La vida en las calles de Venezuela no es sencilla, y mucho menos para Martín y los suyos. Desde su candidez infantil hasta su oscura madurez, Martín descubrirá las circunstancias comunes a esa edad: el amor, el sexo, la diversión y un gran sentido de la hermandad. Todo marcha bien hasta que un accidente en una de sus alocadas noches acaba colocándoles en el punto de mira de una de las personas más poderosas de la ciudad. A partir de ese momento deberán decidir si huir para no volver o enfrentarse a ese enemigo mortal que solo quiere ver la sangre correr.
Comienza una carrera contrarreloj en la que la vida vale menos que nada.
Gustavo Chalako Medina, nacido en Perú y a la edad de 8 años se muda a Venezuela, donde estuvo aproximadamente 27 años. Actualmente, Gustavo reside en Arganda del Rey (Madrid).
Locutor/Productor de radio durante 20 años ha estado detrás del micrófono y también detrás de cada personaje creado en sus programas con dosis de humor negro.
Crear historias y hacer real a diario lo que escribía es lo que lo llevó a darle vida a algo más que un guion de tres páginas.
Un diario más es su primera novela. Novela en la que inyectó muchas experiencias de su adolescencia acompañadas del humor negro que lo caracteriza.
«Martín es un joven que desde muy pequeño le toca alejarse de su familia, de su país natal y de lo que había aprendido a querer y aceptar. Todo lo vivido por él lo leerás directamente de su diario.
Sin filtros. Sin edición. Esto no es un libro ¡Esto es un diario!».
«Ya en casa.
Tengo la ropa manchada con sangre. Debo entrar sin que me vean y apenas abro la puerta, encuentro a mi papá dormido en el mueble porque al parecer discutió con mi mamá. ¡Vaya, qué extraño ellos en eso! Al entrar a mi cuarto, el llanto se adueña de mí. Estoy asustado. Me siento débil, frágil. No quiero que le pase algo malo a Patricia.
Acostado en el piso, solo pienso en lo sensible que es ella. Patricia no merecía nada de esto.
Yo… yo la adoro.
¿Por qué coño le tiene que pasar esta vaina?
Quizá si no se juntara con nosotros, nada de esto le habría pasado.
Mientras me quito toda la sangre que tengo encima, escucho un ruido en mi cuarto. No le hago caso porque puede ser en mi mente o quizás en la casa de al lado. La verdad aún puedo escuchar las súplicas de Guillermo así que mejor ignoro mis sensaciones.
Solo por si acaso, me asomo por la ventana de mi baño. Puedo ver que en la casa vecina no hay nadie, y no veo a ningún animal o algo que haga algún sonido parecido al que escuché. Justo al cerrar la ventana, logra entrar una fría y fuerte brisa a mi cuarto. Al cerrarla por completo, mi televisor se enciende y está ese maldito comercial a todo volumen: "No cambiarás el color de tu vida, aunque tú estás sumergido en gelatina. Tiembla, tiembla, como tu voz en la neblina. Tiembla, tiembla, como tu voz en la neblina".
Siento mi piel palidecer y comienzo a erizarme por completo, sobre todo porque el televisor cambia canales al azar y, al mismo tiempo, la alarma de mi despertador está sonando.
¡No lo puedo creer!».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Gustavo Chalako Medina os lo agradeceremos.