Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
1. Hermanos de agua: Dos hermanos en una barca se cuentan historias donde ellos mismos podrían verse reflejados.
2. El otro: Qué puedes hacer si ese otro que todos llevamos dentro, decide salir.
3. El Cajún: Una versión rural del coco, del hombre del saco. La creación de un monstruo.
4. Mientras el caos se hace real: Una historia de acción y de espías.
5. Sofía Medina: Un recuerdo, una historia de fantasmas o quizás una simple broma.
6. N.F.: La memoria, la fantasía, la realidad, se mezclan en puzzle infinito en la mente de una escritora.
7. Siete centímetros: Un paseo por las calles de un pueblo lo convierten en testigo casual de la historia detrás de un incendio.
8. El mortal: La inmortalidad se hace real para toda la humanidad menos para el que la hizo posible.
Israel Guerra. Lector apasionado, redactor profesional, copywriter desde hace más de 15 años, especializado en el mantenimiento de blogs para webs corporativas, también ha trabajado para la Editorial Liberman como corrector y evaluador editorial. Escritor aficionado con una novela de ciencia ficción publicada en 2012 (Regreso a Edén 1.61) con la editorial Atlantis y un cuento infantil publicado en 2024 (El divertido juego de Raúl) con la editorial Liberman. Finalista en los 3 concursos de microrelatos a los que se ha presentado. Ocasionalmente da cursos, talleres y charlas tanto para aprender la escritura en internet y las técnicas del copywriter como para la escritura creativa.
«Estamos ante un conjunto de historias audaces y creativas. Relatos inquietantes, extraños, misteriosos, que se adentran en lo macabro, pero impregnados de un lirismo sutil, encerrando una reflexión profunda sobre lo humano, una fusión entre lo fantástico y lo cotidiano que perturba profundamente. En cierto sentido, es un terror existencialista, interno, con una prosa rica que posee densidad emocional y estilística reclamando atención y recompensando con intensidad. Se aprecia la versatilidad de una voz narrativa que sabe adaptarse y reinventarse sin perder coherencia interna y con una capacidad inusual para trabajar la psicología de sus personajes sin recurrir a clichés ni efectismos innecesarios. Con ecos de autores como Juan Rulfo, Horacio Quiroga y Edgar Allan Poe. El mortal y otros relatos es un libro que dialoga consigo mismo con un ritmo interno, emocional, que dota de unidad a relatos muy diversos.»
«Ayer
Manos, boca y pecho ensangrentados. Tiemblas como un niño, has vomitado y sangrado. Horrorizado, huiste y te ocultaste en este rincón, sigues llorando y ya no recuerdas el porqué.
Mira la figura que tienes frente a ti, aunque no logras definirla con exactitud.
Sin embargo, la niebla en tus ojos no te impide saber que te mira con desprecio.
Acurrucado te meces al borde del vacío, la locura no tiene sentido, el vacío sí.
El miedo que sientes no encuentra definición. El terror no es a lo desconocido, sino a todo lo contrario.
La más pura angustia recorre todo tu cuerpo cuando sientes mi aliento y te pido que recuerdes.
Parte 1. Hace 6 meses
Duermo demasiado, de un tiempo a esta parte, sin duda, lo hago. Por este motivo, no es la primera vez que llego tarde al trabajo, de hecho, es la última, o mi jefe me despedirá. En la oficina pasan las horas eternas y tengo que hacer un esfuerzo enorme para no quedarme dormido. No me concentro, cada vez menos. Cada vez me importa menos. Las horas pasan pesadamente, todo se nubla a mi alrededor mientras espero la hora de salir. La sala se agranda de forma borrosa y, de nuevo trato de disimular una nueva cabezada. Así, día tras día, sin comprender el motivo, necesito dormir cada vez más.
No es lo único que soporto últimamente: esta pereza ha venido acompañada de unos dolores de cabeza insoportables. Desde un centro impreciso de mi cráneo hasta los músculos de mi cara, el dolor se extiende cruelmente, en ocasiones, hasta hacerme llorar. He notado también una pérdida de flexibilidad en mi rostro, como una incipiente parálisis. El dolor suele aparecer en las horas de mayor actividad y puede llegar a durar todo el día. Solo mejora ante la perspectiva del descanso, de la llegada a casa y el aislamiento.
Mi sangre parece recorrer mi cuerpo a una velocidad en constante desaceleración, cada día parece más espesa, a punto de pararse en su fluir. Los brazos y piernas me pesan, como si un potente imán atrajera mi cuerpo hacia el centro de la Tierra. Me he vuelto, ¿cómo decirlo...?, dejado, sucio incluso, inevitablemente vago. Sentado en el sillón de mi pequeño apartamento, paso largas horas en silencio o dormido, esperando. Con los ojos entrecerrados, observo a los insectos que se van adueñando de mi hogar, y cómo el polvo, lentamente, como una capa levísima de nieve, se deposita en todos los rincones. En la lejanía, los rumores de la vida en la calle llevan de vez en cuando algo de realidad a mi aturdida mente.
Mi humor también ha cambiado; me riño estúpidamente por no reaccionar ante esta situación de flojera extrema. Me siento ridículo por mi falta de decisión ante cualquier nimiedad absurda y que me hace estallar en gritos e insultos al vacío. Tardo demasiado tiempo en decidirme ante cualquier acción, incluso por los más simples asuntos de una vida cotidiana, como el ir a ducharme o abrir o cerrar una ventana. Cualquier cosa, cualquier inicio de movimiento, hace que en mi interior nazca un conflicto, una duda convertida en fundamental que tarda horas en desaparecer; desesperado, la única opción válida que encuentro es esperar, no sé bien qué, pero espero: a que mi mente se aclare, supongo, que todo vuelva a la normalidad o que todo termine del modo que sea. La verdad es que me da igual.»
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes e Israel Guerra os lo agradeceremos.