Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Esta crónica de la juventud tiene como protagonista a Hugo, a quien conocemos en su primer recuerdo —en el que pensó que su madre se había vuelto loca—, y acompañamos durante sus veranos dorados, la muerte de su abuela, su primer beso, la huída de su hermana o el desmoronamiento de su familia, con su madre artista al borde de la locura.
Te hablaré de aquellos años es un relato, lleno de lucidez y excesiva nostalgia, sobre la infancia y la amistad, sobre el consuelo que nos aportan la literatura y el cine, sobre las canalladas de la juventud, sobre los abusos —físicos y del alcohol—, y, ante todo, sobre el primer amor. Un recorrido hacia la madurez y una memoria de la juventud, ese paraíso soñado que acaba siempre arrojándonos, envueltos en desencanto, al trémulo y frágil mundo de los adultos.
Pablo Fernández Curbelo (Tenerife, 2004) estudia actualmente Literatura Comparada en la Universidad de Viena y tiene 18 años. Con doce años publicó su primer relato ilustrado, Agente Diferente, en Círculo Rojo Editorial. Ha ganado el primer premio en la modalidad de Literatura de los Certámenes Juventud y Cultura 2021, convocados por el Gobierno de Canarias, por el poemario Al otro lado del silencio. Además, ha quedado finalista de otros certámenes, como del I Concurso de Ensayos Literarios convocados por la revista estadounidense Latin American Literature Today o del I Certamen Internacional de Poesía Magdalena Sánchez Blesa. Su ensayo Perros sin hueso quedó finalista del I Premio Relato filosófico joven FILOSOFÍA&CO, revista en la que ha publicado artículos tanto en digital como en papel.
«Atrévete a ir en búsqueda de la infancia perdida a través de la mirada única de Hugo. Volviendo a sus primeros veranos, y con la costa luminosa como telón de fondo, Te hablaré de aquellos años arrastra vertiginosamente al lector a aquellos lejanos parajes de juventud llenos de efímera belleza y tragedia. Con profundo lirismo, la novela realiza una arqueología sentimental de las primeras veces y consigue algo innovador: congelar el instante exacto en el que la infancia da paso definitivamente a la adultez. Un canto al tiempo perdido, que decía Proust, pero sobre todo a las mujeres: madres, amigas y primeros amores. Una demostración, como leemos en el primer capítulo, de que “las heridas y la piel lastimada y, en suma, desnuda de la infancia persisten hasta el final”».
«Aquellas noches, Alicia y yo nos arrellanábamos en los escalones del porche y fumábamos dos, tres o cuatro cigarrillos. La luz sobre nuestras cabezas alumbraba nuestras narices y arañaba con recelo la oscuridad. El porche era nuestro cálido refugio. Yo me pasaba horas enteras observando a Alicia y examinando sus ojos claros, su larga pelambrera rubia y sus aires aniñados y risueños. Alicia, que ahora lucía entristecida. Alicia, cuyos ojos parecían apagados y cuyo rostro se había ensombrecido. En alguna ocasión, soltaba una de sus sonrisas torcidas y sinceras que me hacía recordar los veranos felices y dorados de nuestra infancia y que me arrastraban con violencia hacia tiempos pasados. Nos veía, ay, tan pequeños e inocentes salpicándonos en la orilla, atiborrándonos a fresas o brincando descalzos sobre la arena blanca. Escuchaba su voz trémula y frágil y sentía un repentino impulso de abrazarla, de abrazarla con todas mis fuerzas. ¿Qué había cambiado? Habíamos crecido y crecer significaba afrontar el desencanto y resistir la inquietud del mundo de los adultos sin defraudar al niño que hemos sido, que seguimos siendo, y sin desoír las promesas que nos hicimos en la infancia».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Pablo Fernández Curbelo os lo agradeceremos.