Cuento escrito por la periodista y escritora de cuentos infantiles Cristina Menendez en el que mediante la escritura y la pintura se refleja la vida de personas con discapacidad intelectual y daño cerebral sobrevenido, artistas de talleres de arte que la Fundación Dalma tiene abiertos desde 2009, gracias a la colaboración desinteresada de artístas, pintores y fotógrafos, que han regalado su tiempo y su arte a la "sociedad" en pro de una digna incorporación de "todos" en la misma.