Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Jara y Olmo se conocieron en el hospital, ambos con una enfermedad incurable. Seguros de que no les quedaba mucho tiempo de vida, planearon cómo sería su existencia en el «más allá». Olmo muere un mes antes que Jara, pero, cuando ella llega al Mundo de los Muertos, no es capaz de encontrar a su amigo. El tiempo se le agota, ya que, si no se reúne con alguien de su pasado antes de siete días, los olvidará para siempre. Por el camino conocerá a una siniestra profesora que logrará convencerla para ir a Saint George de los Difuntos, un colegio en el que estudian las mentes más privilegiadas de la eternidad. Lo que encontrará tras las puertas del colegio hará que todos sus planes se tuerzan.
Anaïs Baranda Barrios (Madrid, 1983) estudió Comunicación Audiovisual y tiene un Máster de Periodismo en Radio y Televisión. Le gusta el cine y contar historias. Durante muchos años ha trabajado en diferentes medios de comunicación. Escribe desde niña, aunque durante un tiempo tuvo la escritura algo aparcada, hasta que en 2015 escribió una obra de teatro dirigida al público infantil para una asociación. A raíz de esa obra, un amigo la animó a retomar aquello de contar historias. Se apuntó a su primer curso de Escritura Creativa, luego vinieron más y se especializó en literatura infantil y juvenil. Tiene un blog de reseñas literarias y colabora con el programa Castillos en el aire de Radio 21 haciendo recomendaciones de LIJ. Ahora, además de escribir, está creando talleres para formar a otros futuros escritores.
«Cuando estemos muertos es una novela middle grade de aventuras para lectores de entre 9 y 12 años. Una historia trepidante llena de fantasía, humor y muchos muertos, porque en el «más allá» todo es posible: cambiar las estaciones del año, montar una pastelería en París de los Muertos, conocer a Napoleón e incluso convertirse en Nube de Tormenta. Pasarás páginas sin darte cuenta para descubrir si Jara, una niña que quiere ser científica, logra cumplir sus sueños una vez esté muerta.
Te gustará si… te gustan las historias divertidas, con mucha acción y llenas de personajes estrafalarios: una sheriff despistada, una profesora con cara de buitre, un mayordomo que viste como Mozart… Todos ellos acompañarán a Jara en esta aventura por el Mundo de los Muertos».
«Llamé a la puerta con los nudillos, que me parecieron muy pequeños posados sobre la enorme madera. De inmediato, el portón se abrió. Pero no despacio como en las películas, manteniendo el suspense y esas cosas. No. En un segundo, las dos hojas de la puerta se echaron a los lados, de manera que una ráfaga de aire me hizo caer de culo.
Cuando conseguí recuperarme de la sacudida, me incorporé y entré en Villa en Medio. Era un poblado como los del Lejano Oeste. Con casetas de madera y suelo de polvo amarillo. Había carros, caballos y hasta un saloon, que es como un bar, pero de aquella época, muy oscuro y con señores mascando tabaco. La gente que parecía normal, como yo, se mezclaba con vaqueros, damas con faldas tipo La casa de la pradera, que es una serie muy antigua que veía la abuela, e incluso indios, pero de los de verdad, de los de plumas y hachas. No era difícil distinguir quiénes éramos las almas en tránsito y los que estaban ya acomodados en su vida eterna.
Una mujer enorme se acercó a paso veloz hacia mí. Llevaba un sombrero de vaquera y una estrella en la camisa: era la sheriff. Deseé no haberme saltado ninguna norma nada más llegar.
—Bienvenida a Villa en Medio, criatura —dijo en mi idioma, pero como canturreando el final de las frases—. ¿Cómo te llamas?
—Jara —contesté.
La mujer daba un poco de miedo, pero me regaló una sonrisa tan enorme como ella y me dio un abrazo. Me gustó la calidez de su cuerpo. En ese momento, me di cuenta de lo sola que estaba en el mundo del más allá.
—Bien, Jara, yo me llamo Annie y soy la que mantiene el orden por aquí. —Escupió después de hablar—. Imagino que querrás hacer alguna llamada.
—¿Puedo hacer llamadas? —dije casi saltando.
—Claro, puedes llamar a cualquiera que aparezca en las Páginas Amarillas de los Muertos».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Anaïs Baranda Barrios os lo agradeceremos.