Tras algunos años trabajando por diferentes lugares de la Península Iberica como arqueólogo, he vuelto al pueblo de mis padres a reencontrarme con mi familia, mis raíces y mi cultura. Esto me llevó hace 4 años a empezar esta pequeña gran empresa y desde entonces no he cesado de aprender de estos pequeños insectos, las abejas. Dedico algo más de mi tiempo libre a la apicultura y pese al gran esfuerzo dedicado a estos pequeños insectos polinizadores, me maravillo con su dedicación gracias a la cual podemos disfrutar de sus frutos año tras año, no solo en forma de miel, polen, o propoleo, sino también en forma de frutas y verduras. Por eso quiero compartir esta gran experiencia con vosotros, y si es posible que me ayudeis en esta ardua tarea de mantener esta especie en extinción sana y salva.