Nací a la vida, en Vitoria-Gasteiz, el 25 de agosto 1958. Me siento un ser al servicio de las obras. Son las obras las que aparecen de manera imperativa, a solicitar ayuda al autor, para ser materializadas. Cada obra es una aventura nueva en lo desconocido, un reto a superar, un proceso, un camino a recorrer, un pretexto para descubrir y percibir con intensidad el entorno, a través de los personajes. He procurado desarrollar en armonía, la empatía y el cinismo. La empatía para comprender, sentir y compartir las emociones ajenas. El cinismo para distanciarme y respetar el dolor o la ilusión que no me pertenecen y ser, de esa manera más eficaz en el consuelo o a la hora de afianzar esperanzas. Con este latido creativo, he podido descubrir la esencia de los personajes que conforman a las personas con las que comparto, o he compartido, instantes intensos de vida y experiencias comunes. Vida, creación y letras se funden en mi existencia. Las letras referencian la vida y mi vida se canaliza entre las letras. Letras que invitan a la armonía. Conflictos que enlazan letras y crean discursos. Vida intensa hasta el final, entre dudas y contradicciones. Un vasallo de las libertades. Un acomodado cuestionador de los sistemas sociales que nos violentan. Un buscador de los paraísos interiores. Un sibarita al deleitarse con la belleza de la naturaleza, lo más crudo de la vida, o el arte. Un autor, en castellano, de finales del siglo XX y lo que aguante del XXI.