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Cómo sobrevivir a un premio

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La Campaña 



Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.



El Libro



Georgina con -e cree que tiene su vida perfectamente controlada hasta que un día toda esa burbuja de confort y protección se rompe dinamitando su mundo en mil pedazos. Es en ese momento cuando comienza a escribir una novela que le abrirá un mundo nuevo que no pensaba conocer.



Santa Marilyn (Monroe) Bendita, Santa Águeda y San Cillian Murphy del Peloponeso acompañaran en este divertido viaje a la protagonista por las historias más descabelladas; historias duras que tendrá que aprender a sobrellevar con sentido del humor. ¿Sobrevivirá nuestra antiheroína a éste premio?



Este libro comenzó siendo una novela romántica, porque según todos los editores es lo que más vende, pero como no podía ser de otra forma acaba siendo la vida misma abriéndose paso para hacernos reír.



El Autor



Georgina Pérez Romero (Granada 1986) es doctora en Bellas Artes y graduada en Conservación y Restauración de Bienes Culturales por la Universidad de Granada.  



Actualmente se dedica a la enseñanza artística, compaginándola con la escritura. En 2018 ganó la segunda edición del premio OZ de novela con Los asesinatos de Coleraine, vendiendo cientos de copias en España y Latinoamérica. Hoy día escribe en el Club de la opinión en La Voz de Granada, dónde habla sobre los libros que va leyendo con el humor y la malafollá que la caracterizan.





«Este libro está especialmente pensado para todo aquel que busque reírse un rato, divertirse en un paseo literario por el crecimiento personal de nuestra antiheroína. Es una especie de destruirse para volver a empezar, aprender a aceptarse uno mismo con sus virtudes y sus defectos, con las carencias físicas y mentales que debemos asumir para querernos más y mejor.



A veces pensamos que las desgracias, como el cáncer, las despedidas, la muerte o las discusiones vienen para destruirnos; pero Cómo sobrevivir a un premio nos demuestra que las verdaderas recompensas de estos trances son las cicatrices y las enseñanzas que nos dejan. En el fondo no somos más que unos Frankensteins venidos  a menos compuestos de los trozos que nos van dejando nuestras vivencias y las personas que pasan o no por nuestra vida.



Cómo sobrevivir a un premio es un canto a la vida, al optimismo y al sentido del humor ¿Te atreves a abrirlo? Avisamos de que puede generar carcajadas y buen humor».



Una Muestra



«Cuando a la gente le dices que eres rubia platino y que tienes los ojos de color azul claro suele pensar que eres un pibonazo, o al menos guapa; poseedora de una cara angelical y de unos labios de pitiminí color carmesí. También atribuyen a estos rasgos el acto masculino de girarse por la calle para mirar al bellezón que acaba de pasar por su lado…. pero nada más lejos de la realidad. En mi caso estos dos atributos, aunque en mi poder, no me convierten en una diosa sexual a lo Marilyn Monroe, sino más bien en un personaje de metro y medio, con nariz de Fofito y mala hostia. En la discoteca el mejor piropo que me han echado ha sido el de: “Súbete a un silla que no te vemos…..”. Pero puedo vivir con ello y con la culpa de ser, al parecer, la única rubia de este país y de parte del universo que no mide dos metros ni tiene unas piernas de infarto y una belleza despampanante. El color de mi pelo también tiene puesto el sambenito de tonta y es el insulto fácil que me suelen dedicar pese a tener dos carreras y un doctorado en bellas artes. Muy a mi pesar debo deciros que sí, que lo reconozco y que soy tonta; pero tonta profunda. Ya me iréis conociendo…



Pero empecemos por el principio. La historia de esta novela, la que os quiero contar, empieza una nublada mañana de abril en Granada; una ciudad andaluza grande y extensa donde todo el mundo tiene mucha prisa y muchas cosas que hacer, todos menos yo. Los granadinos no suelen despegar los ojos de su móvil, así que es fácil pasar desapercibida entre la marabunta tecnológica que nos toca vivir y lo cierto es que lo agradezco. No saben lo que se pierden por no levantar la vista y mirar a su alrededor. También es verdad que en una ciudad tan turística como ésta el color de mi pelo y de mi tez me convierten en una turista más. Alguien que no tiene mucho que aportar a una ciudad plagada de noruegas, finlandesas y demás rubias del norte y del este con dos metros más que yo que pasean por las calles fotografiando la ciudad. La ciudad de la Alhambra, con sus leyendas y sus embrujos, que poco la disfrutamos los que vivimos aquí y me incluyo la primera. Si alguna vez venís a mi ciudad visitar el parador, cerrad los ojos y dejad que Granada os envuelva, no os arrepentiréis.



Aquel día me levanté de la cama a las siete de la mañana, lo que solía ser habitual en mí aunque no tuviera nada que hacer. Siempre me ha costado permanecer en el catre con todo un día por delante con actividades para disfrutar: pintar, crear manualidades, ver el Netflix, bailar o imaginarme que soy Céline Dion con el secador de pelo a la máxima potencia en el cuarto de baño. Intenté colocar primero al levantarme el pie derecho en el suelo, por eso de la buena suerte, y salí al salón de mi pequeño y cuco apartamento en pleno centro de la ciudad. No es que aquel piso fuera un palacio, tendría unos cuarenta metros, pero para mí siempre fue mi pequeño refugio, el lugar donde podía hacer lo que quisiera sin nadie que me molestara. Podía ponerme en los brazos las rejillas moradas de los paquetes de ajos para disfrazarme y bailar como una Spice Girls o podía pintar mis láminas antiguas de películas Disney en el suelo sin que mi madre me regañara porque luego iba a tener que limpiarlo ella. Mi mayor enfrentamiento con mi progenitora siempre han sido las manualidades y su manía de impedirme hacer carritos para los cupcakes de cartón, monederos con hueveras o trineos de corcho a tamaño natural para colocar los regalos navideños. Creo que con todas las tonterías que he ido creando a lo largo de los años podría grabar en mí casa cien temporadas de Art Attack… pero ese es otro tema.



Mi apartamento, por aquel entonces, estaba amueblado con cosas baratas del Ikea y como no me daba el presupuesto para cuadros tenía decenas de poster de mis películas preferidas amontonados en las paredes, todos del cine clásico. ¡Soy una romántica y una enamorada del glamour de los cincuenta! No quedaba un hueco en la habitación que no rellenara Cary Grant, James Stewart o Frank Sinatra. La noche de antes, sin ir más lejos, había tenido una sesión intensa y solitaria de cine romántico y me había tragado varias cursiladas como Qué bello es vivir, La fiera de mi niña o Los caballeros las prefieren rubias. El sofá de cuero marrón, ya no recordaba si porque lo había comprado de ese color o porque el chocolate lo había reconvertido, estaba cubierto de palomitas y de clínex usados por la llantera que suelo coger cuando me ánimo a ver a mí admirada diosa de Hollywood: Marilyn Monroe. ¡Quien pudiera ser como ella! Quién pudiera ser esa especie de deidad por encima del bien y del mal a la que todos admiran, pero eso es imposible… incluso para ella. Aunque las películas están para eso, para hacernos creer que se puede, que de verdad existen esa clase de personas y que hay actrices bellísimas, riquísimas y altísimas que nunca son infelices y que siempre hacen lo que quieren sin preocupación. ¡Ja!



Cuando llegué al baño me di cuenta de que, al contrario de lo que ocurre en esas películas de Hollywood que tanto disfruto, yo no me levantaba con el pelo sedoso y peinado, sino con una maraña estilo mondongo de rinoceronte africano que me cuesta una hora arreglar. Curiosamente tampoco suelo despertar con los labios pintados y el maquillaje divinamente armonizado en mi cara, sino con la pintura corrida del día anterior dándome un aspecto parecido al payaso de la película “It”. Todo esto por no hablar de lo que me cuesta sacar el rímel de la dichosa almohada y de las toallas de lavabo, sobre todo si son blancas, todos los santos días. Algunas veces cuando coloco en el tocador las toallas recién sacadas de la lavadora me da apuro ponerlas por si viene alguien de visita y se piensa que se está secando las manos en toallas usadas después de haberme limpiado el culo... Hay miles de estúpidos anuncios que te dicen que puedes evitar el efecto “oso panda” de desmaquillarte con sus productos pero me rio yo… eso es porque esas modelos no usan rímel del chino, de ese que está hecho con Super Glue para luego no poder quitártelo en la vida a no ser que te quedes pestañicalva. Pese a ello siempre intento llevar una buena torta de rímel y los labios pintados de rojo, porque me hacen sentir fuerte y me da seguridad. Sé que es una tontería pero es como si taparan mi verdadero yo, mi verdadera cara que no me gusta nada, y me dieran una especie de coraza que nadie puede traspasar. ¡Eh tú intenta apuñalarme que me da igual porque llevo rímel! Más de una vez he ido a algún lugar como un supermercado o una tienda de ropa sin maquillar y me había dado la vuelta porque había alguien que conocía dentro y con esas pintas no me podía ver… Aquel era mi nivel de autoestima y confianza en mí misma. También es verdad que hay mucha gente un poquito cabrona que no se cansa de preguntarte cuando te ven sin rímel o colorete si es que estás enferma o cansada porque tienes muy mala cara…»



Media



Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Georgina Pérez Romero  os lo agradeceremos.


Bunker Books

location Córdoba, España
Bunker Books irrumpe en 2019 con el propósito de convertirse en un sello editorial de referencia en narrativa literaria, contando con Distrito 93 (sello especializado en género negro y denuncia social en lengua española) y Malas Artes (juvenil, fantasía, sci-fi y terror). Nuestro fondo se nutre de autores que, con independencia de si arrastran una dilatada carrera literaria o aún están dando sus primeros pasos en estas lides, ofrecen una innegable calidad narrativa que aguardamos satisfaga a propios y extraños.
Escoge tu recompensa
20€
LA NOVELA
Seleccionando este tipo de reserva recibirás un ejemplar del libro con tu nombre incluido en un texto de agradecimientos redactado por el autor, junto con un marcapáginas exclusivo.
28 personas han apoyado
37€
POR DUPLICADO
Realizando este tipo de reserva recibirás dos ejemplares del libro a un precio especial con tu nombre incluido en un texto de agradecimientos redactado por el autor junto con un marcapáginas exclusivo.
13 personas han apoyado
88€
PACK AMIGOS
En este caso recibirás cinco ejemplares del libro compartiendo los gastos de envío; además con tu nombre incluido en los agradecimientos, un marcapáginas exclusivo.
0 personas han apoyado