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Sol delator

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La Campaña 



Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.



La Novela



Al comisario Gutiérrez no terminan de gustarle ni la playa, ni las multitudes, ni el calor. Si pudiera, los borraría de la faz de la tierra. Sin embargo, las circunstancias le han llevado de vacaciones a Santa Pola. Mientras hace lo posible por sobrevivir al duro verano santapolero saludando a viejos amigos del Cuerpo y paseando de chiringuito en chiringuito, una serie de crímenes sacude la tranquila ciudad. Junto al también comisario Miguel Pomares, Gutiérrez se verá envuelto, muy a su pesar, en una investigación que lo llevará a sumergirse en una Santa Pola desconocida y a enfrentarse a lo más oscuro y retorcido de la naturaleza humana. Porque el crimen no descansa, ni siquiera en el paraíso. Y los asesinos no se toman vacaciones.



El Autor



Nacido y criado en Chiclana de la Frontera (Cádiz) en 1977, aunque residente en la provincia de Alicante desde hace dos décadas y, en los últimos años, en Elche. Licenciado en Filología Hispánica y Filosofía, y Graduado en Ciencias Políticas y en Historia del Arte, compagino mi trabajo como profesor de Lengua Española y Literatura con mi afición por la lectura, la escritura, el estudio de idiomas y, cuando es posible, con los viajes. Apasionado de la literatura y el cine, amante de los clásicos, el género de crimen y misterio es también uno de mis favoritos, tanto para consumirlo como para crearlo. Sentarme en el sofá e imaginar junto a mi gato historias de asesinatos e investigadores es un auténtico pequeño placer inconfesable. Esta es mi primera incursión en el mundo de la ficción editorial.





«Sol delator es una novela fresca, ágil, a pesar de encontrarse ambientada en el tórrido verano de Santa Pola. Con todos los ingredientes del género de la novela negra, o de crimen y misterio, Sol delator presenta además giros sorprendentes y escenarios que se alejan de lo estereotipado. El lector está invitado a vestirse con la piel del comisario Gutiérrez y de su amigo Miguel Pomares, viviendo con ellos los avatares del caso, sufriendo sus desventuras, tomándose sus copas y fumando como carreteros. Si, además de eso, una serie de crímenes amenaza con perturbar la calma del verano de la abarrotada pero coqueta Santa Pola, la lectura de la novela resulta, más que recomendable, imperativa».



Una Muestra



«Núñez se inclinó hacia la nevera, sacó una lata de cerveza bien fresquita y trasteó la bolsa de la comida en busca de uno de los bocatas de tortilla. "Si se acaban antes de tiempo, picamos algo en el chiringuito y punto", pensó.



Entonces aparecieron sus hijos, corriendo como galgos y muertos de hambre. "Qué cabrones, estos huelen la comida a kilómetros de distancia, son como alimañas". Núñez tuvo que abrir tres bocatas de un tirón. "Así no llegamos con esta comida, y eso que supuestamente nos iba a dar hasta la cena, ni a la una de la tarde".



Entonces pasó algo raro. Su hijo menor, de nueve años y de nombre Marquitos, abrió el bocadillo y puso una cara rara.



— Papá, ¿qué es esto? —preguntó.



Núñez pensó que ya estaba el Marquitos tiquismiquis quejándose de la comida. Luego pensó que su madre se habría equivocado, a saber, igual le había metido pimiento a la tortilla y resultaba que a los niños no les gustaba, y tenía que ser él quien acabase con toda la provisión si no querían tirarla. En fin, nada que un buen y paciente padre no pudiera solucionar. La cara de asco de Marquitos iba en aumento.



— A ver, nene, ¿qué pasa?



El niño seguía mirando su bocadillo, haciendo muecas y poniendo caras cada vez más raras.



— ¡Papá, ven aquí!



Núñez empezaba a desesperar. Ya sabía que Marquitos era un poco pesado, pero que le obligara a incorporarse cuando había por fin plantado la silla, había sacado los bocatas y se había acomodado, era demasiado. Si por él fuera, de aquella silla no lo movía ni Dios hasta que comenzara a caer la tarde.



— ¡Papá!



Núñez refunfuñó, dejó su bocadillo a un lado, con cuidado para que no se llenase de arena, y se incorporó meditando si acercarse a Marquitos con la paciencia supuesta en un padre modelo o con la mano preparada para arrearle un revés a su insoportable hijo en los morros. A medida que se acercaba, a Marquitos le dio por mirar hacia arriba. Núñez supuso que algo le había caído sobre el pan, igual una cagada de gaviota, cualquier tontería que comenzara a torcer el día de playa.



El gesto de Marquitos, entre tanto, había sufrido un cambio radical, y del asco, a medida que afinaba la vista hacia las hojas de las palmeras a cuya sombra se habían colocado, comenzaba a pasar a una sorpresa que se transformaba en profundo terror.



— ¿Qué te pasa? ¿Has visto algo ahí arriba? —preguntaba Núñez, que estaría harto del calor, de sus hijos y de tanta tontería, pero que en el fondo tenía buen corazón y un sentido de honesta lealtad que lo llevaba a preocuparse y cuidar a los suyos a cualquier precio.



Marquitos, por primera vez desde que su padre podía recordar, había enmudecido.



— Marquitos...



Entonces el padre llegó a la altura del hijo, levantó la vista y enmudeció como había hecho su hijo. Si se hubiera tratado de una película de terror, hubieran gritado. Núñez, sin embargo, era un tío pragmático.



— Pero, ¿qué coño...?



Entonces su mujer se percató de que algo pasaba, se acercó curiosa, comprobó que era sangre, y no kétchup, lo que goteaba sobre el bocadillo de su hijo, miró igualmente hacia las palmeras que la cubrían y ella sí que gritó, gritó con todas sus fuerzas, porque ella era así, porque le salió de dentro, porque las películas de terror, a veces, son más reales de lo que parece y, sobre todo, porque lo que había allí, colgado de la palmera, o atado a sus hojas, era lo más horrible, inhumano y asqueroso que hubiera podido imaginar.



A sus gritos llegaron todos, los vecinos de playa, los que se encontraban a pie de orilla y los que se estaban tomando un baño, los que paseaban por los alrededores, los que se tomaban una caña en el bar de enfrente, los que vendían mojitos en la playa y mercaderías en puestos desmontables, los socorristas y hasta los conductores de automóviles que, al ver la que se montaba en el pequeño oasis, detuvieron sus vehículos taponando la circulación por la calzada y creando un atasco considerable.



La policía tardó en llegar lo que alguien tardó en darse cuenta de que era más útil utilizar el teléfono móvil para avisarles que para realizar fotografías, y lo que tardó en esquivar y apartar a los vehículos y a la multitud. No era para menos. No todos los días aparecía un cadáver en Santa Pola, y en la playa, a la vista de todo el mundo, y colgado de una palmera, y en pleno verano, y en aquella postura tan extraña, y bañado completamente en sangre. Aquello debía de haber sido una auténtica masacre, una animalidad realizada con un ensañamiento feroz».



Media



Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y José A. Sanduvete os lo agradeceremos.


Bunker Books

location Córdoba, España
Bunker Books irrumpe en 2019 con el propósito de convertirse en un sello editorial de referencia en narrativa literaria, contando con Distrito 93 (sello especializado en género negro y denuncia social en lengua española) y Malas Artes (juvenil, fantasía, sci-fi y terror). Nuestro fondo se nutre de autores que, con independencia de si arrastran una dilatada carrera literaria o aún están dando sus primeros pasos en estas lides, ofrecen una innegable calidad narrativa que aguardamos satisfaga a propios y extraños.
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LA NOVELA
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