Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Tras una guerra nuclear global que devastó y aisló a la Tierra, la humanidad se encuentra repartida por el Sistema Solar, principalmente en la gran ciudad de Luna. El Dios-Dictador Brahma, inmortal y todopoderoso, anhela más poder, pero la resistencia es fuerte y numerosa.
Ésta es la crónica de la Segunda Guerra Solar contada de primera mano por sus protagonistas: León Nazarov, general centenario de Brahma; Kenzo y su tripulación, corsarios espaciales independientes; Zainab y sus camaradas, revolucionarios y terroristas lunares; Isabel, científica marciana y communard; y dos huérfanos abandonados a su suerte en la gigantesca urbe de Ciudad Luna.
El Diwali del año 2230 ha arribado y todos ellos lucharán, temerán, reirán, sufrirán... sin embargo, ¿podrán sobrevivir a las mareas de la Historia?
Jesús Cueto Dugo nació en el año 1991 en Écija, provincia de Sevilla, ciudad dónde ha vivido toda su vida. Estudió el grado de Historia y posteriormente, un máster de educación secundaria que le permitió trabajar dando clases en diversas academias. También es agricultor y ha trabajado en diversas plantaciones rurales.
Planeta Luna es su primera obra narrativa de gran formato, pues desde pequeño escribe relatos, cuentos e historias de fantasía, participando de diversos talleres y aplicando estas creaciones a partidas de rol de gran aceptación. Ávido lector de ciencia ficción y fantasía, tiene a Philip K. Dick, Asimov y Herman Hesse como sus escritores favoritos.
«Planeta Luna transcurre en un futuro lejano en que la humanidad ha sido forzada a vivir en el espacio tras una hecatombe nuclear global. La trama explora las consecuencias que traería para la
humanidad tal catástrofe.
En éste futuro lejano, hombres ricos y poderosos han alcanzado la inmortalidad gracias a la ciencia. Así, el antagonista de la obra, Brahma, es un magnate inmortal que ha creado todo un culto religioso a su alrededor.
Para otorgar a la obra un aire exótico, la historia está ambientada en la cultura de India: su idioma, sus fiestas y cultos, sus dioses y sectas, su arquitectura y arte pictórico, su música y cuentos populares... Pero manteniendo el recuerdo de mi tierra: Andalucía, y atendiendo a la forma en que el recuerdo y la tradición de los pueblos y las etnias permanecen o se difuminan tras el paso de los siglos.»
«(...)León tenía un sentimentalismo inusual en un ser de siglo y medio de vida, ya lo habrán notado. Se sintió verdaderamente especial al bajar a la capital de sus antepasados, rodeado de un halo mágico y misterioso. Se creyó poseedor de un destino especial, un heredero de su antiguo pueblo ruso. No seré yo quién le niegue éstas fantasías.
Poco a poco, kilómetro a kilómetro, una poderosa imagen se iba acercando. Se veía desde muy lejos y era realmente sugestiva. A su alrededor, todavía permanecían algunas naves de la flota, finalizando sus ejercicios. Pero León se fijaba en otra cosa: como hacia siempre que volvía a su hogar tras una larga misión o un afanoso viaje, se quedaba maravillado ante el espectáculo que ofrecía aquella vieja y conocida visión. No importaba cuántos años tuviera, ni cuántas veces
hubiera visto aquella imagen, no dejaba de impresionar.
Maravilla de la ingeniería humana, ecumenópolis satelital; Ciudad Luna se abría ante sus ojos. Desde la distancia, la esfera lunar estaba jalonada por miles de luces de todos los colores, un mosaico multicolor de vehículos, edificios, naves... algunas entraban y salían, otras circulaban en derredor. Un enorme río serpenteante de luz atravesaba todo el mar de la tranquilidad y más allá y a sus lados, enormes rascacielos, gigantescos bloques de hormigón reforzado y gravitado; grandes torres y pináculos que se alzaban desafiando a la gravedad; brillantes domos se veían aquí y allá como gotas de agua sobre el cristal; piramidales estupas se erguían plagadas de banderines de colores diversos; monumentales mandires propagaban su religión gracias a su magnificencia; y en diversos puntos, hitos arquitectónicos: la gran ciudad-palacio de Brahma, la gigantesca estación espacial, las masivas factorías de hormigón y acero gravitado, los infinitos campos de maná bajo el cristal, el largo río sinuoso... Planeta Luna se vislumbraba desde miles de kilómetros y su belleza no hacía más que aumentar a cada metro acercado.
León se puso cómodo en el asiento, encendería un cigarro tras otro mientras se acercaba y activaría el captador de ondas, más comúnmente denominado como radio a la espera de una buena y melancólica canción.
—Saludos desde las ondas: Marhaba, Hola, Namaste, Privet y Ni hao para todo el Sistema Solar. Aquí Pop-It desde algún lugar oculto entre asteroides. Por supuesto y antes que nada: ¡feliz Diwali a todos los lunáticos! Unos temazos del siglo XX se vienen, se vienen... Y recordad, chicos y chicas: “Por mucho que le des de comer al lobo, él mirará el bosque”. Proverbio ruso
Los acordes y melodías comenzaron a salir del altavoz y Lev gozó con divina maravilla aquellas canciones ya olvidadas mientras la gran Ciudad-Satélite se iba haciendo más y más grande.
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Jesús Cueto Dugo os lo agradeceremos.