Año 2003: Huesca, ciudad pequeña y tranquila, ve sacudida su vida diaria por una noticia desasosegante: una joven es violada y asesinada por un integrante de su pandilla.
En el juicio, la defensa del acusado es llevada por Néstor, un abogado ambicioso y sin escrúpulos, que logra una pena menor mediante eximentes y atenuantes, teniendo como resultado que el padre de la chica mate al acusado en plena sala de la Audiencia Provincial al no estar de acuerdo con la sentencia, por lo que es condenado a una pena de prisión elevada. Durante la vista surge el enfrentamiento entre el abogado de la defensa y la abogada de la acusación a causa de sus diferencias de criterio sobre las relaciones sexuales con consentimiento explícito o implícito, la provocación y el derecho de la mujer a decir «no» en cualquier momento.
Pasados unos meses, ambos abogados comienzan una relación tempestuosa de varios años, en la que aquellas diferencias entre ellos renacen en su día a día, llevándolos a un final inesperado. A partir de ese momento, la vida del abogado se convierte en un infierno del que debe salir a fuerza de renunciar a todo aquello por lo que había luchado siempre, hasta que al final, la sentencia del juicio le alcanza con toda su crudeza.
Antonio Azcona Silván, consigue en un momento determinado de su vida, llevar a cabo una de sus mayores ilusiones: escribir. Después de pasar por puestos importantes en el mundo empresarial y de la enseñanza (alto directivo en dos multinacionales del mundo del automóvil, una alemana y otra italiana, y profesor universitario contratado durante dos cursos), pone rumbo a su vocación secreta, fruto de lo cual salen dos libros, de género policíaco el primero: El asesino de las doce campanadas; e histórico policial el segundo: El misterio de la vidriera desaparecida. Lector pertinaz desde su más tierna infancia, cuando llega su retirada del mundo laboral, decide sacar fruto de esta afición y poner por escrito los conocimientos adquiridos con la lectura, animado por la ilusión de crear sus propias historias para que, si a otras personas les gustan, puedan disfrutar de ellas, al mismo tiempo que le sirven para mantener activos cuerpo y mente. Fruto de ese afán de no anquilosarse en la inacción nace esta nueva historia acerca de un tema social que está en boca de todos por la trascendencia del mismo.
«Esta es una historia sobre las diferencias de criterio entre hombres y mujeres acerca de las relaciones sexuales consentidas o negadas, implícita o explícitamente, en la que dos abogados juegan un papel decisivo al abordar el tema desde una perspectiva enfrentada, donde la realidad no es la misma para todo el mundo, sino que está influida por la sociedad en la que vives, la educación, tu propio pensamiento y experiencias, amén de otros múltiples factores en relación con uno mismo y con el otro».
«—Hola, Carmen. ¿Cómo estás?
—¿Cómo estoy? Jodida de verdad, tío. Muy mal. Victoria era mi mejor amiga, y por culpa de ese desgraciado ha acabado en un hoyo. ¿Pero qué os pensáis los tíos que somos las mujeres? ¿Una mierda que no merece ningún respeto? ¿Os creéis que sois los amos del mundo, los dueños y señores de las personas y que podéis abusar siempre que queráis? ¿Creéis que siempre estamos a vuestra disposición para lo que sea? ¡Sois todos unos hijos de puta, unos cabrones! ¡Os merecéis todos la cárcel para el resto de vuestras vidas! —decía llorando de la rabia que sentía.
—No todos somos iguales, aunque lo parezcamos. Precisamente quiero hablar contigo para tratar de dilucidar la culpabilidad de Ramiro y ponerlo a disposición de la justicia, con el fin de castigar al culpable de un crimen tan horrendo y asqueroso. No se puede matar a una persona porque no quiera hacer lo que tú quieres. El respeto debe ser común para todos y las normas están muy claras en todas las situaciones, incluidas las estresantes y las ordinarias. Si una mujer no quiere tener relaciones, no se la puede forzar.
—Eso decís siempre ante situaciones como esta, pero después hacéis lo contrario cuando estáis lanzados. ¡Sois unos asquerosos de mierda!
—Serénate, por favor, y trata de ayudarme a conocer lo que pasó de verdad. Es la mejor manera de ayudar a Victoria para que su crimen no quede impune.
—¿Qué quieres saber?».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Antonio Azcona Silván os lo agradeceremos.