia Alvira os lo agradeceremos.
