El proyecto "Un cuento, una sonrisa" consistirá principalmente en la realización de visitas concertadas a hospitales, asociaciones infantiles, colegios, etc., en las que los voluntarios acudirán disfrazados y realizarán actuaciones con el fin de recuperar la figura del “cuentacuentos” para divertir a los más pequeños, transmitiéndoles la fantasía y el gran mundo de la literatura y los cuentos. Además, se impartirían talleres de locución, donde estos niños puedan aprender a escribir cuentos, y a crear su propio audiocuento. Si se consiguiesen los permisos necesarios, se creará también un grupo de apoyo a través de la lectura, destinado especialmente a pacientes hospitalizados en cama, para poder sacarles una sonrisa, por un cuento.
Por otra parte, crearemos un proyecto web con el objetivo de publicar semanalmente nuevos cuentos, escritos tanto por el promotor, como por colaboradores, entre los que se incluirían también los creados en los talleres infantiles. Esos cuentos se convertirían a su vez en audiocuentos narrados con voz humana y ambientados con música, descargables gratuitamente en formato mp3 para todos los visitantes de la plataforma web. Por último, se distribuirían también mediante la aplicación correspondiente y gratuita para móviles y tablets, disponible en APP Store y Play Store, para poder disfrutar de los audiocuentos en cualquier momento y lugar.
Pequeña parte de uno de los cuentos:
LA MARIPOSA “LOQUILLA”
En un bosque perdido, más allá de las cascadas de chocolate y de las montañas de esponjitas, revoloteaba de flor en flor una mariposa preciosa. Tenía una alegre fusión de todos los colores del arco iris y las demás mariposas la llamaban “Loquilla”, porque no tenía prejuicios con ninguno de los demás habitantes de Villa Alegría. A La mariposa Loquilla le encantaba viajar y recorrerse de arriba a abajo toda la villa.
Un día, en uno de esos viajes junto con otras mariposas, comenzó a hacer muchísimo viento, las ramas de los árboles y las flores se balanceaban con mucha brusquedad. En uno de estos balanceos, una flor golpeo a Loquilla, lanzándola contra el suelo y dañándose una de sus alitas. Las demás mariposas, temerosas de sufrir la misma situación, comenzaron a volar más alto y a alejarse de la zona, dejando a Loquilla sola y desamparada.
Un escarabajo que pasaba por allí y vio el incidente, la rescató y llevó a un lugar seguro. Cuando Loquilla abrió los ojos, se encontró a un escarabajo mirándola y sonriendo. ¡Hola!- le dijo el escarabajo, -soy el escarabajo “Borrajo”- y le acercó una hoja con agua para que pudiera beber. -Bebe, estás herida y no podrás volar en unos días, necesitas recuperarte. ¡Gracias!- contestó ella. -Cuando te encuentres mejor, podremos dar un paseo y te enseñaré dónde vivo– dijo Borrajo. Ella asintió con la cabeza.
Al día siguiente, se despertaron los dos y se marcharon a pasear, Borrajo le preguntó: Por cierto… no me has dicho cómo te llamas,- a lo que ella contestó -me llaman mariposa Loquilla. -¿Loquilla?, ¿por qué?- preguntó él. –Porque en lugar de jugar únicamente con otras mariposas, juego con todos los habitantes de Villa Alegría. -¿Y eso es malo – Loquilla -Para el resto de mariposas sí, porque nosotras volamos y tenemos unos colores muy alegres y bonitos, y además somos las favoritas de las flores.- Borrajo –Pero… eso no es justo, todos somos valiosos, no importa si tenemos más o menos colores, si podemos o no volar. - Loquilla –Sí, lo sé…