Colaborando en esta campaña preventa recibirás sin gastos de envío (en España), antes de que entre en circulación y con un precio especial el libro en tu casa... existiendo incluso la opción de reservar el libro con tu nombre en los agradecimientos por un poco más del precio promocional, como detalle exclusivo.
Para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar el equivalente a 55 reservas, es decir 880€, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
La historia transcurre alrededor de Javier Navíos, un inspector de policía de Barcelona. Después de tener éxito en cierto caso, recibe una llamada de un miembro del Centro Nacional de Inteligencia pidiéndole que resuelva un crimen de grandes dimensiones.
La víctima es Jorge Malder, antaño presidente de una importante empresa farmacéutica. Hay poca información; solo saben que fue envenenado en medio de un parque de Terrassa a plena luz del día. Parece un caso de asesinato normal y corriente hasta que Javier descubre que no hay trazas del veneno en ningún lugar de la ciudad.
Con grandes expectativas pesando sobre él, Javier se enfrenta a un caso que parece irresoluble. A pesar de las dificultades, inicia una compleja investigación del entorno de Jorge y de la rana dorada venenosa, la fuente del veneno en cuestión.
Pronto la necesidad del inspector de demostrar su valía crece dentro de él, y su obsesión por resolver el caso empieza afectar su conducta. A la vez, hace todo lo posible para hacer aparecer de donde sea una pista para resolver ese gran enigma aparentemente imposible de descifrar.
Se trata de un gran desafío, tanto para el protagonista como para el lector.
J. Domingo-Güell, de nombre Joan, nació el 1996 en Viladecavalls, un pueblo cerca de Barcelona. Allí es donde creció.
Actualmente es estudiante de Pedagogía en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y estudiante de Cultura de los Medios de Comunicación en Ámsterdam. Ha trabajado en el sector de la educación no formal y como profesor de lenguas y de teatro, además de haber hecho voluntariado en la ciudad de Terrassa y en el extranjero.
La escritura y el arte le han fascinado des de que era muy pequeño. Ha escrito múltiples textos y le gusta estudiar la narrativa de productos como libros y películas, lo cual se ha potenciado con el grado que estudia en los Países Bajos y con un curso de guion en la escuela «Bande à part». Con esta novela policíaca pretende presentar una trama simple pero a la vez difícil de resolver, que desafíe al lector. A la vez, quiere mostrar ciertos valores educativos y usar la cultura y la escritura como medios para la reflexión.
«Esta obra presenta un caso aparentemente imposible de resolver; un enigma difícil de desentrañar. Se trata de un desafío para el lector que se atreva a intentar deducir la solución a medida que va leyendo, con las pistas ocultas que van apareciendo. A la vez, la obra presenta una reflexión sobre la obsesión y el deseo por el reconocimiento, indagando en la psicología y el trasfondo educativo del protagonista. Esta trama, pues, intrigará a aquellos a los que les interesen estas disciplinas».
«Cogí el tren de vuelta a Barcelona. Una fina lluvia empezó a salpicar los cristales del vagón.
El otro gran problema estaba en que yo no sabía quién era la mujer que visitó a Jorge la noche antes de morir. Además, no sabía si aquella chica también habría recibido el dinero.
Vi varios mensajes de Ester en los que me preguntaba si estaba en casa, para poder venir y pasar la noche juntos otra vez.
No le respondí. Mi mente estaba ocupada solamente en Jorge. En Jorge Malder.
Llegué a casa y me acosté, pero el sueño rehuía de mí. Mi cabeza no daba más que vueltas sobre el asunto, hasta que me daba cuenta de que me faltaban pistas. Me imaginaba a mí mismo paseando por el parque, como había hecho aquella tarde. Me imaginaba entonces alguien corriendo hacia mí, quitándome las flores y ofreciéndome un sorbo de té envenenado. Me imaginaba a mí pereciendo allí mismo, y aquel alguien desvaneciéndose como por arte de magia, haciendo desaparecer también las flores y el té envenenado con un golpe de varita.
Solté un grito lleno de frustración que debió despertar a los vecinos circundantes.
Aquel caso empezaba a afectarme.
Abrí la ventana y saqué la cabeza, sujetando un puro con la boca. Hice un par de caladas, pensando que ese cilindro de tabaco iba a relajarme. Iluso de mí.
Lo tiré cuando apenas se había consumido la mitad.
Entre en mi habitación otra vez. Una mesa ocupaba un pequeño espacio junto a la pared. Saqué mi libreta y anoté ideas importantes en pequeños recortes de papel que colgué en dicha pared, como si fueran postales.
Me tumbé en la cama y empecé a observar aquel rompecabezas que parecía irresoluble, esperando a que la pieza clave me cayera del cielo en algún momento».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y J. Domingo-Güell os lo agradeceremos.