Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Una mujer despierta en un lugar desconocido. Aunque no se parece en nada a una nave espacial, se trata, según todos los que la rodean, de una nave espacial. No puede recordar cómo ha llegado allí, ni qué razón podría haberla llevado a embarcarse en un supuesto viaje a las estrellas, así que lo tendrá que ir descubriendo poco a poco, con ayuda de unos personajes que, como ella misma, esconden numerosos secretos. Intentando reconstruir su pasado, la protagonista acabará descubriendo su papel determinante para el futuro de toda la humanidad.
Escrita en forma de diario y contada con un ritmo trepidante, esta novela, repleta de sorpresas, conspiraciones, revelaciones e intriga, habla de los misterios del Universo, pero también de los del ser humano.
Sergio López García (Madrid, 1981) es, entre otras cosas, periodista y consultor de comunicación. Ha trabajado en medios escritos como El País, Computer World, o Redacción Médica, donde ha escrito sobre economía, tecnología y salud. Actualmente, se encarga de asesorar a empresas en sus necesidades relacionadas con el lenguaje y la comunicación.
Como escritor de ficción, es autor de decenas de relatos cortos. La Embajada Flotante es su primera novela y en ella construye una epopeya espacial a partir de dos de sus pasiones de toda la vida: la ciencia ficción y la divulgación científica.
Su tercera gran afición es la música: desde su adolescencia ha escrito numerosas canciones para varios grupos y desde hace una década es guitarrista y letrista de una banda, Activos Tóxicos, que toca canciones punk sobre economía y ha recorrido media España poniendo banda sonora a la crisis.
«La embajada flotante habla de temas que seguirán siendo importantes en el futuro y que acompañarán al ser humano, vaya donde vaya: la opresión, la mentira, el miedo al cambio… pero también la necesidad de luchar contra esas sombras y explorar nuevos territorios, ya sean físicos o mentales. Como la protagonista, todos tenemos una parte oscura que preferiríamos olvidar, pero a veces, tenemos la ocasión de redimirnos.
Si ya te gusta la ciencia ficción al estilo de Úrsula K. LeGuin y James S. A. Corey o la fantasía distópica de Los Juegos del Hambre, este libro no te defraudará. Y si aún no estás familiarizado/a con estos géneros, puede ser un estupendo punto de partida para adentrarte en unos mundos tan lejanos, aparentemente, pero que, en realidad, nos dicen mucho sobre nuestro presente».
«Cielo santo. Basta ya, le he dicho a mi acompañante, casi con desesperación. No hay nada que celebrar. Soy la elegida porque me habéis elegido vosotros dentro de un plan que llevabais urdiendo Dios sabe desde cuándo. Si hay un Retornador, ese es Kyushu Kitano. No yo.
–No lo entiendes, Libia. Yo sé que tú eres una persona normal, como yo; por muy excepcionales que hayan sido tus circunstancias. Y mi abuelo también lo sabe. Pero al mismo tiempo estás tocada con algo divino y tienes que ser consciente de ello. Seguramente, para ti, igual que para muchos otros, la cadena de acontecimientos que te ha llevado a ser la persona adecuada en el momento adecuado son simples coincidencias. Todo fruto de la aleatoriedad y de una monstruosa broma cósmica. Muy bien, de acuerdo: es tu forma de verlo. Pero para otra mucha gente, esas serendipias no son fruto del azar, sino un acto divino. Llámalo destino, llámalo providencia o llámalo como quieras, pero hay algo que se está expresando en ti. Algo que no eres tú, pero que opera a través de ti. Puedes considerar que es algo espiritual, que se trata de Gaia, como piensa mi abuelo; o puedes pensar que es la historia, el destino, o, simplemente, la genética: el instinto de autopreservación que el ser humano comparte con todas las especies. Sea lo que sea, es una energía poderosa y merece ser respetada y aprovechada.
Me ha dejado de piedra. Ha sido un discurso elocuente. No sé si Britania se dedica a algo aparte de ir por ahí con un uniforme de la Armada rebelde, pero creo que sería una buena antropóloga. Me he quedado asintiendo en silencio y ella ha dibujado una amplia sonrisa en su rostro, a la que ha seguido una leve risita contenida, como si se hubiera acordado de algo gracioso que no podía evitar decir:
–Además, solo el verdadero elegido niega su divinidad.
–¿Qué? Menuda idiotez. Entonces, para que esta gente sepa que no soy nadie, solo tengo que decir que soy la elegida. Está bien, de acuerdo: ¡Soy la elegida! ¡Soy la elegida!
–¡Lo ha dicho! ¡Lo ha dicho! ¡Es la elegida! –ha respondido Britania entre carcajadas–. No te asustes, Libia. Era una broma. Estoy repitiendo el diálogo de una película del siglo XX que he visto un millón de veces».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Sergio López García os lo agradeceremos.