Me gustaría crear un taller de pintura donde cada persona disponga del espacio y de los materiales adecuados para poder expresar mediante la pintura lo que desee, sin importar si ha pintado alguna vez, sin importar su edad y sin importar el resultado final de sus obras. Lo importante será el proceso que tenga lugar mientras libremente utiliza el pincel y las pinturas para plasmar todo lo que desee sacar de su interior.
La lluvia constante de juicios hacia las creaciones de los niños, las palabras "eso está bien", "eso está mal", la proporción de modelos a copiar, la exigencia a que todos pinten el mismo sol, la misma flor y todo del mismo color, destroza la capacidad del niño de desarrollar su autonomía, su imaginación, sus ganas de crear por sí mismo y no por conseguir agradar a los demás. Vetamos a los niños desde pequeños a que expresen mediante el lenguaje plástico lo que realmente quieren decir, plasmar, crear.
En la educación creadora se permite a cada individuo crear por placer, dentro de un grupo de personas heterogéneo, dando la oportunidad de que, de manera natural, tengan lugar procesos necesarios para que cada uno desarrolle sus capacidades.
En el taller, la figura del acompañante es de asistente. Mi trabajo seria proporcionar las herramientas necesarias y crear el ambiente adecuado para que cada persona pueda desarrollar su trabajo en las mejores condiciones.
Arno Stern es el precursor de la educación creadora, y es algo que cada día encontramos con más frecuencia en escuelas de educación viva y activa y escuelas libres, donde se da prioridad al niño como ser individual, con necesidades concretas y con ritmos de aprendizaje que debemos respetar.
"El adulto tiene el poder para destruir el juego espontáneo del niño. Y abusa de él, voluntaria o inconscientemente, con la idea de hacerlo por su propio bien. Y en cambio le causa un perjuicio, la mayoría de las veces irreparable." Arno Stern
No obstante, aún la mayoría de centros imparten la enseñanza con metodología tradicional y siempre se le da menos importancia a la parte artística y no se permite a los niños crear nada, si no es siguiendo modelos estipulados y siempre sujeto a juicios, sean positivos o negativos. La mayoría de las veces incluso se obliga a crear con el fin de exponer ese trabajo, haciendo que sea sujeto de críticas y comparaciones.
Con este taller de pintura quiero contribuir a cambiar la mirada hacia el niño, hacia el adulto creador, a dar la oportunidad de crear sin juzgar que no se da en las escuelas y sumarme al número creciente de talleres de éste tipo que podemos encontrar ya en varias ciudades.