Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
El duro contexto familiar de Mary, la instiga al precipicio. Superar la adolescencia no es fácil y mucho menos si el suicidio se presenta como la opción más tentadora ante las dificultades. Ana, su mejor amiga, la acompañará en cada uno de los acontecimientos, cada cual más duro y peculiar. Un secreto pondrá patas arriba todo lo que conoce de su familia, un hecho que la llevará a cuestionarse su propia existencia. Sumado a ello, su primer amor y las aventuras prohibidas que vivirá junto a sus amigos, serán los ingredientes perfectos para ajustar sus prioridades deportivas.
Una novela que no te dejará impasible, al contrario, removerá tus entrañas y propiciará ese momento reflexivo que tanto necesitamos como seres humanos.
Nací en Elda en el año 1992 y desde que era niña siempre traté de ayudar a los demás a sentirse mejor. Poder sacar lo mejor de mí, así como de los demás, por medio del deporte, el voluntariado y la práctica filosófica.
En 2021 me decidí a escribir “Entre finos troncos de pino” con el propósito de crear una herramienta que incitara a los adolescentes a cuestionarse sus propias vivencias, a promover en ellos un espíritu crítico y a suscitar en ellos una serie de valores que les permitan desarrollarse correctamente como individuos.
Trabajando como profesora de educación secundaria y universitaria, fui narrando las páginas de esta obra literaria, que más que una novela de entretenimiento es un recurso con el cual procurar el pensamiento y la reflexión. Para mí, Entre finos troncos de pino es una ventana hacia la esperanza y estoy segura de que marcará un antes y un después en la persona que lo lea.
«¿Has discutido alguna vez con tus padres? ¿Te has preguntado alguna vez, de qué te servirá en la vida real, lo que te enseñan en el instituto? ¿Te han juzgado injustamente sin conocer tu verdad? ¿Te han jodido con lo que más querías? ¿Has estado a punto de dejar de lado tu sueño, debido a la desmotivación? ¿Te has planteado acabar con toda esta mierda de golpe? Así, sin más.
Sexo, drogas, amistad, misterio, mentiras, amor, aventura, confianza, disciplina, lealtad y un entramado de historias que te llevarán a conocer a Mary, cómo nunca has logrado conocerte a ti mismo.
Dicen que vivas como si fueras a morir mañana, pero ¿cómo debes vivir si ya estás muerto?».
«Te mentí. Te dije que no me daba miedo la muerte, pero lo cierto es que estoy acojonada. El terror se está adueñando de mí. No sé qué decir, no sé qué hacer, ni tan siquiera sé si puedo moverme. Pensaba que el hecho de haber vivido tantas muertes de cerca, me había hecho inmune. Creía que tenía dominado ese sentimiento, hice tantas veces lo que la tutora decía respecto al control emocional, que confié en que ya nada podía afectarme. ¡Qué mierda! ¿Y ahora qué? ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Me quedo aquí viendo como todos me miran? Unos lo hacen con una expresión de lástima, otros me acuchillan con sus miradas como si yo hubiera tenido la culpa. ¿Sabías que yo no era la única que quería suicidarse? A decir verdad, las clases de Geografía van a servir mucho más que para aprender “ma-pi-tas”. Estuve comprobando el índice de suicidios que se dan en nuestra edad y, ¿sabes qué averigüé? En 2017 hubo un total de 1684 suicidios, que se llevaron a cabo por medio de un ahorcamiento o un estrangulamiento, y solamente estoy contando a aquellas personas menores de 29 años. Entre esta gente, 272 eran chavalas y 23 tenían menos de 15 años, las 1412 personas restantes eran chavales y de todos ellos 105 tenían menos de 15 años. ¡Joder! Que podría haber sido Lucas… En fin, pero eso no es lo mejor, porque 364 mujeres y 526 hombres se suicidaron tirándose de un puente o algo parecido. Entre estos, 28 eran niñas y 48 niños. Había muchas más formas de suicidio, llámame “friki” si quieres, pero es que tan solo hizo falta que me fijase en los tres primeros índices más altos para hacerme una pregunta. Aunque antes de reflexionar sobre la cuestión, escucha; fueron 119 chicas, de ellas eran 10 niñas y 136 chicos, entre los cuales 6 eran niños. Estos últimos, se suicidaron por medio de un envenenamiento con drogas o medicamentos. No hay que ser Einstein para caer en la idea de que sobran las penosas charlas que nos dan en el instituto de tantas drogas y esas “movidas”, cuando algo pasa por nuestras cabezas para tener los santos ovarios de ahorcarnos o tirarnos de un puente. ¿No crees?
Tanta policía en las puertas del patio y tanto llevar cuidado con la gentuza que puede echarte LSD, GHB o Burundanga en la bebida, pero no ponen carteles en las proximidades de los puentes del rollo “Cuidado, su cabeza quedará esclafada literalmente en el suelo” o “El vagabundo que vive debajo del puente no quiere su casa sucia de vísceras y sangre”. Por no hablar de la facilidad con la que te venden turbantes, pañuelos o una simple comba, artefactos idóneos para dejarte bien tiesa si te pasas de vueltas en el cuello. “Baggg, capullos”. ¿Qué narices sabrán ellos todo por lo que pasamos? Solo tú me entendías, solo tú lograbas hacerme entrar en razón, pero ahora que me he rendido, ¿de qué sirve tu luz? La oscuridad me impide ver más allá del cristal. Mi cuerpo gélido y fiambre ya no tiene lágrimas, ya no tiene fuerzas y solo busca poder descansar».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Alicia G. Ortuño os lo agradeceremos.