Un endiosado adolescente, cree tener la clave de la felicidad: rodearse de gente desgraciada e implantar sus ideas maníacas para lograr un cambio en ellos. Será capaz de ejecutar cualquier acto por conseguir su objetivo; el de ser amo y señor de las almas sin pena que vagan por su amada Madrid. En un edificio céntrico de la capital, de ubicación desconocida, traza su plan para fundar sus oníricas teorías en la mente de sus huéspedes. Odia al feliz y adora al triste.
Un recorrido por la personalidad egocéntrica y destructiva del protagonista, que en primera persona, explica su plan más truculento para conseguir lo único que siempre ha querido: ser feliz. A cualquier precio tomará las riendas y se hará cargo de varios pacientes en su cueva oculta.
Un viaje trazado por Aquiles, el protagonista de esta historia, que con su Teoría de los Cinco Escenarios, inmiscuirá a sus discípulos a comprender sus ideas, y a provocar la única y esperada sensación que siempre irá buscando: su propia felicidad.
Niel Onetti.
La relación estrecha con el mundo de las letras, comienza hace dos años cuando por primera vez, bajo el pseudónimo de Niel Onetti, obtengo el premio al concurso «Premio a escritores noveles Leibros», con mi primera novela titulada No andar y verte. A raíz de entonces, los caminos comienzan a abrirse en un sinfín de destinos que me hacen regresar a Madrid, la que siempre ha sido mi casa, y dejar de lado la isla que me había acogido durante varios años (Lanzarote), para abrirme paso en el mundo literario.
Después de presentar mi primera novela, me ofrecen una entrevista en Radio Nacional Libertad F.M., donde acudo a charlar sobre el mundo actual de la literatura, de mi libro, y donde tras acabar el programa, me ofrecen trabajar en la emisora como colaborador, junto a dos compañeros que también dedican su vida al mundo del arte.
Actualmente, y después de un año enfocado en las letras y en el mundo del arte, me atrevo a compartir mis historias con el mundo, esperando la oportunidad de seguir avanzando en este tan preciado sector, que es el literario, y poder llegar paso a paso y cada vez más, al alma de todos los lectores interesados.
Doble graduado en Administración y Dirección de empresas y Turismo, profesional en el sector, y CEO de una empresa de actividades de Ocio y tiempo Libre dedicada a los viajes y al turismo de aventura denominada Makaclas Adventure. Titulado en el Máster en Dirección y Gestión de Industrias Culturales y Creativas por la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid.
«Un adolescente cree tener la clave de la felicidad: ayudar a cualquier precio a los infelices. Crear la desgracia para encontrar la felicidad, e implantar sus teorías en la mente de los débiles, será su única misión. Desde su perspectiva onírica de la realidad, sembrará el terror en las vidas de unos jóvenes madrileños que no tendrán otra alternativa, que dejarse llevar.
Madrid, La Toscana, La Segunda Guerra Mundial y algún que otro paraje parisino, servirán para entretejer esta obra que ahonda en lo profundo de la mente humana, la megalomanía y las ideas más descabelladas que un adolescente podría llevar a cabo a cambio de lo único que de verdad le mueve: su propia felicidad.
Una obra que cualquier amante de los thrillers psicológicos y las teorías más truculentas, no podrá perderse».
«Plaza de Canalejas; Madrid… Y entre recreativos y cafeterías, churrerías castizamente madrileñas, ando en dirección a la cueva. Nadie me ve. Paro cerca de alguna taberna, intentando esquivar alguna mirada, algún bolardo mal señalizado, algo de cerveza orinada por las paredes desgastadas, un par de motos mal aparcadas…
Después, sigo admirando aquellos edificios apuntalados con balcones clásicos, esperados, al fin y al cabo, demasiado blanquecinos pienso, con demasiadas terminaciones… Hasta que Federico me saluda con sus manos; y una paloma ¿O es un poema? Madrid te rinde homenaje, sí… normal; pienso siempre. De lejos Calderón saluda y saluda— los sueños, sueños son—, y le observo, y escucho música callejera, típica del Perú o de la China… No sé, yo sigo con la melodía del silencio observando a los transeúntes. Algún curioso graba la escena, algún turista curioso podría advertir. Otro pasa por delante como si nada: así es Madrid, para muchos tanto, para tantos, tan poco.
Una imagen de sus obras, de Calderón, dejo atrás, para adentrarme mucho más en aquel barrio, aquel teñido de palabrería vana y mundana poesía.
Paso cerca de los souvenirs, autoservicio con servicio personalizado, paso cerca de un jardín de cactus y verjas oxidadas, paso como si aquello no tuviese vida. Un italiano, un gelato, un bar y otro bar, más y más caras… Pero entro de lleno en el barrio de barrios de la capital. Aquí, vivieron muchos y muchos leían por amor, por magia… Escribían por mucho más.
¿Dónde estarás, Benito Pérez Galdós? Me pregunto siempre al girar la esquina… Ahora paso por tu recuerdo, dejo a los ingleses de lado y continúo por la calle del gran museo madrileño.
Prosigo cerca, ya muy cerca de mi cueva. Restaurantes vascos dirigidos por japoneses, andaluces por murcianos… y: «1833 dejó con vida a aquel hombre hasta 1916», pienso al divisar la dirección.
Más hoteles, más cielo entre calles y algún hindú, algún marroquí, algún pobre mendigo… Y llego cerca, ahora sí, entre la casa del pueblo y la calle del que inventó más palabras de las que pudo escribir.
Ahí, está mi cueva.
«¿Qué aposento o qué nada busca vuestra merced? Ya no hay aposento ni libros en esta casa, porque todo se lo llevó el mesmo diablo…»
He aquí mi cueva, mi mayor miedo. El miedo que más me horroriza: el de no ser entendido por nadie, aunque nadie me importe.
Esperando a la nada, murieron algunos, y ese mismo miedo me invade y me invadirá siempre y por siempre.
Por eso, en el número dos, donde nadie se lo esperaba, fue donde cree mi gran obra maestra; mi opera prima, mi acometido vital».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Niel Onetti os lo agradeceremos.