Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Extraños prisioneros es una novela de prosa amarga y acelerada, tan corrosiva como el sentido del humor de su protagonista, un pintor desilusionado con la mirada lúcida de un sabio que ha vivido demasiado. Es un ladrillo más del muro, un ser anónimo desquiciado por una sociedad que no comprende y lo empuja a sumergirse en la noche junto a personajes que le descubrirán un mundo nuevo donde cualquier cosa es posible y la vida no vale nada. Actores sin talento, artistas alucinados, prostitutas, criminales de todas las raleas, viejas glorias de la música y el cine: un carnaval de parias en el que nuestro joven antihéroe estará a punto de perder la cordura. A medio camino entre el thriller y el drama, "Extraños Prisioneros" se desarrolla a lo largo de varios años en los que su protagonista lucha desesperadamente por encontrar un agujero en el que ocultarse y esperar el milagro que cambie su existencia y su carrera como artista.
Martín Garrido nace en 1982 y cursa sus estudios en Palma de Mallorca para después licenciarse en Bellas Artes. A partir de los dieciséis años empieza a colaborar con diferentes directores y productores de cine, televisión y teatro en producciones de todo tipo, tanto en Mallorca como en Madrid y Barcelona, desempeñando diferentes cargos, desde ayudante de dirección o jefe de arte hasta director de fotografía, todo antes de dirigir su primer largometraje, H6 Diario de un asesino, producida por Kanzaman (Sexy Beast, Sahara, El reino de los cielos) y estrenada por la distribuidora Aurum en más de cien salas comerciales de España. Su ópera prima también participó en varios festivales de cine nacionales e internacionales, como el Festival de cine de Málaga, el Festival de cine de San Sebastián o el Festival de cine de Osaka. Martín Garrido ha realizado diecinueve exposiciones individuales de pintura (página web: martingarrido.net), la última en la La Misericordia patrocinado por el Consell de Mallorca, el Institut de Estudis Balearics y la Fundación Contra el Alzheimer. Le han editado tres novelas a nivel nacional. Actualmente ha participado en dos antologías de literatura, la última de ellas centrada en la figura de Marilyn Monroe. En dicho libro, el relato de Martín Garrido se encuentra entre diversos cuentos de autores del calibre de Zoe Valdés, Andreu Martín, José Carlos Somoza, Gil de Biedma, José Luis Muñoz o Juan Madrid, entre otros.
«Extraños prisioneros nació de una pregunta que me acompaña desde hace años: ¿qué queda de nosotros cuando la creación se vuelve obsesión? A través de un pintor en crisis y un actor desaparecido, quise retratar la fragilidad del artista, la soledad de quien busca sentido en medio del ruido y la herencia invisible del fracaso. Es una historia sobre el arte como salvación y condena, sobre el deseo de trascender y la imposibilidad de escapar de uno mismo. Bajo la trama laten temas que me obsesionan —la locura, la identidad, la culpa, la belleza como cárcel—, pero también una mirada compasiva hacia quienes siguen intentando crear, aun sabiendo que cada obra puede ser la última. Es, en el fondo, una novela sobre la necesidad de seguir buscando luz en la oscuridad.»
«A Gabriel le rompieron las piernas antes del apoteósico estreno. Leo, mi padre, mintió a todo el mundo diciendo que su querido amigo había caído accidentalmente por unas escaleras, aunque yo sabía que no había sido así. El fenómeno de Gabriel llevaba más de dos años sin pagar un céntimo por el alquiler del cuchitril donde caracoleaba esperando que su suerte cambiara, la verdad es que el hombre no pasaba por su mejor momento, y al final, harto de proferir amenazas que no conducían a ninguna parte, el casero había decidido darle un escarmiento.
Sucedió unas horas después del ensayo, cuando Gabriel, fiel a sus costumbres, llegó a casa borracho. Habiendo subido al primer piso del edificio sin molestarse en encender la luz, milagrosamente equilibrado sobre sus enormes y callosos pies, sintió que había alguien más en la escalera. Armados con una cadena y una barra de hierro, hacía un rato que los musculados búlgaros esperaban junto a su puerta. Mientras Gabriel trataba inútilmente de introducir la llave en la cerradura, uno de los bárbaros se emocionó antes de hora y dio un paso en falso. Ni la cadena ni la barra de hierro bastaron para disuadir al mísero inquilino, que peleó con fiera obstinación en la oscuridad. Al cabo, no sin dificultades, consiguió ahuyentar a los aficionados en cuyo poder de persuasión había depositado sus esperanzas el arrendador del piso. Según contaría más tarde Gabriel, aquella entrañable pareja de gorilas sin cerebro ni profesión, que hasta para zurrar hay que saber de qué se va, habían dejado el rellano hecho un asco, cubierto de sangre y restos de dentaduras de dudosa salubridad.
Con las piernas rotas y una profunda brecha en la cabeza, espabilado por los golpes y el anhelo de supervivencia que despeja la mente en los momentos más difíciles, el amigo de mi padre se arrastró hasta el teléfono de su dulce y mugriento hogar haciendo lo posible para no perder la conciencia. La única persona a la que podía llamar en circunstancias tan extraordinarias era Leo, que a esas horas ya se encontraba en el sobre, listo para iniciar una de sus desesperantes óperas de ronquidos. Cuando Gabriel le explicó lo sucedido, al viejo le dio un ataque de histeria. Solo faltaban siete días para el estreno de su función teatral y se había quedado sin estrella.»
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Martín Garrido os lo agradeceremos.