Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
El presente y el futuro del joven doctor Mason Hill se presenta prometedor: trabajando en el mejor hospital de la ciudad, con una nueva casa y toda la vida por delante, su horizonte vital parece despejado. Nada hace presagiar que el caprichoso destino demolerá los pilares sobre los que ha construido su aparente estabilidad para enfrentarle a situaciones que escapan a su control. Los fantasmas de un pasado que le ha marcado desde su nacimiento le guiarán por una montaña rusa de emociones, hasta desembocar en un final tan inesperado como desolador. Las riendas de una vida a veces las sujetan otras manos.
Álvaro Barrera Pulido nació en Madrid en 1973, aunque siempre ha residido en Andalucía. Estudió Ciencias Exactas en la Universidad de Sevilla y actualmente es profesor de Matemáticas y director del IES Carlos Cano en Pedrera (Sevilla), donde ha fijado su residencia. Estuvo trabajando seis años en Debrecen (Hungría) como profesor, hecho que supuso un gran enriquecimiento, tanto en el plano personal como profesional.
Aunque su gran vocación es la enseñanza, desde hace unos años se animó a escribir y fruto de ese impulso surgieron sus dos novelas hasta la fecha: Rojo y Gris y su continuación en Línea 151.
A veces, el final de una pesadilla no es más que el principio de otra. Si en Rojo y Gris vivimos sucesos que pusieron al límite las vidas de sus protagonistas, en su continuación, bajo el título de Línea 151, podremos comprobar cómo el pasado nos persigue por mucho que tratemos de enterrarlo o ignorarlo. Una novela que te enganchará desde el principio, escrita para que el lector disfrute con ella, pero, sobre todo, para que le sorprenda. Un viaje al interior de la mente humana que no te dejará indiferente.
«—Aléjate de él, Mason. Ese tipo solo puede traerte problemas, y muy serios —le ordenó más que aconsejarle—. Las personas como él siempre se meten en líos, y si no los hay se los inventan. Puede que, aunque a su manera, quiera ayudarte, pero no es esa la forma correcta y lo sabes.
—Entiendo lo que dices, Sam, pero hasta ahora ha tenido razón en todo lo que ha dicho. Puede que sea impulsivo y hasta peligroso, pero sé que todo lo que ha hecho ha sido por mí. ¿Cuántas personas serían capaces de involucrarse de esa forma?
El rostro de su amigo era la imagen de la incredulidad.
—No me puedo creer lo que estoy escuchando. ¿Lo estás defendiendo? ¿Estás justificando el secuestro y probablemente el asesinato de tu colega y amigo? —reaccionó Sam indignado.
—¿Quieres bajar la voz? —le suplicó Mason—. No defiendo a nadie, simplemente expongo unos hechos.
Enseguida replicó Sam, que a medida que la conversación avanzaba, la iba transformando en una discusión:
—¿Qué hechos, Mason? ¿El hecho de que has engañado a Dafne con una camarera de un bar de striptease o de que eres cómplice por encubrimiento de un delito de secuestro y Dios sabe qué más? ¿Es que piensas que esto acabará aquí? Si es así es que eres un iluso. No, ese tal Simon no va a parar porque disfruta haciendo lo que hace. Cada vez que te surja una dificultad él la solucionará a su manera, haciéndote creer que es lo mejor para ti, cuando en realidad no será más que una mera excusa para desatar toda su violencia —Sam hablaba con la franqueza y el cariño de un verdadero amigo y Mason lo sabía—. Si no terminas con esto ahora mismo vas a…
Aunque estaba en silencio, la vibración del móvil de Mason interrumpió el discurso de Sam. Se encontraba encima de la mesa y los dos quedaron mudos al leer en la pantalla el nombre de «Simon». Intercambiaron una mirada cómplice de forma instintiva, como escudriñando en el rostro del otro, buscando su reacción. Mason hizo ademán de coger el teléfono y se encontró con la desaprobación de Sam, que hizo un gesto sutil con la cabeza y ojos indicándole que no contestara la llamada. Después de unos segundos de palpable tensión, la pantalla se apagó».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Álvaro Barrera Pulido os lo agradeceremos.