Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Una chica de diecisiete años, sensible e inquieta, debe cursar COU (segundo de bachillerato actual) y afrontar las pruebas de selectividad en 1988. Desde una inusual perspectiva, relata su visión de la enseñanza, las relaciones interpersonales y los retos a los que se enfrenta, contraponiendo el pasado inmediato y el presente, repleto de presión e injusticias. Tras los argumentos que esgrime, se refleja una dura crítica al sistema educativo, que prima la memorización frente a la creatividad, una madurez que la conduce por caminos divergentes, las dificultades para encajar en la vida social y el lastre de unos años marcados por un oscuro silencio que influirá fuertemente en sus decisiones. Solamente el futuro esconderá la llave con la que poder liberarse definitivamente de sus fantasmas.
Nací durante una tormenta, me gusta el olor a tierra mojada y observar el cielo nocturno.
Llevo muchos años ejerciendo felizmente la docencia, a lo largo de los cuales he tratado de innovar en el ámbito de las bibliotecas escolares y las lenguas extranjeras, desarrollando proyectos que han sido expuestos en diversos encuentros profesionales. Soy, asimismo, licenciada en Historia y diplomada en Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ejerciendo esta última profesión en una de las empresas pioneras en el sector. Desde hace unos años he ocupado la jefatura de estudios y la dirección en un centro educativo de mi ciudad natal, Pontevedra.
Me apasiona contar historias y creo que la magia vive en el corazón de lo sencillo y lo cotidiano. He sido y continúo siendo, una gran apasionada de la literatura, aunque nunca he publicado mis trabajos.
«Tal vez tú, potencial lector, decidas darme una oportunidad, la misma que no me atrevo a pedir. En un mundo literario dominado por lo masculino me siento como hace tiempo, entrando en la ferretería o en la empresa de andamios a fin de adquirir material, siendo la responsable de mi grupo de trabajo. Me miraban con lástima o desprecio. Espero que el mundo esté cambiando.
La protagonista de esta novela podrías ser tú, tu hija, tu hijo, alguno de tus alumnos o alumnas. Reconocerás a los personajes, ya que son arquetipos que han sobrevivido y se han trasladado al presente y, posiblemente, al futuro. Cuento contigo para frenarlos, para que modifiques tu percepción de la enseñanza y el aprendizaje, de lo distinto, lo peculiar, lo cómodo o lo conveniente. Cuento contigo para cambiar la historia».
«Martín era otra cosa. Daba mucho más miedo, no solamente por sus palabras y sus gestos. A mí me daba miedo lo que escondía. Tenía la sensación de que algo en su vida se había torcido y ahora pretendía vengarse de la humanidad. Ese tipo de personas son peligrosas.
Al terminar la clase, alguno de los que se sentaba hacia la derecha, cuyo nombre yo desconocía, se dirigió a mí con una sonrisa.
—¿Qué tal, Delia? Este curso no vas a cogerle tanto cariño a la asignatura ¿verdad?
Un corrillo de risas disimuladas circuló por el aula. No entendía o no quería entender a qué se estaba refiriendo aquel chaval con pinta de empollón. Sin ir más lejos, él me conocía perfectamente y yo no tenía ni idea de su identidad.
Entró el profesor de Filosofía y las clases continuaron con normalidad, eso sí, a un ritmo endiablado. Parece que a todo el mundo le había entrado una repentina prisa por dar el temario al completo de la manera que fuese. Me costaba entender la marcha militar que habían imprimido a cada materia.
En medio de aquella épica mañana me había transformado en Atenas combatiendo contra Esparta. Los espartanos, habituados a la dureza de las condiciones que les imponían desde niños, se habían convertido en duros y resistentes guerreros, mientras que yo iba esgrimiendo la ciencia y la democracia pluma en ristre. Don Quijote contra los molinos de viento.
Tras la clase de Filosofía, nuevamente los murmullos y las risas. Traté de ignorarlos. Imaginé por dónde iban los tiros, pero no estaba dispuesta a agriar aquel recomienzo tan prematuramente. Recogí mis cosas para irme a casa. Un compañero se acercó. —Son cobardes, no tienen valor para decir las cosas a la cara. Se respaldan en cuatro gallitos que son más cobardes aún. No te preocupes».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y María José Pereira Rosales os lo agradeceremos.