Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
No future es fruto de la pandemia. O, mejor dicho, del confinamiento que nos forzó a parar, recordar, reflexionar. También, en esos días, durante esos meses, nos pusimos a jugar. Y algunos nos pusimos a jugar con los recuerdos. De ese juego de la imaginación brotaron los relatos que componen este libro.
No future es una colección de relatos que comparten escenario y personajes, como actos de un drama teatral. A través de las escenas podemos observar la evolución de esos personajes a través del tiempo, cómo crecen, cómo se van enfrentando a los sinsabores de la vida.
Puede parecer que hay un tono melancólico, pero también irónico, y ese tono, quizá, le da cuerpo al conjunto. Y es que los relatos se complementan entre sí para formar algo así como un todo. Se pueden leer de manera independiente, pero todos juntos hablan de lo mismo.
En el fondo, hay una cierta esperanza y, también, una cierta tristeza por el tiempo que pasa.
Salva F. Romero es hedonista y se lo toma todo a broma, es decir, muy en serio. Nació en Sevilla en diciembre de 1974, o sea, que ya peina canas a pesar de no peinarse nunca, pero le gusta decir que es del Campo de Gibraltar porque uno es de donde quiere. Lee y escribe desde hace mucho tiempo. Estudió Filosofía y Música y ha trabajado como profesor de Secundaria durante más de veinte años. Le gusta viajar, pero no ser turista, y chapurrea en inglés y en italiano. Ahora le ha dado por ser escritor y por estudiar náutica de recreo. Ha publicado junto a la artista Irene Mala las biografías de Camarón de la Isla (Camarón, la alegría y la pena, Reservoir Books) y Chavela Vargas (Chavela, la chamana, Temas de Hoy). Vive en Triana con su compañera, sus dos hijos y un gato llamado Caos.
«Posible lector, posible lectora, estos relatos están escritos desde el corazón. En ellos hay mucho cariño. A los personajes que los habitan, especialmente al Chino y al Popeye, les encantaría que los acompañases en sus desventuras, porque parece que siempre les sale todo mal.
Uno escribe para estar menos solo. Para tratar de responder a preguntas que se hace continuamente. En esa tarea es mejor estar juntos. Pero también uno escribe para divertirse y divertirse acompañado también es mejor que hacerlo solo. Por eso creemos, el Chino, el Popeye y yo, que estos relatos te harán sonreír al menos. Y eso es bueno.
En ellos puede que te veas reflejado o reflejada, porque todos nos parecemos un poco, pero no es necesario. Quiero creer que algo universal se deja atisbar por entre las páginas, algo muy mío, pero algo de todos. Espero que te gusten».
«El día que murió Sid Vicious todos decidimos peregrinar para homenajear a nuestro maestro. A nadie se le escapaba lo contradictorio de nuestro proyecto, y hubo quien se indignó y recordó que los punks no mueren y propuso en cambio dedicar algunas noches a la rotura ritual de escaparates y la quema de contenedores. Pero al final se impuso la idea original, considerando que la contradicción y el anacronismo son ingredientes fundamentales del pensamiento punki, y que era nuestro deber —si no moral, sí estético— presentar nuestros respetos en la tumba del bajista de Sex Pistols.
Entre resacas y otros asuntos tardamos varias semanas en estar listos, pero teníamos poco que preparar. Así que salimos sin despedirnos de nuestros padres, con poco equipaje y menos dinero, rumbo a Père Lachaise, lugar donde, como dijo el Chino, que presumía de leído, están todos los grandes.
De todo el grupo al final sólo salimos tres, los más inconscientes, quizá: el Chino, el Popeye, y yo. Nos pusimos a hacer auto-stop, y mientras esperábamos que alguien parase bebimos varios litros de vino en tetrabrik. Nadie vino a despedirnos.
El primer camionero que se detuvo no sabía dónde estaba el Père Lachaise, pero accedió a dejarnos en Palencia, y los tres nos subimos en la parte de atrás entonando canciones y riendo de lo lindo».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Salva F. Romero os lo agradeceremos.