Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Fantasmas a mí es una novela narrada por Elvira, una joven que tiene la capacidad de poder comunicarse con los fantasmas de personas fallecidas que han dejado cuestiones pendientes en el mundo terrenal. Este poder se ha convertido en una maldición que la impide comunicarse con los demás. En la aldea gallega donde vive todos la temen menos Martín, el cura ciego, que se ha tomado la sanación de Elvira como una cruzada personal.
La novela arranca con la llegada de Elvira a la ciudad de Invicta, donde acude a terminar sus estudios universitarios. Allí se le aparecen nuevos fantasmas que exigen su ayuda para resolver deudas pendientes. Elvira se debate entre aceptar su poder o luchar para desprenderse de él. Esta contradicción la llevará a acabar en un estado a medio camino entre la vida y la muerte.
Licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid. Estudié derecho en Oporto (Portugal) donde descubrí la literatura portuguesa lo que me impulsó a estudiar poesía y narrativa portuguesas. Viajé a Irlanda en el 2005 y me quedé a vivir tres años en el pequeño pueblo de Ennis, situado en el condado de Clare, donde escribí mi primer (y único por ahora) libro de minúsculos relatos Te dejé en Lisboa (Editorial Amarante).
Posteriormente, residí en Luxemburgo y Bruselas, donde trabajé para las instituciones europeas. Regresé a Madrid en 2012, y desde entonces he compaginado el trabajo en la empresa privada con la traducción literaria y la escritura. Me gustan las historias de fantasmas, de criaturas errantes y de fantasía urbana, en las que la realidad y otra sutil dimensión se entremezclan, tal y como sucede en la vida misma.
«Elvira, una joven peculiar que tiene la capacidad de comunicarse con fantasmas desde que era niña, lo único que desea es tener una vida normal. A pesar de ir a la universidad sigue sin tener amigos y en el pueblo en el que vive todos la temen. Cuando consigue una beca para estudiar lejos de su casa piensa que las cosas van, por fin, a cambiar. En la ciudad de Invicta un fantasma misterioso que vive enfrente de su edificio la encuentra. Más tarde, se ve obligada a rescatar a Andrew, un pirata encerrado dentro de un pez globo. A partir de ahí los acontecimientos se suceden sin que Elvira pueda hacer nada para detener lo que parece ser su destino.
Esta historia nos recuerda que nuestras vidas están íntimamente entrelazadas con las de todos aquellos que ya no están entre nosotros».
«- Demonios, muchacha, me has hecho perder la templanza ¿Qué te ha sucedido?
-Te dije que estaba enferma.
-Enfermo me voy a poner yo como sigan llegando más desharrapados.
Descubrí con horror que los ahogados se habían multiplicado en derredor mío. Frente a mis ojos se levantaba un semicírculo de espectros vestidos con harapos, silenciosos como la nieve, y que Andrew se ocupaba de mantener alejados con repentinos movimientos de su fantasmal espada. Al alzar los ojos me di cuenta de que venían muchos más, y que parecían descolgarse del cielo como si vinieran subidos a invisibles hilos de araña. A la escasa luz anaranjada de las farolas percibí que muchos de ellos no tenían cabeza, sino que la llevaban sujeta debajo del brazo. Tanto a mi derecha como a mi izquierda se arremolinaban expectantes fantasmas inmóviles, oscilando en la penumbra de la galería porticada. El viento que había comenzado a soplar con fuerza por las calles de la ciudad vieja traía gotas de lluvia que, al golpearme en el rostro, tuvieron el efecto de espabilarme.
-Pregúntales qué quieren. - dije intentando poner un poco de orden en esa situación demencial- Diles que no puedo hacer nada por ellos.
-¡Ah, ya se lo he preguntado querida! Se niegan a hablar conmigo. El problema es que han pasado tanto tiempo disueltos en las aguas del inmenso océano que no encuentro en ninguno de ellos ni un ápice de cordura. Han perdido todo lo que les unía con su lejana forma humana. No puedo sacar nada de sus cabezas podridas, sólo sé que han venido a tu encuentro.
-De acuerdo- exclamé resignada y me levanté, para dirigirme a ellos: - ¿Quién de vosotros quiere hablar primero?
Hubo un murmullo general hasta que uno de los fantasmas de los ahogados hizo vibrar el aire como si se ofreciera voluntario para hablar en nombre de todos, tímido al principio,
insistente después, con la reconocible paciencia de las moscas que acuden eternamente a la luz, aunque sepan que de ella no van a obtener nada.
Se separó del resto de almas en pena, situándose frente a mí:
-Querríamos, missus, saber qué es lo que hacemos aquí.
Tenía una pronunciación educada y suaves modales aquel espectro y de todos los que me rodeaban parecía el más entero y definido. Era de tez pálida y barbilla ovalada, y en su rostro destacaban dos ojos castaños en los que brillaba una tenue chispa de inteligencia. Le dirigí una mirada febril y no dije nada, porque ante aquella pregunta era incapaz de responder. El fantasma se agitó ante mi silencio y se aproximó con ojos implorantes. Supongo que mi mirada, reconociéndole, le había envalentonado.
Andrew le detuvo con su espada.
-Detente, no te acerques a la dama. No te das cuenta, pero está muy enferma. Será mejor que la dejéis todos en paz y os volváis al meadero de donde habéis salido».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Emma Cotro os lo agradeceremos.