En una tierra donde los viajes pueden durar meses, los sueños toda una vida y esta perderse en guerras que asolan las esperanzas humanas. Los cambios sociales hacia una nueva política, el auge del nuevo comercio y los avances tecnológicos marcan una nueva era, el hombre pasa a ser el único protagonista del entorno y los viejos tiempos han pasado prácticamente al olvido, la prosperidad parece haber llegado pero los cimientos de la sociedad siguen corruptos y gobernados por las viejas costumbres. Las tormentas amenazan a los barcos mercantes y un nuevo peligro comienza a surgir, invisible, pero con un poder inmenso sobre sus huéspedes. La isla de Kartios se ha convertido en todo eso y es solo el comienzo.
El inicio es el final, el final es el inicio en el viaje de Frida. Una travesía sin fin que le ha llevado al rincón más oscuro del archipiélago en busca de la liberación personal y la verdad que le ha sido ocultada durante muchos años.
Daniel Sanz Julián, nacido en Reus en 2004, escribió su primera novela con 14 años. Siempre ha sido un gran admirador de los escritores fantásticos y realistas, también se considera un amante del cine. Estudiante de ciencias y a la vez amante de la lectura, le confiere una visión humanista, moderna y distópica, que refleja en sus personajes. Es una mente llena de ideas, que a pesar de su juventud ordena con cierta destreza. Esta es su primera novela que presenta a una editorial.
«En un lugar en el que el humo cubre las esperanzas humanas, lo real y la leyenda se entremezclan. Un relato épico que recoge a los máximos exponentes de la fantasía y transporta a un archipiélago que emprende el paso de la revolución industrial. El viejo mundo ha desaparecido por completo pero sus vestigios siguen vivos en los libros de historia y en la oscura ciudad de Kartios, urbe de grandes misterios y traiciones. Que algún día, deberán resolverse».
«De repente volví a recuperar la consciencia y desperté en el barco. Estaba en un pequeño camarote; tumbada en una mesa con un cojín en mi cabeza, había una pequeña ventana donde entraba la brisa marina, una cama y un escritorio. No sabía en que parte del barco estaba, pero era mi barco y parece que no se hundió durante la inmensa tormenta. Apenas me acuerdo de aquel momento y la lluvia de rayos, me sentía algo mejor e intente bajarme de la mesa.
Abría un cajón del escritorio y en este había un pequeño espejo de mano y lo enfoque en mi rostro, lo tenía prácticamente rodeado por vendas blancas que me intente quitar con mis manos, pero estaban muy apretadas y pegadas a la piel. La puerta de la habitación se abrió y entro Dalton.
— ¿Ya te has recuperado? —me preguntó, estaba sonriendo.
—Sí —afirmé en un tono cortante— ¿Cuánto tiempo llevo tumbada? —le pregunté.
Dalton se llevó una mano al rostro para recordar todo el tiempo que había estado durmiendo, al final respondió:
—Llevas una semana aquí, todos creían que habías muerto».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Daniel Sanz Julián os lo agradeceremos.