Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Una madre soltera que no sabe como llevar su vida adelante, una niña de diez años empeñada en ser santa, y una prima discapacitada que ha perdido el trabajo, deben vivir juntas, ayudándose y/o estorbándose según amanezca el día. Son el clásico espejo de las familias españolas de clase media, donde miramos los conflictos en el pariente de al lado y cerramos los ojos a los nuestros
En esta familia, como en la mía o en la suya, quien no tiene trabajo se lo inventa quien es niño sin padre o amigos, también se los inventa, y hasta los solteros/as, a su pesar, se inventan pareja; y como todo lo inventado siempre es a gusto del inventor, lo hacen con una enorme sonrisa; y a veces con risas; y a veces a carcajadas. Como se hace en mi familia. Como se hace en la suya. Como se hace en cualquier familia española.
Ana Vanderwilde fue a nacer en Las Palmas de Gran Canaria, y lleva años trasteando en el mundo del teatro como actriz, como dramaturga y también desempeñando pequeñas labores de producción. Sin embargo, no es este el único género que le interesa, aunque es el que más satisfacciones le ha dado, en forma de publicaciones, estrenos, premios y lecturas dramatizadas; ha incursionado también en el guion de cortometrajes y la poesía, siendo esta su primera novela, de la que espera que divierta tanto a los lectores como la hizo divertirse a ella escribiéndola.
Su último reconocimiento ha sido el “Fernando Luciañez”, gracias al que estrenó Se extiende el desierto en el Teatro Lagrada,(Madrid,2.024) y actualmente representa por su isla el monólogo cómico de su autoría Contra el pernicioso vicio de la lectura y el aún más indeseable oficio de la escritura.
«¿Eres curioso, novelero? ¿Te interesan los crímenes tanto o más que a mí? ¿Te interesan las opiniones divergentes, insurgentes, incluso a veces maledicentes, sobre temas tan actuales como el feminismo, la discapacidad, las redes sociales, la pornografía, la religión, el lenguaje inclusivo y todo lo que incluye? ¿ Sospechas de la infancia porque sí desde que eras niño? ¿Te gusta leer? ¿Y te gusta leer con una sonrisa en la boca?
Si al terminar el cuestionario has respondido “SÍ” al menos a una de estas impertinentes preguntas, esta es tú novela.
¿Y por qué?
Porque es un libro que no entiende del patriarcado. ( las protagonistas son mujeres ) Porque no hay un género literario definido en el que encuadrarlo. ( es “raro” ). Y sobre todo porque ningún político va a leerlo… ¡ Leámoslo nosotros por ellos!»
«El domingo pasado, para imitar el episodio de Jesús perdido y hallado en el templo, cuando me fui a misa, sola, como siempre, a la salida no volví a mi casa. Me metí en el confesonario y allí me puse a esperar a que viniera mi madre a buscarme al templo, como fue la virgen María con san José a buscar al Niño Jesús. Bueno, pues mi madre no vino. Mandó a Ena. Y tardó en venir más de cuatro horas, que ya me estaba yo durmiendo de aburrimiento; y me perdí Bob Esponja, que lo echan los domingos por la tarde en Nickelodeon. Y cuando Ena empezó a regañarme hecha una furia y yo le contesté: «¿Cómo es que me buscabais? ¿No sabíais que yo debo emplearme en las cosas de mi padre?», copiando las palabras que le dijo el Niño Jesús a sus padres. Ena se enfadó más todavía y me dijo que por qué hablaba así. «¿Qué tiene que ver tu padre con que no vuelvas a casa? Si no lo conoces», dijo. Y yo le contesté que yo era hija de Dios y del Espíritu Santo, y casi no me arrea una torta en mitad de la iglesia. Y luego Ina en todo el domingo no me dejó ver ni los dibujos animados ni nada en la tele. Pero no me importó porque el lunes hice mi primer milagro en el colegio: la multiplicación de los panes y los peces, que adaptada a los tiempos modernos es la multiplicación de los bocadillos.
Cuando las de segundo de preescolar estaban en gimnasia me metí en su aula y les quité los bocadillos a todas de las mochilas y los metí en una bolsa grande de plástico. Y luego en el recreo reuní a las de mi clase y les dije que iba a hacer un milagro en nombre del Señor y pedí que alguien me diera algo de comer para multiplicarlo como los panes y los peces. Solo me dieron un sándwich y medio bocadillo de mortadela, pero con eso fue suficiente. Me los guardé en mi maleta y les dije que quienes quisieran bocadillo levantaran la mano, y todas la levantaron y entonces saqué la bolsa grande de plástico y les repartí los bocadillos de las de preescolar y les eché un sermón sobre cómo Jesús no abandona jamás al hambriento ni al sediento, pero Lucía y Alicia, las chinas, empezaron a reírse y dijeron que eso no era un milagro, que era un truco de magia y que ellas habían visto en el circo magos mucho mejores. Y más niñas empezaron a reírse, y se fueron todas con los bocadillos y me quedé sola en mitad del recreo. Y la hermana mayor de una de preescolar se chivó a Madre Nívea Pureza de que habían desaparecido las meriendas de las pequeñas y de que yo estaba repartiendo bocadillos. Y Madre Nívea Pureza.»
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Ana Vanderwilde os lo agradeceremos.