«—¿Por una mujer habéis montado todo esto? Joder, capitán, ni que fuera la primera dama.
—Casi —me dice colocándose al lado del cuerpo—, es la mujer del alcalde».
A cinco semanas de las elecciones a la alcaldía de Nueva York, un mendigo encuentra el cadáver de Allison Navarro, la mujer del alcalde. Johnny Jumper, investigador de la policía, asume el caso. Nada ni nadie podrá detenerle, caiga quién caiga.
El Héroe de Brooklyn, novela ambientada en 2026 en una Nueva York golpeada por una brutal crisis económica, continúa la apasionante historia iniciada en El Rey de Jersey.
Jorge Fontana Jordán de Urríes nacido en Madrid en 1983. Es licenciado en Economía por la universidad Autónoma, y ejerce desde hace catorce años como controlador de gestión y analista financiero en una multinacional del sector de la automoción. En 2016 se trasladó a las afueras de París, época que coincidió con su incursión en el género negro como escritor.
Su regreso a España en 2019 coincidió con la publicación de El Rey de Jersey (Ed. Distrito 93). El Héroe de Brooklyn es su segunda novela de la saga protagonizada por el agente de policía Johnny Jumper.
«Sullivan le planta la Glock 19 en el reluciente escritorio. El golpe sordo del metal contra la madera hace que García se sacuda incómoda en su silla. Intercala miradas entra la pistola y su dueño. Finalmente, se gira hacia mí en busca de auxilio. No muevo un músculo de la cara, permanezco impasible.
—Te lo voy a explicar muy claro, García —le dice por fin Sullivan echándose hacia delante. Habla con pausa, sin levantar la voz—. Aquí y ahora hay dos bandos: el del alcalde y el capitán… y el nuestro. ¿Tú con quién estás?».
«No encuentro la paz. Es imposible. Me miro en el espejo y no puedo sino ver el infierno reflejado en mis ojos. El dolor hace tiempo que dejó paso a la ira. Me desabrocho despacio la camisa blanca. No tengo prisa. Nadie me espera en la cama. Dejo aparecer poco a poco la mirada amarillenta del lobo negro que adorna mi pecho. Las majestuosas fauces de enormes colmillos no tardan en mostrarse. Contemplo el tatuaje durante unos segundos. No me ha traído lo que esperaba, aunque quizás sí lo que en realidad necesito. Siento como aún me arde. Parece que mi piel no ha perdonado el violento contacto con la aguja. Pero me gusta sentirlo, pues no quiero olvidar. No puedo olvidar. Ellos tampoco lo harán.
Salgo del portal con rapidez. El coche patrulla ya me está esperando aparcado en la acera de enfrente, junto a la iglesia. Pronto amanecerá, se nota. Los colores del cielo se empiezan a suavizar. Echo un vistazo rápido a los lados y cruzo sin detenerme. No hay movimiento en la 99th. El copiloto, un chico recién salido de la academia, me saluda llevándose la mano a la frente. Le respondo con un leve movimiento de cabeza. No tengo ganas de hablar. No los días que me despiertan tan pronto. No me han dicho de qué se trata, pero seguro que no es nada bueno. El conductor arranca y enciende las luces».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Jorge Fontana os lo agradeceremos.