Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Irlanda es tierra de escritores y, por lo tanto, de lectores. No puede haber escritores sin lectores. Mi objetivo era percibir Irlanda tal como la entendieron sus artistas, con los ojos del corazón, como una especie de libro de viajes al más puro estilo artístico-literario, una Odisea de las Letras, donde Ulises y Penélope van a rivalizar en el capítulo del protagonismo casi a la par. Anhelaba ver Irlanda en su verdadera salsa, oír sus liras y sus gaitas, escuchar el silencio en el que a veces se refugiaron, oler la turba de sus páramos, tocar a sus gentes, leer el futuro en las cáscaras de manzana, y por supuesto, saborear sus caldos y sus quesos, sus ostras, su whiskey, sus pintas de cerveza y su café irlandés rebosante de nata. No parecía en principio, una mala empresa.
José María Gil Cruces (Almería, 1958). Licenciado en Geografía e Historia (Universidad de Granada, 1981). Ponente habitual de los centros de profesores (CEP’s) de Granada, Almería. Málaga, Jaén, Cáceres. Profesor de Bachillerato-ESO desde 1982 hasta la fecha.
«El recorrido que se propone en estas hojas no es solo un itinerario necesario para completar un libro de viajes al uso, sino que se pretende una pequeña reflexión sobre Lo que yo no vi en Irlanda, una visión personal que se intuye no solo con los ojos de la cara, como diría Chesterton, el gran maestro de la paradoja y la tolerancia, cuando publicó en 1922, Lo que yo vi en América. El objetivo de nuestro itinerario es diferente a lo que se entiende como una simple visita o ruta vacacional. El nuestro es más bien, un viaje vocacional. Queremos respirar el mismo aire que inhalaron, y en algunos casos siguen haciéndolo, una pléyade de artistas universales, hijos o nietos de la isla Esmeralda, como fueron los escritores Oscar Wilde, William Yeats, Georges Bernard Shaw, Samuel Beckett, hasta llegar al genial James Joyce; o actores de cine de la talla de Liam Neeson (¿quién no se ha emocionado hasta que resbalaron lágrimas por la mejilla en su genial actuación como Oscar Schindler?), o el prolífico Pierce Brosnan, un tipo guaperas donde los haya, que ya quitaba el hipo a todas nosotras desde el personaje de Remington Steel (menudo personaje estaba hecho), hasta alcanzar la cima del estrellato como James Bond, un poquito misógino sin llegar a la exageración del macho alfa, pero a fin de cuentas, un post-yogurín que alegra el paisaje por donde quiera que pasa, con una boca al alcance de muy pocos labios».
«La ciudad de Drogheda es un lugar de culto para personas como yo, por un motivo único: allí nació un 16 de mayo de 1953, como sabemos todas las mujeres con gusto, Pierce Brosnan, el protagonista de la serie Remington Steel de mi adolescencia (recuerda Ana Belén: él también nació en el 53 y creció con el Yesterday; en cambio, a la protagonista, Laura Holt, de cuyo verdadero nombre no me quiero acordar , ya que solo le profeso una gran envidia, nada de sana, por cierto); después aparecería el James Bond de mi juventud y por último el Pierce Brosnan más gamberro pero no por ello menos apetecible, el que derrite el hielo de las copas en El sastre de Panamá, El marido de mi hermana o El cuarto protocolo. ¿Qué con cuál de todas sus innumerables películas me quedo?
Aunque no sea una elección fácil, y teniendo en cuenta que los tres filmes bondianos son de lo mejor que se ha rodado, mi preferida es The Thomas Crown Affaire, El caso de Thomas Crown, por supuesto, en su segundo formato (la primera, con Steve McQueen, tampoco estuvo mal).
¿Quién de vosotras no se hubiera cambiado por Rene Russo, la avispada agente de la compañía de seguros que tiene que investigar, muy a fondo por cierto, al multimillonario Thomas Crown?
Se trata de Pierce Brosnan, por supuesto, un gran aficionado a las obras de arte, tan aburrido de la vida y de sus millones, que puede permitirse el lujo de robarse así mismo, o si se pone a tiro, uno de esos cuadros de Monet que no tienen precio, harto de trapichear con lienzos de la talla depintores como Renoir o Magritte.
En cualquier caso, quien mejor ha definido a Brosnan, Pierce para los amigos y amigas, ha sido la actriz Jessica Parker, su compañera de reparto en Tentación en Manhattan ,quien reconoce a los cuatro vientos, suponemos que con suficiente conocimiento de causa:
Puede que sea irlandés o quizás escocés, pero ya sé por qué necesita llevar falda: tiene algo que no le cabe en sus pantalones.
Sin comentarios, Jessica. Si tú misma lo dices, de verdad que lo creo y lo imagino, aunque sea desde la distancia».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y José María Gil Cruces os lo agradeceremos.